EL PODER QUE SIRVE
Homilía monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas
para el 6º domingo durante el año
(16 de febrero 2014)
La liturgia de cada domingo nos acompaña a que alimentemos nuestra fe en la cotidianidad de nuestra
vida. El Evangelio de este domingo (Mt. 5,17-37), nos propone esta enseñanza directa que el Señor
realiza a la multitud, y que en el texto de San Mateo empieza con las bienaventuranzas, y continua con
diferentes exhortaciones de Jesucristo, el Señor. El señala que no vino a abolir la ley o los profetas, sino a
darle cumplimiento:”les aseguro que si la justicia de Ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos,
no entrarán en el Reino de los Cielos” (Mt. 5, 20). El texto de este domingo se presenta exigente y replica
en nuestro interior para tomar conciencia que ser cristiano no es solamente el cumplimiento de rituales. Si
nuestro estilo de vida no está impregnado de la existencia del Amor de Dios y del amor misericordioso a
los hermanos, el Señor nos dice que será difícil que entremos en el Reino de los Cielos. Este es el gran
desafío que necesita nuestro tiempo, muchas veces sumergido en estructuras de pecado que generan
ambientes materialistas y mediocres, requiriendo de cristianos que sean verdaderos discípulos y
misioneros de Jesucristo y testigos de la Vida.
No es fácil captar el núcleo del cristianismo. Comprender que la centralidad de la caridad, la justicia y la
misericordia son las “credenciales de ingreso” al Reino que nos propone el Señor. Esta comprensión es
indispensable para todo bautizado que se dispone a asumir este camino que queremos intensificar como
discípulos y misioneros de Jesucristo. Debemos acentuar que estas “credenciales de ingreso” al Reino que
son importantes para todos, lo son especialmente para aquellos que tenemos responsabilidades en la
conducción ya sea como pastores, o bien como dirigentes sociales, políticos, económicos. Todos aquellos
que debemos dar cuentas del bien o de los daños que provocamos desde nuestras tareas y compromisos.
Considero muy importante en relación a este tema del poder como servicio subrayar algunas reflexiones
del episcopado argentino sobre el estilo de liderazgos que necesitamos hoy: “En este tiempo necesitamos
tomar conciencia de que «los cristianos, como discípulos y misioneros de Jesucristo, estamos llamados a
contemplar, en los rostros sufrientes de nuestros hermanos, el rostro de Cristo que nos llama a servirlo en
ellos». Para nosotros, este es el verdadero fundamento de todo poder y de toda autoridad: servir a Cristo,
sirviendo a nuestros hermanos.
En un cambio de época, caracterizado por la carencia de nuevos estilos de liderazgo, tanto sociales y
políticos, como religiosos y culturales, es bueno tener presente esta concepción del poder como servicio.
Como Iglesia, este déficit nos cuestiona. En un continente de bautizados, advertimos la notable ausencia,
en el ámbito político, comunicacional y universitario, de voces e iniciativas de líderes católicos, con
fuerte personalidad y abnegada vocación, que sean coherentes con sus convicciones éticas y religiosas.
Por eso, es fundamental generar y alentar un estilo de liderazgo centrado en el servicio al prójimo y al
bien común. Todo líder, para llegar a ser un verdadero dirigente ha de ser ante todo un testigo. El
testimonio personal, como expresión de coherencia y ejemplaridad hace al crecimiento de una
comunidad. Necesitamos generar un liderazgo con capacidad de promover el desarrollo integral de la
persona y de la sociedad. No habrá cambios profundos si no renace, en todos los ambientes y sectores,
una intensa mística del servicio, que ayude a despertar nuevas vocaciones de compromiso social y
político.
Alentamos a los líderes de las organizaciones de la sociedad a participar en «la reorientación y
consiguiente rehabilitación ética de la política». Les pedimos que se esfuercen por ser nuevos dirigentes,
más aptos, más sensibles al bien común, y capacitados para la renovación de nuestras instituciones.
Queremos reconocer con gratitud a quienes luchan por vivir con fidelidad a sus principios como así
también a los educadores, comunicadores sociales, profesionales, técnicos, científicos y académicos, que
se esfuerzan por promover una concepción integral de la persona humana. A todos ellos, les pedimos que
no bajen los brazos, que reafirmen su dignidad y su vocación de servicio constructivo. Uno de los
mayores desafíos de nuestro tiempo es recuperar el valor de toda sana militancia”.
El Evangelio de este domingo nos pide que vivamos nuestro compromiso cristiano, estilo de vida y
servicio con mayor radicalidad y donación.
Les envío un saludo cercano y hasta el próximo domingo!
Juan Rubén Martínez, Obispo de Posadas