VIII Semana del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Introducción a la semana
El miércoles se abre la Cuaresma que, a no olvidar, no se resuelve en sí misma,
sino que se orienta a la Pascua. El rito de la ceniza, u otros alternativos,
subrayará que lo sustancial del camino hacia la Pascua no es acumular
privaciones sino incrementar la riqueza del seguimiento del evangelio del Señor
Jesús. Bien claro que lo proclaman las dos primeras lecturas del Miércoles de
Ceniza, siendo el evangelio el que remacha el mensaje: el Dios escondido está
en el corazón de todos sus hijos.
La segunda parte de la semana, ya con color cuaresmal, nos recordará la
generosidad de Dios que, ofreciendo lo mejor a sus hijos, mima y respeta
nuestra libertad, y no deja de recordarnos qué ayuno es el que quiere, que, por
fortuna, no coincide con el que nos hemos inventado. El evangelio, a su vez, nos
ofrece recursos para centrar nuestro caminar: seguimos al Jesús del Evangelio, y
deseamos vivir el Evangelio del Señor Jesús. Nuestro mejor programa
cuaresmal.
Con permiso de dominicos.org