Jueves 13 de Febrero de 2014
Santoral: Benigno, Beatriz
1Reyes 11,4-13 Por haber sido infiel al pacto, de voy a arrancar el reino
de las manos; pero dejaré a tu hijo una tribu, en consideración a David
Salmo responsorial: 105 Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
Marcos 7,24-30 Los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que
tiran los niños
En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Se alojó en una casa, procurando
pasar desapercibido, pero no lo consiguió; una mujer que tenía una hija poseída
por un espíritu impuro se enteró en seguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies.
La mujer era griega, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su
hija. Él le dijo: Deja que coman primero los hijos. No está bien echarles a los perros
el pan de los hijos. Pero ella replicó: Tienes razón, Señor; pero también los perros,
debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños. Él le contestó: Anda,
vete, que, por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija. Al llegar a su
casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.
Pensemos…
Dicen en mi pueblo “que cuando el pobre lava llueve” refrán para hablar de
una mala pasada que la vida le ha dado a alguien y pareciera que esto le sucedió a
la mujer del Evangelio: “y le rogaba que echase el demonio de su hija. Él le dijo:
Deja que coman primero los hijos. No está bien echarles a los perros el pan de los
hijos” Era cómo si a Jesús no le importara su sufrimiento.
Entonces…
No es el favor lo que es importante ahora, sino la forma como se lo pide y la
insistencia a toda prueba aunque el desprecio de tocar el tema de los perros. Debe
haber producido mucha tristeza en la mujer. Pero mayor era el dolor por la
enfermedad de su hija. Y es donde ella insiste y lo hace desde la fe.
Aquí no es el simple accionar de Jesús desde un milagro, sino la fe que lo
hace volverse. Es una petición que nace desde la conversión. Es decir, desde la
seguridad que encontraría en Él la sanación de su hija. Es una forma hermosa de
humildad que le permite a Jesús darse a conocer como el gran liberador y dado a
la misericordia.
Desde la fe y la expresión sencilla de su confianza se obra un gran milagro.
“Anda y vete…”
Padre Marcelo
@padrerivas