EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 5,13-16:
Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá
a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de
una montaña.
Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone
sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa.
Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que
ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.
Comentario del Evangelio por :
San Josémaria Escriva de Balaguer (1902-1975), sacerdote, fundador
Homilía del 04/05/1957 en Es Cristo que pasa cap. 14 § 147
“Vosotros sois sal de la tierra… Vosotros sois luz del mundo”
Llenar de luz el mundo, ser sal y luz: así ha descrito el Señor la misión de sus
discípulos. Llevar hasta los últimos confines de la tierra la buena nueva del amor de
Dios. A eso debemos dedicar nuestras vidas, de una manera o de otra, todos los
cristianos. Diré más. Hemos de sentir la ilusión de no permanecer solos, debemos
animar a otros a que contribuyan a esa misión divina de llevar el gozo y la paz a los
corazones de los hombres. En la medida en que progresáis, atraed a los demás con
vosotros, escribe San Gregorio Magno; desead tener compañeros en el camino
hacia el Señor.
Pero tened presente que, cum dormirent homines, mientras dormían los hombres,
vino el sembrador de la cizaña, dice el Señor en una parábola. Los hombres
estamos expuestos a dejarnos llevar del sueño del egoísmo, de la superficialidad,
desperdigando el corazón en mil experiencias pasajeras, evitando profundizar en el
verdadero sentido de las realidades terrenas. ¡Mala cosa ese sueño, que sofoca la
dignidad del hombre y le hace esclavo de la tristeza!
Es necesario, pues, despertar a quienes hayan podido caer en ese mal sueño:
recordarles que la vida no es cosa de juego, sino tesoro divino, que hay que hacer
fructificar. Es necesario también enseñar el camino, a quienes tienen buena
voluntad y buenos deseos, pero no saben cómo llevarlos a la práctica. Cristo nos
urge. Cada uno de vosotros ha de ser no sólo apóstol, sino apóstol de apóstoles,
que arrastre a otros, que mueva a los demás para que también ellos den a conocer
a Jesucristo.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”