IV Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Miercoles
Jesús experimenta en su vida al ser rechazado, y en ese aparente fracaso
nos salva. Así también en nuestra vida, las dificultades tienen un valor
pedagógico
Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de sus
discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la
sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía:
"¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido
dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? ¿No
es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de
José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre
nosotros?". Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo. Por eso les
dijo: "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su
familia y en su casa". Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de
curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y él se
asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los
alrededores, enseñando a la gente” (Marcos 6,1-6).
1. –“ Jesús volvió a "su patria", siguiéndole los discípulos.
Llegado el sábado se puso a enseñar en la sinagoga ”. He aquí pues a
Jesús de nuevo en Nazaret. La costumbre quería que se invitase a un
hombre a leer y comentar la Escritura. El jefe de la sinagoga confía este
papel a Jesús. Marcos no nos dice de qué habló Jesús, pero señala el
asombro y la incredulidad de los oyentes.
-“ El numeroso auditorio se maravillaba diciendo: "¿De dónde
le vienen a este tales cosas, y qué sabiduría es ésta que le ha sido
dada, y cómo se hacen por su mano tales milagros? ¿No es acaso el
carpintero? ¿El hijo de María y el hermano de Santiago, de José, de
Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?"
Y se escandalizaban de Él ”. Marcos da la lista de los primos y primas de
Jesús, pues en Israel, como en otros pueblos que he visto de África, a esos
parientes también se les llama “hermanos”. Jesús vuelve a encontrarse
pues en su medio ambiente y en su familia. Pero ya tiene una nueva
familia: sus discípulos, los que escuchan la Palabra de Dios, los que tienen
fe en El.
-“ Jesús les decía "Ningún profeta es tenido en poco, sino en su
patria y entre sus parientes y en su familia." Y no pudo hacer allí
ningún milagro, fuera de que a algunos enfermos les impuso las
manos y los curó ”. Esta imposibilidad de hacer milagros, no viene de que
no tenga ya poder para ello... sino que se relaciona con la falta de Fe. El
milagro supone la Fe, necesaria para comprenderlo, para recibirlo.
-“ Y se admiraba de la "incredulidad" de aquellas gentes”.
Marcos en tres capítulos nos mostrará cómo reaccionan ante la persona de
Jesús sus propios discípulos, después de haber visto la reacción de fariseos
y pueblo. Tenemos a veces la impresión de que la incredulidad es un
fenómeno moderno; o de que proviene de faltas de la Iglesia –marketing
inadecuado, pecados de los cristianos, transmisi￳n obsoleta del mensaje…-
pero vemos a Jesús que también fracasa, no creen en él. Jesús ha tenido
incrédulos en su propia familia. Esto puede ser un consuelo para padres que
tienen dificultades con la fe de sus hijos.
Tu "admiración", tu extrañeza, Señor, me hacen bien: me
manifiestan al menos que tú estás seguro, Señor, de lo que enseñas, de lo
que Tú eres... (Noel Quesson). Te pido, Señor, esa fuerza de la fe.
Vemos hecho realidad lo de que « vino a los suyos y los suyos no
le recibieron », o como lo expresa Jesús: « nadie es profeta en su
tierra ». El anciano Simeón lo había dicho a sus padres: que Jesús iba a ser
piedra de escándalo y señal de contradicción.
Nosotros somos ahora « los de su casa », los más cercanos al Señor,
los que celebramos incluso diariamente su Eucaristía y escuchamos su
Palabra. Hay un tipo de rutina enemiga del amor, que nos impide reconocer
la voz de Dios en los mil pequeños signos cotidianos de nuestro encuentro
con los demás, del trabajo o contacto con la naturaleza, y podemos, ante
un santo que nos habla, volver a decir: «¿ pero no es éste el
carpintero? », o las otras reacciones de falta de fe: «no está en sus
cabales», «está en connivencia con el diablo», «es un fanático». Hoy me
preguntaba un chico en elcolegio: “¿hay milagros recientes por aquí?”,
como si fuera la esencia de la vida cristiana, cuando la Eucaristía es el
mayor milagro escondido, pues podemos participar de la vida de Cristo en
la comunión (J. Aldazábal).
La “normalidad” de Jesús, de la Virgen, en sus trabajos, confunde a
los paisanos, que lo ven, que la ven, como uno más, como una más… esta
vida de Jesús en Nazaret nos ayuda a aprender de él, de cómo haría su
trabajo en Nazaret: con perfección humana, acabándolo en sus detalles, con
competencia profesional. Es conocido como el artesano. Señor, te pido que
me ayudes a trabajar a conciencia, haciendo rendir el tiempo; sin dejarme
dominar por la pereza; mantener la ilusión por mejorar cada día en
competencia profesional; cuidar los detalles; abrazar con amor la Cruz, la
fatiga de cada día. El trabajo, cualquier trabajo noble hecho a conciencia,
nos hace partícipes de la Creación y corredentores con Cristo. Los años de
Nazaret son el libro abierto donde aprendemos a santificar lo de cada día,
donde podemos ejercitar las virtudes sobrenaturales y las humanas (Pablo
VI, Discurso a la Asociación de Juristas católicos).
Hemos estado unos a￱os analizando “los signos de los tiempos”, pero
ese análisis nos ha entretenido, casi ha llevado a algunos a la parálisis. Sin
embargo, el análisis es un paso del diagnóstico, para poner remedio a las
cosas. Así como un enfermo no se contempla a ver si se muere del mal… “Si
el orgullo nos ha hecho salir, que la humildad nos haga entrar... Como el
médico, después de haber establecido un diagnóstico, trata el mal en su
causa, tú, cura la raíz del mal, cura el orgullo; entonces ya no habrá mal
alguno en ti. Para curar tu orgullo, el Hijo de Dios se ha abajado, se ha
hecho humilde. ¿Por qué enorgullecerte? Para ti, Dios se ha hecho humilde.
Tal vez te avergonzarías imitando la humildad de un hombre; imita por lo
menos la humildad de Dios. El Hijo de Dios se humilló haciéndose hombre.
Se te pide que seas humilde, no que te hagas animal. Dios se ha hecho
hombre. Tú, hombre, conoce que eres hombre. Toda tu humildad consiste
en conocer quién eres.
”Escucha a Dios que te ense￱a la humildad: “ Yo he bajado del cielo
no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado
(Jn 6,38) He venido, humilde, a enseñar la humildad, como maestro de
humildad. Aquel que viene a mí se hace uno conmigo; se hace humilde. El
que se adhiere a mí será humilde. No hará su voluntad sino la de Dios. Y no
será echado fuera (Jn 6,37) como cuando era orgulloso” (San Agustín).
El remedio de los remedios es la piedad. Y me atrevo a decir que el
perdón, ese volver a nuestro Padre Dios, que siempre nos acoge, siempre
nos espera. El perdón lo resuelve todo.
2. David manda un censo y ve que “ en Israel había 800.000
hombres aptos para el servicio militar, y en Judá 500.000”. Se
interpreta como pecado de orgullo, no se apoya ya en Dios... Señor,
también nosotros sentimos a menudo esa necesidad de seguridad.
Quisiéramos poder contar con nuestros medios humanos. Es muy natural. Y
sin embargo sabemos muy bien que Jesús nos ha lanzado a una aventura.
« El que salve su vida, la perderá, y el que pierda su vida, la ganará
« El hijo del hombre no tiene donde reposar su cabeza .» « Si alguien
quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo .» Todas esas
fórmulas son invitaciones a cortar las amarras y partir con una total
confianza... ¡sin cálculo alguno!, ¡sin hacer el censo! Quiero ser aventurero
de tus planes, Señor, no estar atado a mis seguridades…
David rezo: -« He cometido un gran pecado .» Efectivamente: "hizo
cuentas", «calculó». “ Dígnate ahora, Señor, borrar la falta de tu
servidor, porque me he comportado como un necio ". Una vez más la
grandeza de David se manifiesta en el hecho de saber reconocer sus faltas.
Pecador, pero fiel, que viene de “fides”, tener fe, confiar en Dios.
Concédenos, Señor, esa delicadeza de conciencia para que sepamos
confesar enseguida nuestros errores. ¿Qué aspecto de la virtud de la
penitencia es más habitual en mi vida: la virtud de la veracidad... de la
transparencia ante Dios?
-“ El profeta Gad propuso entonces a David, en expiación, que
eligiera entre tres castigos ”. No entendemos eso, porque era hace
muchos años, con una mentalidad bastante primitiva. Entre varias
desgracias, escoge David: " Estoy en grande angustia. Pero caigamos a
manos del Señor, mejor que a manos de los hombres, porque es
grande la misericordia del Señor ".
David se muestra con buen corazón: -“ Yo fui quien pequé... Pero
éstos ¿qué mal han hecho? ” Implora al Señor para que el castigo recaiga
sobre él y quede salvo el pueblo. Es un misterio la causa de los males, y
ahora sabemos que cuando a alguien le vienen desgracias no es por causa
de pecado. De todas formas, hay un misterio en la solidaridad, todos
estamos interconexionados, de tal modo que la falta de uno es causa de la
desgracia de todos... Gracias a Dios, también en positivo: la oración o la
obediencia de uno repercute en bien de todos. Veo así a Jesús, ¡Cordero de
Dios, que cargó sobre él el pecado del mundo! Mis pecados... ¿Tengo
tendencia a "salir adelante" evitando las solidaridades que me llevarían
demasiado lejos? o bien, con Cristo, ¿acepto toda mi parte de solidaridad?
¿Me aparto, quizá, de los males que afligen a mis hermanos, buscando,
ante todo, mi seguridad? o bien, ¿acepto compartir los riesgos?
-“ David compró la era de Arauná el jebuseo y levantó allí un
altar para el sacrificio ”. Así termina el Libro de Samuel y la historia de
David. Dios ha perdonado. David es agradecido. Compra el terreno donde
se levantará pronto el Templo de Jerusalén: una era para la trilla del trigo...
(Noel Quesson). La moraleja que saco también de todo esto es que nosotros
también podemos ver de qué recursos humanos disponemos; pero la
Evangelización no depende de esos recursos ni planes, que habrá que
hacer, sino de Dios en quien hemos de tener puesta la confianza, y dejarnos
guiar por Él. No son nuestros los éxitos ni los fracasos, simplemente hemos
de dejar actuar a Dios.
2. “¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado y liberado de su
falta! ¡Feliz el hombre a quien el Señor no le tiene en cuenta las
culpas, y en cuyo espíritu no hay doblez! ” Esta bienaventuranza va
seguida de la conversión del pecador, que ya no puede resistir; ha decidido
confesar su culpa con una declaración valiente, que parece anticipar la del
hijo pródigo de la parábola de Jesús: “ Pero yo reconocí mi pecado, no te
escondí mi culpa, pensando: "Confesaré mis faltas al Señor". ¡Y tú
perdonaste mi culpa y mi pecado! Por eso, que todos tus fieles te
supliquen en el momento de la angustia; y cuando irrumpan las
aguas caudalosas no llegarán hasta ellos”. "Dios es misericordioso y
no escatima su perdón. (...) El cúmulo de tus pecados no superará la
grandeza de la misericordia de Dios; la gravedad de tus heridas no superará
la habilidad del supremo Médico, con tal de que te abandones a él con
confianza. Manifiesta al Médico tu enfermedad, y háblale con las palabras
que dijo David: " Reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi
pecado ". Así obtendrás que se hagan realidad estas otras palabras: "
has perdonado la maldad de mi corazón "" (S. Cirilo de Jerusalén, Le
catechesi , Roma 1993, pp. 52-53).
Llucià Pou Sabaté