EVANGELIO DEL DIA
Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Marcos 1,21-28.
Entraron en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y
comenzó a enseñar.
Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien
tiene autoridad y no como los escribas.
Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a
gritar:
"¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros?
Ya sé quién eres: el Santo de Dios".
Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre".
El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese
hombre.
Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: "¿Qué es esto?
¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus
impuros, y estos le obedecen!".
Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.
Comentario del Evangelio por :
San Ambrosio (c. 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia
Comentario al Evangelio de Lucas, 4, 57; SC 45 (trad. SC p. 174)
“El sábado… enseñaba como un hombre que tiene autoridad”
Es un día de sábado cuando el Señor Jesús comienza a realizar curaciones, para
significar que la nueva creación comienza donde lo antiguo se había parado, y
también para señalar desde el principio, que el Hijo de Dios no está sometido a la
Ley sino que es superior a la Ley, que no destruye la Ley sino que le da plenitud
(Mt 5,17). El mundo fue creado por el Verbo, no por la Ley, como lo leemos: "por la
Palabra del Señor los cielos han sido hechos" (Sal. 32,6). La Ley pues no es
destruida sino llevada a la plenitud, con el fin de renovar al hombre caído. Por eso
el apóstol Pablo dice: "Liberaos del hombre viejo; revestíos del hombre nuevo, que
ha sido creado según Cristo" (Col.3, 9s).
Por eso, es justo que el Señor comience a realizar sus obras en sábado, para
mostrar que es el Creador…, continuando la obra que Él mismo había comenzado
antaño. Como el obrero que está a punto de reparar una casa, comienza, no por los
cimientos sino por el tejado; comienza a demoler lo que está arruinado… Liberando
al poseso, comienza por lo menor para llegar a lo más grande: hasta hombres
pueden librar del demonio - por la palabra de Dios, es verdad – pero ordenar a los
muertos que resuciten, pertenece sólo al poder de Dios.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”