Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo A, Tiempo de Cuaresma,
Domingo de la Semana No. 1
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Creación y pecado de los primeros padres * Misericordia,
Señor: hemos pecado. * Si creció el pecado, más abundante fue la gracia * Jesús
ayuna cuarenta días y es tentado
Textos para este día:
Génesis 2,7-9; 3,1-7:
El Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz un aliento de
vida, y el hombre se convirtió en ser vivo. El Señor Dios plantó un jardín en Edén,
hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado. El Señor Dios hizo
brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver y buenos de comer;
además, el árbol de la vida, en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien
y el mal.
La serpiente era el más astuto de los animales del campo que el Señor Dios había
hecho. Y dijo a la mujer: "¿Cómo es que os ha dicho Dios que no comáis de ningún
árbol del jardín?" La mujer respondió a la serpiente: "Podemos comer los frutos de
los árboles del jardín; solamente del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos
ha dicho Dios: "No comáis de él ni lo toquéis, bajo pena de muerte."" La serpiente
replicó a la mujer: "No moriréis. Bien sabe Dios que cuando comáis de él se os
abrirán los ojos y seréis como Dios en el conocimiento del bien y del mal."
La mujer vio que el árbol era apetitoso, atrayente y deseable, porque daba
inteligencia; tomó el fruto, comió y ofreció a su marido, el cual comió. Entonces se
les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos;
entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.
Salmo 50:
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, / por tu inmensa compasión borra mi culpa,
/ lava del todo mi delito, / limpia mi pecado. R.
Pues yo reconozco mi culpa, / tengo siempre presente mi pecado: / contra ti,
contra ti solo pequé, / cometí la maldad que aborreces. R.
Oh, Dios, crea en mí un corazón puro, / renuévame por dentro con espíritu firme; /
no me arrojes lejos de tu rostro, / no me quites tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación, / afiánzame con espíritu generoso. / Señor,
me abrirás los labios, / y mi boca proclamará tu alabanza. R.Romanos 5,12-19:
Hermanos: Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el
pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, por que todos
pecaron.
[Porque, aunque antes de la Ley había pecado en el mundo, el pecado no se
imputaba porque no había Ley. A pesar de eso, la muerte reinó desde Adán hasta
Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión como la de
Adán, que era figura del que había de venir. Sin embargo, no hay proporción entre
el delito y el don: si por la transgresión de uno murieron todos, mucho más, la
gracia otorgada por Dios, el don de la gracia que correspondía a un solo hombre,
Jesucristo, sobró para la multitud. Y tampoco hay proporción entre la gracia que
Dios concede y las consecuencias del pecado de uno: el proceso, a partir de un solo
delito, acabó en sentencia condenatoria, mientras la gracia, a partir de una multitud
de delitos, acaba en sentencia absolutoria.]
Por el delito de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte, por culpa de uno
solo. Cuanto más ahora, por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y reinarán todos
los que han recibido un derroche de gracia y el don de la justificación. En resumen:
si el delito de uno trajo la condena a todos, también la justicia de uno traerá la
justificación y la vida. Si por la desobediencia de uno todos se convirtieron en
pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos.
Mateo 4,1-11:
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el
diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió
hambre. El tentador se le acercó y le dijo: "Si eres Hijo de Dios, di que estas
piedras se conviertan en panes." Pero él le contestó, diciendo: "Está escrito: "No
sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.""
Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le
dice: "Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Encargará a los
ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece
con las piedras."" Jesús le dijo: "También está escrito: "No tentarás al Señor, tu
Dios.""
Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole los reinos del
mundo y su gloria, le dijo: "Todo esto te daré, si te postras y me adoras." Entonces
le dijo Jesús: "Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a
él solo darás culto.""
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.
Homilía
Temas de las lecturas: Creación y pecado de los primeros padres * Misericordia,
Señor: hemos pecado. * Si creció el pecado, más abundante fue la gracia * Jesús
ayuna cuarenta días y es tentado
1. Vamos a Recuperar Nuestro Bautismo
1.1 Este año leemos en las misas del domingo textos del Evangelio según san
Mateo. Este apóstol será entonces nuestro maestro particular durante el recorrido
de la Cuaresma. Sin embargo, ya para el tercer domingo de este tiempo litúrgico
intervendrá otro apóstol, Juan, que nos ofrecerá algunos pasajes de su Evangelio.
1.2 ¿Cuál es el tema que da unidad a esta Cuaresma? Sabemos que la conversión y
la penitencia son parte esencial de la espiritualidad cuaresmal; sabemos también
que el ayuno, la oración y la limosna son nuestras armas espirituales para este
tiempo; sabemos en fin, que como todos los años, también ahora estamos
avanzando hacia un punto focal: la pascua de Cristo. Pero ello no excluye preguntar
cuál es la particularidad de esta Cuaresma en que Mateo y Juan nos van a enseñar
tantas cosas.
1.3 El énfasis de este año puede sintetizarse en la expresión: "un camino de luz;" o
también diciendo: "vamos a recuperar nuestro bautismo." De lo que se va a tratar,
en realidad, a lo largo de estas lecturas y en el conjunto de estos domingos, es de
ese sacramento, el del bautismo, que en tiempos antiguos fue llamado
precisamente "la iluminación." Se trata de un recorrido desde las tinieblas hacia la
plenitud de claridad y gloria que vendrán con la Pascua del Señor Jesús.
2. Venciendo al Príncipe de las Tinieblas
2.1 Y como se trata de un camino que comienza en la oscuridad, las lecturas de
este primer domingo nos presentan el poder del príncipe de las tinieblas. En la
primera lectura, del Génesis, y en el texto del evangelio aparece expresamente la
acción seductora y perturbadora del enemigo malo.
2.2 Con una diferencia radical: si en el texto del Génesis este enemigo logró lo que
quería, es decir, engendrar desobediencia, sembrar orgullo y producir muerte, en el
texto de san Mateo es él quien resulta vencido. Sus tentaciones fueron incapaces de
confundir, doblegar o derrotar a Cristo.
2.3 La enseñanza más obvia entonces es que admitimos que hay oscuridad y
pecado; reconocemos que como seres humanos podemos caer y caemos, pero
vemos también con alegría que hay uno que ha salido vencedor y en su victoria hay
un germen de esperanza y también de victoria para nosotros.
3. Transmitiendo Vida
3.1 El apóstol san Pablo resume el estado de cosas en la segunda lectura de hoy:
"así como por el pecado de un solo hombre, Adán, vino la condenación para todos,
así por la justicia de un solo hombre, Jesucristo, ha venido para todos la
justificación que da la vida. Y así como por la desobediencia de uno, todos fueron
hechos pecadores, así como por la obediencia de uno, todos serán hecho justos."
3.2 El contraste es completo: desobediencia que produce condenación y luego
muerte, por un lado; obediencia que trae justificación y luego vida, por el otro.
Todos somos hijos de Adán, todos pertenecemos a la especie humana y
participamos de la debilidad y estamos en el esquema de la rebeldía y la
desobediencia. Pero hay un nuevo Adán que transmite vida, y quienes se unen a él
participan de su fortaleza y entran en nuevo esquema de amistad y paz y salvo con
Dios: esto es en últimas lo que quiere decir la palabra "justificación."
3.3 Así pues, apenas iniciada esta Cuaresma, alabemos a Dios por su victoria en la
carne santísima de su Hijo Jesucristo, que padeció tentación sin pecar para que
nosotros los pecadores pudiéramos vencer a la tentación y, unidos a él, recibir de
su vida perdurable.