EVANGELIO DEL DIA
Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
viernes 10 Enero 2014
Viernes de tiempo de Navidad después de la Epifanía del Señor
Epístola I de San Juan 4,19-21.5,1-4.
Nosotros amamos porque Dios nos amó primero.
El que dice: "Amo a Dios", y no ama a su hermano, es un mentiroso. ¿Cómo puede
amar a Dios, a quien no ve, el que no ama a su hermano, a quien ve?
Este es el mandamiento que hemos recibido de él: el que ama a Dios debe amar
también a su hermano.
El que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y el que ama al Padre ama
también al que ha nacido de él,
La señal de que amamos a los hijos de Dios es que amamos a Dios y cumplimos
sus mandamientos.
El amor a Dios consiste en cumplir sus mandamientos, y sus mandamientos no son
una carga,
porque el que ha nacido de Dios, vence al mundo. Y la victoria que triunfa sobre el
mundo es nuestra fe.
Salmo 72(71),1-2.14.15acd.17.
Oh Dios, comunica al rey tu juicio,
y tu justicia a ese hijo de rey,
para que juzgue a tu pueblo con justicia
y a tus pobres en los juicios que reclaman.
De la opresión violenta rescata su vida,
y su sangre que es preciosa ante sus ojos.
Que él viva,
y que sin tregua rueguen por él;
lo bendecirán el día entero.
Que su nombre permanezca para siempre,
y perdure por siempre bajo el sol.
En él serán benditas todas las razas de la tierra,
le desearán felicidad todas las naciones.
Evangelio según San Lucas 4,14-22a.
Jesús volvió a Galilea con del poder el Espíritu y su fama se extendió en toda la
región.
Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en
la sinagoga y se levantó para hacer la lectura.
Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde
estaba escrito:
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me
envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y
la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos
y proclamar un año de gracia del Señor.
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían
los ojos fijos en él.
Entonces comenzó a decirles: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que
acaban de oír".
Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las
palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: "¿No es este el hijo de José?".
Comentario del Evangelio por :
Ritual del Bautismo y San Efrén (v. 306-373), diácono en Siria, doctor de
la Iglesia
Himno n° 3 sobre la Epifanía
“El Se￱or me ha consagrado por la unci￳n”
Oración para la unción después del bautismo: "por el bautismo, Dios todopoderoso,
Padre de nuestro Señor Jesucristo, te liberó del pecado y te hizo renacer por el
agua y el Espíritu. Desde ahora eres parte de su pueblo: te marca con aceite santo
para que seas eternamente miembro de Cristo, sacerdote, profeta y rey".
¡Cómo habéis sido elevados! Mientras que la pecadora ungió los pies de su Señor,
como una criada (Lc 7,38),
Por vosotros, es Cristo mismo
El que por sus siervos, como un servidor,
Marca vuestros cuerpos por la unción bautismal.
El Pastore de las ovejas encuentra conveniente
poner en persona su signo sobre sus siervos…
Estribillo:
He aquí a Cristo que unge con aceite
a sus corderos en el bautismo.
Elías hizo que se multiplicara el aceite (1R 17,14)
Era un alimento para la boca;
el orza de la viuda, en efecto,
no era el cuerno de la unción (1S 16,1).
Pero el aceite con que nuestro Señor le ungió
no es un alimento
transforma al pecador, este lobo por fuera,
en cordero, miembro de su reba￱o (Mt 7,15)…
Cuando la paloma trajo la rama de olivo (Gn 8,11),
era el símbolo de la unción bautismal:
todos en el arca se apresuraron hacia ella,
ya que anunciaba una buena noticia de la redención.
Vosotros también, apresuraos hacia este aceite santo;
que vuestros débiles cuerpos se regocijen,
porque anuncia la Buena Noticia de la redenci￳n …
Cuando David fue sido ungido, mis hermanos (1S 16,13),
El Espíritu descendió,
Liberó el corazón de su ira y encontró allí sus delicias.
El perfume de este aceite llenó su corazón;
el Espíritu hizo su morada en él y en él cantó (1S 16,23).
Pero vuestra unción es más grande,
Ya que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
han descendido y habitan en vosotros…
Un aceite de gran precio que María
derramó sobre la cabeza de nuestro Señor
e inundó la casa de este perfume (Jn 12,3).
El perfume de vuestra unción también,
se difunde y llega hasta los cielos.
Allí es la delicia de ángeles;
Satanás encuentra su olor insoportable;
para Dios su aroma es dulce…
¡Venid, ovejas, recibid vuestro signo
Que se escondan aquellos que quieren devorarle!
Venid, corderos, recibid vuestro signo,
porque vuestro signo es la verdad…
Esta verdad, que se parece
a un gran árbol que difunde su sombra…:
las naciones vinieron para resguardarse entre sus ramas (Mt 13,32),
recogieron sus frutas y se hartaron.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”