Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo A, Tiempo Ordinario,
Domingo de la Semana No. 8
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Yo no te olvidaré * Descansa sólo en Dios, alma mía. * El
Señor pondrá al descubierto los designios del corazón * No os agobiéis por el
mañana
Textos para este día:
Isaías 49,14-15:
Sión decía: "Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado." ¿Es que puede
una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas?
Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré
Salmo 61:
Sólo en Dios descansa mi alma, / porque de él viene mi salvación; / sólo él es mi
roca y mi salvación; / mi alcázar: no vacilaré. R.
Descansa sólo en Dios, alma mía, / porque él es mi esperanza; / sólo él es mi roca
y mi salvación, / mi alcázar: no vacilaré. R.
De Dios viene mi salvación y mi gloria, / él es mi roca firme, / Dios es mi refugio. /
Pueblo suyo, confiad en él, / desahogad ante él vuestro corazón. R.
1 Corintios 4,1-5:
Hermanos: Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y
administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador, lo que se
busca es que sea fiel. Para mí, lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un
tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me
remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor. Así, pues, no
juzguéis antes de tiempo: dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden
las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno
recibirá la alabanza de Dios.
Mateo 6,24-34:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Nadie puede estar al servicio de dos
amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al
primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os
digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el
cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y
el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan
y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que
ellos?
¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su
vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo:
ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido
como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se
quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de
poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o
con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro
Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de
Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por
el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus
disgustos."
Homilía
Temas de las lecturas: Yo no te olvidaré * Descansa sólo en Dios, alma mía. * El
Señor pondrá al descubierto los designios del corazón * No os agobiéis por el
mañana
1. Re-educar el cerebro
1.1 Nuestro cerebro está organizado para tomar lo grande como distante. La
grandeza próxima la detectamos como peligro o amenaza. Por eso nos cuesta
trabajo creer que Dios sí está cerca.
1.2 Nuestra mente ha recibido esta información: que lo poderoso es rudo y lo débil
es tierno. Nos cuesta demasiado admitir ternura en el fuerte.
1.3 Pero las lecturas de hoy nos hablan de Dios como grande y a la vez cercano;
fuerte y a la vez cargado de ternura.
2. Amor que no olvida
2.1 Isaías describe el amor de Dios con el lenguaje de la intensidad, cercanía y
belleza del amor materno, quizás la expresión más paradigmática del amor en la
raza humana. Sólo que Dios supera ese paradigma.
2.2 El amor de Dios, como el de una buena madre, es amor que recuerda. Pero hay
maneras de recordar: el que vive resentido o el que espera vengarse también
recuerdan, pero su recordar espera la hora del mal. Dios recuerda su propia bondad
y su propia misericordia, y el bien que ya ha florecido en nosotros, y desde este
piadoso recuerdo busca nuestro bien.
3. Fiarse del amor
3.1 Si Dios está cerca; si nos recuerda con amor; si su poder es inextinguible, lo
único lógico en la vida es confiar en Él. Esa fue la lógica de Cristo, y eso es lo que
quiere inculcarnos en el Evangelio.
3.2 La fe no es entonces un salto al vacío sino el paso natural, racional y lógico...
una vez que uno sabe quién es Dios--lo cual implica saber también que lo demás y
los demás no son Dios.