Comentario al evangelio del Miércoles 05 de Marzo del 2014
Ceniza y Evangelio
“Perfúmate, no desfigures tu cara, no estés cabizbajo”. No sé cuántos predicadores habrán presentado
este mensaje, y es Palabra de Dios, que leen, desde siempre, en el Miércoles de Ceniza.
Es el pórtico de Cuaresma. Como en la obertura de algunas piezas musicales, en la que aparecen todos
los motivos que se desarrollarán más tarde, el Miércoles de Ceniza junta todos los matices del camino
cuaresmal. Cuaresma es subir al Monte, a Jerusalén, y allí tocar a Cristo muerto y resucitado.
Cuaresma es preparación al Misterio Pascual. Históricamente, pedagógicamente y teológicamente todo
se cumple en el vivir bien nuestra condición de bautizados. El catecúmeno que vive en tensión para ser
bautizado en la Vigilia Pascual o el cristiano viejo que re-vive su morir al pecado y su resurrección a
una vida más buena, los dos ponen al Bautismo en el centro de su proyecto cuaresmal.
Muerte y vida, ceniza y agua conviven en la Cuaresma. En el mismo rito de la imposición de la ceniza
escuchamos alternativamente “Acuérdate de que eres polvo” y “Cree en la Buena Noticia”. Morimos
al pecado. Nos vestimos de morado y enmudece el aleluya. Nos convertimos; no tanto porque
abandonamos el pecado sino porque volvemos al Padre, aunque no seamos dignos de llamarnos hijos
suyos. De otra manera lo dijo el poeta: “Hay que volver al pan, a Dios y al vino, son ellos mi destino
“(Miguel Hernández). Resucitar para Dios porque es tiempo de gracia y hora de salvación. La
Cuaresma acaba en la Pascua de primavera, en vida renovada. “Como el sol que se esconde y revive en
el alba, resucitó el Señor”. Todo nos convoca a la vida: el agua de la samaritana, la luz que recobra el
ciego para sus ojos, la resurrección de Lázaro.
El Evangelio de hoy nos marca tres caminos cuaresmales: el ayuno, la oración, la limosna. Hay que
dejar la rutina de nuestros ayunos. Si ayuno es para poder dar más y mejor. Recuento mis adicciones al
consumismo loco, a la bebida, al juego, al internet; buen campo para el ayuno. La oración en Cuaresma
es más intensa. Las páginas litúrgicas son particularmente ricas y sugerentes durante este tiempo
fuerte. También la religiosidad popular tiene cabida con sus vía crucis, procesiones, misereres y
peregrinaciones. La limosna queda actualizada. Propongo cosas como estas: hacerse voluntario en
Cáritas, Proclade, etc; negarse a comprar productos que sean fruto de una explotación, no digamos si es
infantil; algún día de cada semana de Cuaresma privarme de algo programado para dar a una persona o
institución; hacer revisión comprometida de los gastos superfluos. Así, lo que comienza en cenizas
desembocará en el agua de vida. Al fondo, siempre la Pascua.
Conrado Bueno, cmf
Conrado Bueno, cmf