Martes 25 de Febrero de 2014
Santoral: Justo, Valero, Néstor
Santiago 4,1-10 Pedís y no recibís, porque pedís mal
Salmo responsorial: 54 Encomienda a Dios tus afanes, que él te
sustentará.
Marcos 9,30-37 El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quiera ser
el primero, que sea el último de todos
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron
Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo
matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará. Pero no entendían
aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaúm, y, una vez en casa, les preguntó: ¿De qué discutíais por el
camino? Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el
más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: Quien quiera ser el
primero, que sea el último de todos y el servidor de todos. Y, acercando a un niño,
lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: El que acoge a un niño como éste en
mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me
ha enviado.
Pensemos…
Vivimos sacando cuentas. Comprar, vender, revender, ganancias, por aquí,
por allá… Todo es una angustia por el tener y por estos lares los pobres
desangrando a los más pobres en una eterna reventa de comida y cosas. Para que
los más ricos sean más ríos y los más pobres más pobres. Y un gobierno
alimentando las divisiones y tapando sus faltas con pan y circo.
Entonces…
La vida no es solamente ganancias. Riquezas. Cuánto hay para eso, pues de
ser así entramos en una vida mercantilista donde lo que interesa es el dinero y se
pierde el sentido de la vida la convivencia hasta la familiaridad.
Jesús, en este evangelio, va enseñando a sus discípulos, pero descubre que
ellos van por otro lado. Ellos buscan los ansiados primeros puestos. Los aplausos
del aparecer y ser reconocidos. Y de inmediato, sin dejarlo avanzar, Jesús se los
recrimina: Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el
más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: Quien quiera ser el
primero, que sea el último de todos y el servidor de todos. Y, acercando a un niño,
lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: El que acoge a un niño como éste en
mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me
ha enviado.
La figura hermosa de servicio muy unida a la de un niño. SE ama a la vida y
se sirve. Se vive para servir y no para dar al otro. La inocencia de un niño es el
mejor argumento para vivir como hermanos y ayudarse mutuamente. Por tanto no
es grande quien tiene, sino quien sirve y es capaz de hacerse como niño para vivir
en la alegría de una vida regalada por Dios para que seamos felices.
Padre Marcelo
@padrerivas