Miércoles 05 de Febrero de 2014
Santoral: Águeda
2 Samuel 24,2.9-17 Soy yo el que ha pecado, haciendo el censo de la
población. ¿Qué han hecho estas ovejas?
Salmo responsorial: 31 Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado.
Marcos 6,1-6 No desprecian a un profeta más que en su tierra
En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando
llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se
preguntaba asombrada: ¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le
han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo
de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven
con nosotros aquí? Y esto les resultaba escandaloso. Jesús les decía: No
desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa. No
pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las
manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor
enseñando.
Pensemos…
El desprecio es falta de agradecimiento y en definitiva falta de amor. Pues
quien desprecia es quien no hace aprecio. Es la persona que envidia y no se
encuentra a gusto en ninguna parte. Todo le molesta. Todo le hiede nada de huele.
Es una persona conflictiva y que no acepta a los demás y le ofende los
triunfos de los otros. De estos hay muchos, incluso, en los templos. Sacristanes,
secretarias y sacerdotes de mal humor. Que andan desde temprano tragando
limones para estar siempre amargados y despreciando a todos.
Entonces…
Hoy el evangelio nos muestra como a Jesús lo desprecian en su propia
tierra. ¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y
esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano
de Santiago y José y Judas y Simón? La reacción de Jesús es de dolor. De malestar
y se marcha. No hizo allí más milagros. Y se extrañó de su falta de fe.
Por tanto el desprecio es sinónimo de falta de amor y de fe. Es un no dejar
entrar lo bueno de Dios y quedarse con lo malo que a uno le ha pasado culpando a
Dios y a la bendita mala suerte. Jesús sigue su recorrido enseñando.
Padre Marcelo
@padrerivas