Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo A, Tiempo de Cuaresma,
Domingo de la Semana No. 2
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Vocación de Abrahán, padre del pueblo de Dios * Dios nos
llama y nos ilumina * Su rostro resplandecía como el sol
Textos para este día:
Génesis 12,1-4a:
En aquellos días, el Señor dijo a Abrán: "Sal de tu tierra y de la casa de tu padre,
hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré
famoso tu nombre, y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan,
maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias
del mundo." Abrán marchó, como le había dicho el señor.
2 Timoteo 1,8b-10:
Querido hermano: Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza
de Dios. Él nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestros méritos, sino
porque, desde tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia, por medio de
Jesucristo; y ahora, esa gracia se ha manifestado al aparecer nuestro Salvador
Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal, por medio del
Evangelio.
Mateo 17,1-9:
En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se
los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro
resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les
aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y
dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para
ti, otra para Moisés y otra para Elías." Todavía estaba hablando cuando una nube
luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: "Éste es mi Hijo,
el amado, mi predilecto. Escuchadlo." Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces,
llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: "Levantaos, no temáis."
Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la
montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del
hombre resucite de entre los muertos."
Homilía
Temas de las lecturas: Vocación de Abrahán, padre del pueblo de Dios * Dios nos
llama y nos ilumina * Su rostro resplandecía como el sol
1. Camino hacia la Luz
1.1 La Cuaresma recibe todo su sentido de la Pascua. Si no hubiera Pascua
tampoco habría Cuaresma, o mejor: la vida entera sería una Cuaresma sin nombre,
dirección ni sentido.
1.2 Estar en Cuaresma entonces es posar los ojos en el Señor de la Pascua. A ello
nos ayuda mucho la visión del Cristo Transfigurado. En su misericordia, Nuestro
Señor quiso dejar entrever un poco de su victoria antes de que empezara lo más
cruel de la batalla. Su frase final de hoy muestra bien cuál era el sentido de aquella
experiencia única de luz y de gloria: "No cuenten a nadie lo que han visto, hasta
que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos." Esa frase apunta al
vínculo indisoluble entre la Transfiguración y la Resurrección.
1.3 La luz grande está al final. Pero antes está el camino. Nosotros, como Abrahán
en la primera lectura, tenemos que hacer camino. Observemos mejor en qué
circunstancias inicia su recorrido este patriarca y aprendamos de él qué puede
servirnos para nuestro propio itinerario.
2. Caminar significa "dejar"
2.1 Dios pone en camino a Abraham. Difícilmente podemos captar nosotros todo lo
que podían significar aquellas palabras que le dirige: "Deja tu país, a tu parentela y
la casa de tu padre." Nuestra cultura, por lo menos en Occidente, se mueve dentro
de parámetros de leyes conocidas y derechos universalmente reconocidos. Uno
sabe que aún en situaciones extremas hay referencias que permanecen: gobiernos,
embajadas, policía, medios de comunicación. Nada de eso tenía Abraham. El día
que salió fue casi como estarse muriendo.
2.2 Una Cuaresma bien vivida es algo así: es un empeño de dejar atrás lo que ya
debe quedar atrás, o dicho de manera más clara y fuerte, "que en cuanto a vuestra
anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los
deseos engañosos, y que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente, y os
vistáis del nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la
justicia y santidad de la verdad" (Ef 4,22-24). Este es también el sentido original de
"mortificación" y de "mortificar," que no es otra cosa sino "dar muerte" a lo que
debe morir en nosotros. El objetivo es ser nuevos pero el precio es admitir una
cuota de muerte en lo que debe morir.
3. Caminar significa "depender"
3.1 Dios le dice a Abraham que deje su tierra pero no le muestra a qué tierra le
habrá de llevar. Sólo le dice que se la mostrará. Partir, en esas circunstancias,
significa depender.
3.2 Nuestro mundo gusto de la palabra independencia y mira toda dependencia
como una esclavitud que debe ser superada. Un resultado de ello es que muchas
personas, más que nunca en la Historia, hacen su vida en una soledad
impresionante. Pero ese es otro tema. Lo que por ahora nos interesa es subrayar
que este camino de renovación es un camino en la dependencia y en la obediencia
(otra palabra impopular).
3.3 Sencillamente es aquello de "ser niños," de sabernos y reconocernos niños,
hijos de Dios. El niño atraviesa la ciudad inmensa y peligrosa sin temor porque va
de la mano de la mamá. Así nosotros también superamos escollos y abismos de la
mano de Dios. El otro nombre que eso tiene es "dependencia," "obediencia."
3.4 En ocasiones el panorama se ensombrece. Entonces aplicamos lo de Pablo en la
segunda lectura de hoy: "Comparte conmigo los sufrimientos por la predicación del
Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios." Sabemos que esos sufrimientos nos
quitan peso, nos podan, nos rejuvenecen. Al final del camino, ya sabemos quién
nos espera: "Cristo Jesús, nuestro salvador, que destruyó la muerte y ha hecho
brillar la luz de la vida y de la inmortalidad, por medio del Evangelio."