VI Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Viernes
a.- St.2.14-24.26: La fe sin obras, está muerta.
b.- Mc. 8, 34-9,1: El que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.
Este evangelio dice que Jesús: “comenz￳ a ense￱arles” (cfr. Mc. 8,31). Desde
ahora, Jesús no se dirige a las multitudes, sino a los discípulos, ahora comienza su
magisterio. Todo comienza, con el primer anuncio de la Pasión, desde ahora, Jesús
se autodenomina como el “Hijo del Hombre”, aunque ya lo había mencionado (cfr.
Mc. 2, 20; 2, 28). A este Hijo del Hombre le espera padecer, ser reprobado por las
autoridades religiosas y políticas, sufrir la humillación moral y física, pero luego de
tres días resucitará. Jesús asume su destino como Mesías, ya que hablaba de ello
abiertamente. Jesús se da cuenta que los discípulos, lo mismo la muchedumbre, no
tienen una idea clara de su seguimiento, por eso les explica a ambos grupos esta
realidad. Su camino no sólo ilumina su destino sino también el de aquellos que lo
seguirán, de ahí la importancia de escucharle. El seguimiento consiste en ir detrás
de Cristo y es negarse a sí mismo (v.34), es decir, asumir los criterios del
evangelio, llevar a la práctica las palabras y actitudes de Jesús. Se trata de no usar
criterios mundanos o de los hombres, no hacer del yo el centro de la vida, sino que
poner a Jesucristo, como lo más importante. Segundo, tomar la cruz y seguirle
(v.34), significa asumir el dolor de la vida diaria, pero con Jesús, llevar la
obediencia de fe hasta el final. La cruz y el crisma son las señales del cristiano con
la que estamos marcados desde nuestro bautismo (cfr. Ez.9, 4). Salvar la vida (v.
35), se refiere a lo que realmente somos, si no hay renuncia a uno mismo, todo se
limita, no se abre a los demás, todo queda en lo subjetivo y temporal; quien la
pierde, en cambio, quien entrega la vida, se abre al prójimo y al evangelio, queda
abierto a Dios porque ama de verdad. Avergonzarse de Jesús (v.38), significa que
ÉL no es un importante en la vida. En el día del Juicio, Jesús no verá en ellos su
imagen, causa de su vergüenza, en un momento definitivo respecto de la salvación
eterna. Cristo que muere y resucita, finalmente, se convierte en Juez de vivos y
muertos, centro de la historia. Marcos relaciona la vida del hombre con el Hijo del
Hombre y al Juicio final. El seguimiento de Cristo, es en la mentalidad del
evangelista, es el único proyecto que hace al hombre verdadero discípulo. El
seguimiento forma al discípulo, la sociedad, la familia, la comunidad eclesial, y
desde la Resurrección de Jesús, la presencia del Reino se hace una realidad en
constante crecimiento en nosotros.
Teresa de Jesús, acoge la vocación y la vive pero con una gran dosis de esfuerzo
personal. Renunció como mujer a ser madre y esposa en un proyecto de
matrimonio y familia para seguir a Jesús hasta el Carmelo. “En tomando el hábito,
luego me dio el Señor a entender cómo favorece a los que se hacen fuerza por
servirle, la cual nadie no entendía de mí, sino grandísima voluntad. A la hora me
dio un tan gran contento de tener aquel estado, que nunca jamás me faltó hasta
hoy; y mud￳ Dios la sequedad que tenía mi alma en grandísima ternura.” (V 4,2).
Padre Julio Gonzalez Carretti OCD