VI Domingo del Tiempo Ordinario , Ciclo A
Domingo
Lecturas bíblicas
a.- Eclo. 15,15-20: No mandó pecar al hombre.
La primera lectura es toda una lección de sabiduría. El hombre ha sido creado libre
por el Creador, por lo mismo, debe optar en la vida: agua o fuego, vida o muerte
(cfr. Dt. 30,15). Por ser libre, es responsable de sus opciones, nacidas de la
voluntad, iluminadas por la razón. La libertad, es un don maravilloso de la infinita
sabiduría de Yahvé, pero a la cual, nadie consigue oponerse, ya que puede castigar
a quien opta por el mal, y premiar a quien opta por el bien. Según esta teología
nada que haga el hombre deja de estar presente a Dios, todo lo ve, a pesar de
todo, el hombre sigue siendo libre, responsable de lo bueno o malo que realice. El
texto termina con una frase muy consoladora: “Que grande es la sabiduría del
Señor, fuerte es su poder, todo lo ve. Sus ojos están sobre los que le temen, él
conoce todas las obras del hombre. A nadie ha mandado ser impío, a nadie ha dado
licencia de pecar.” (vv. 18-20; cfr. Sant. 1,13-16). Este pasaje nos deja en claro
que el pecado no procede de Dios, todo Santo, y la libertad que dio al hombre: un
don y una responsabilidad.
b.- 1Cor. 2,6-10: Enseñamos una sabiduría divina.
El ap￳stol Pablo, cuando habla de los “perfectos”, se refiere a los que han alcanzado
el pleno desarrollo de la vida y del pensamiento cristiano. Son los adultos en la fe,
no son niños en Cristo (cfr.1Cor. 3,1). Esta postura del apóstol, es contra los
gnósticos, que una vez iniciados en los misterios, podían alcanzar a ser perfectos.
De cara a esta sabiduría (gnosis), de las religiones mistéricas, Pablo, enseña que la
verdadera sabiduría no es de este mundo, y que los bautizados, ya purificados e
iluminados por el Espíritu Santo, son invitados a participar en la vida divina. Esta
sabiduría la encontramos en la voluntad divina, por ello, es esencial hacer la
experiencia de la palabra de Dios que salva a los creyentes, y que se manifiesta en
los creyentes, aunque está llamada a revelarse plenamente al final de los tiempos.
Los ahora iniciados por el Espíritu Santo, llegarán a ser realmente perfectos. La
iniciación cristiana, a diferencia de los gnósticos, es una gracia de Dios que obra en
los llamados a la fe. Contario al intento humano de alcanzar a Dios, la fe cristiana
es respuesta del hombre que Dios suscita viniendo el mismo en Cristo, donde se
encuentre el hombre. Todo intento de sacar al hombre de su realidad, el mundo,
donde Jesús se ha hecho hombre, no es mística cristiana. Si los jefes de este
mundo hubiesen conocido la sabiduría divina, no hubiesen Crucificado “al Se￱or de
la Gloria” (v.8; cfr. Hch. 3,17), es decir, en Jesús, en quien se manifiesta la
sabiduría de Dios en toda su plenitud. Termina el texto con una combinación de
palabras de Isaías y Jeremías, que Pablo cita libremente queriendo introducir al
cristiano a revivir la experiencia de salvación con la que ha sido favorecido por la fe
en Cristo Jesús (cfr.Is.64,3; Jer.3,16). Hoy esa fuente de Sabiduría divina la
encontramos en la obra que el Espíritu Santo de guiarnos a la profundidad de Dios,
superando toda sabiduría humana, y a su amor que con abundancia derrama en
nuestros corazones (cfr. Rm.5,5; 8,5-27). Con ello, se quiere decir, que el cristiano
está llamado a interpretar la historia, como parte de un plan de salvación para la
humanidad, y no guiado por el pensamiento o corriente de moda.
c.- Mt. 5, 17-37: Se dijo a los antiguos, pero yo os digo. La nueva justicia,
superior a la antigua.
El evangelio nos presenta la actitud de Jesús frente a la ley de Moisés. Hay que
dejar claro que Jesús no suprime la ley, sino que viene a darle plenitud,
cumplimiento dirá Jesús (v.17). Frente a la ley se puede caer en la casuística, como
lo interpretaban los fariseos o en el desprecio de la misma. La ley era expresión de
la voluntad de Dios, debe ser aceptada en su totalidad y no como lo hacían los
escribas y fariseos; el cristiano está preparado para superar la justicia de estos
judíos que se creían justos por observar la ley sólo externamente (vv.19-20). Los
ejemplos que pone Jesús, se refieren prescripciones de la ley y la nueva
interpretación a modo de antítesis. La primera prescripción se refiere al
mandamiento de no matar (v.21), pero la ira y el insulto contra el prójimo, en la
nueva interpretación, es como darle muerte a los ojos de Dios, porque quizás lo
haga morir en su corazón. No ama, quien ofende de esa manera a su hermano. Más
que ofrecer sacrificio en el templo a ese que ofendió a su hermano, le valdría
reconciliarse antes con aquel que ha ofendido (v.23). Lo mismo, se debiera hacer,
si alguien tiene una deuda con otro, antes de ir a juicio, es mejor llegar a un
acuerdo (vv.25-26). Otra antítesis, se refiere al adulterio, contrario al mandamiento
es el adulterio del corazón, de la vista y de la mano, partícipes de los deseos del
corazón (v.27). No se debe jurar (v.33-37), por nada de este mundo, porque Dios
preside la humanidad, basta el sí o el no, lo que equivale a un juramento, porque
están pronunciados delante de Dios. En fin, Jesús establece la unidad de vida, es
decir, lo que debe presidir la existencia cristiana es la voluntad de Dios, y la pureza
de intención, a la hora de cumplirla. Sólo así será grande el cristiano en el Reino de
los Cielos.
Teresa de Jesús, nos enseña como el Señor la condujo por el camino de la vida
interior. “Entiendo que, sin ruido de palabras, le está enseñando este Maestro
divino, suspendiendo las potencias, porque entonces antes dañarían que
aprovecharían si obrasen. Gozan sin entender cómo gozan; está el alma
abrasándose en amor, y no entiende cómo ama; conoce que goza de lo que ama, y
no sabe cómo lo goza; bien entiende que no es gozo que alcanza el entendimiento
a desearle; abrázale la voluntad sin entender cómo; mas en pudiendo entender
algo, ve que no es este bien que se puede merecer con todos los trabajos que se
pasasen juntos por ganarle en la tierra. Es don del Señor de ella y del cielo, que,
en fin, de c￳mo quien es. Esta, hijas, es contemplaci￳n perfecta.” (CV 25,2).
Padre Julio Gonzalez Carretti OCD