Tercera semana de Cuaresma
JUEVES
Estas con Jesús para ser liberados del mal
Lucas 11,14-23
“El que no está conmigo, está contra mi, el que no recoge conmigo desparrama”
La Palabra de Dios, que ha venido iluminando y orientando nuestro camino
cuaresmal, nos ha mostrado en las parábolas y discursos de Jesús los diferente
matices del amor cristiano, con una particular acentuación en la reconciliación, el
perdón y la misericordia como experiencias fundamentales de nuestra identidad de
hijos de Dios. La vivencia del amor a la manera de Jesús es el sello que distingue a
sus discípulos.
El Evangelio de hoy tiene como contexto anterior la enseñanza de Jesús sobre la
oración según la versión de Lucas. En la oración pedimos al Padre el pan de cada
día (11,3), el pan es el don del amigo que ya está descansando para dar al amigo
que viene de viaje (11,6-7), es el símbolo de la “cosa buena” que un papá –por
muy malo que sea- nunca le niega a su hijito (11,11-12).
Y en la oración, que siempre es escuchada (11,10), obtenemos el don del Espíritu
Santo (11,13), que es el don mayor del Padre con el cual también nosotros
podemos vencer al maligno. Y esto porque la lucha de Jesús en el desierto,
continúa en nosotros sus discípulos (11,4).
1. Jesús, libera del mal con el dedo de Dios
En nuestros texto (que tiene sus paralelos en Mateo 12,22-30 y Marcos 3,22-27),
vemos a Jesús, quien después de expulsar a un demonio es acusado por sus
opositores de hacerlo con el poder de Beelzebul, el príncipe de los demonios
(11,14-16).
Pero él, conociendo sus pensamientos ” (11,17) les explica cuán contradictoria
e ilógica es su acusación: “Si pues Satanás está dividido contra si mismo,
¿cómo va a subsistir su reino?... ” (11,18).
Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios , es que ha llegado a
ustedes el Reino de Dios (11,20). En la victoria sobre el mal, Jesús revela su
misterio y da un signo inequívoco de la llegada del Reino de Dios.
“Por el dedo de Dios” (11,20). La imagen expresa en la Biblia la realidad del
poder de Dios actuando en medio de la gente (ver Deuteronomio 9,10; Éxodo
7,18; 8,15). Por el dedo de Dios , es decir, con la fuerza de Dios, con su
Espíritu, Jesús libera de la esclavitud del pecado y reconstruye en cada persona el
rostro de hijo para el cual fue llamado.
El gesto que Jesús realiza es un gesto pascual. Lo que Dios hizo en el pasado,
liberando al pueblo de la opresión y la esclavitud, lo realiza ahora en Jesús. Por eso
afirma sin rodeos que ha llegado a ustedes el Reino de Dios ”.
2. Quien conoce a Jesús, siente la necesidad de optar por El
Esta presentación del Jesús pascual, vencedor del maligno, nos orienta enseguida
en una dirección práctica para el discipulado:
Quien reconoce en Jesús la llegada del Reino de Dios, no puede no seguirlo.
Conocerlo, es acogerlo y optar por él : “El que no está conmigo, está contra mi,
el que no recoge conmigo, desparrama” (11,23).
Por tanto:
Quien está con Jesús recoge frutos de vida: recuperar la filiación perdida,
entra en el corazón del Padre y ama a los hermanos con sus mismos
sentimientos. Estar con Jesús lleva a tener su mismo Espíritu.
Quien no está con él , desparrama (11,23b), es decir, pierde su vida, queda
indefenso en manos del enemigo. En cambio con Jesús el más fuerte
(11,22), que ha derrotado definitivamente al maligno, es posible vencer las
insidias del mal, y ser los hijos amados del Padre (ver 11,2.13).
Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
1. ¿Qué quiere decir que Jesús libera del mal con el dedo de Dios?
2. ¿En qué momentos de mi vida he constatado que estoy con Dios? ¿En qué
momentos o situaciones he constatado lo contrario?
3. ¿Qué implicación “pascual” tiene el ser discípulo de Jesús? ¿De dónde proviene la
victoria sobre el mal? ¿Qué hay que hacer para obtenerla?
Oración comunitaria para la cuaresma
“Todos:
Ha llegado a Ustedes el Reino de Dios (Lucas 11,20)
Lector:
El que crea y sea bautizado, se salvará (Marcos 16,16)
Todos:
Ha llegado a Ustedes el Reino de Dios
Lector:
Que es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo (Romanos
14,17)
Todos: Ha llegado a Ustedes el Reino de Dios
Lector: Por Cristo, que se entregó a sí mismo
para librarnos del mal,
según la voluntad del Padre,
a quien sea la Gloria por los siglos (Gálatas 1,1-5)
Todos: El Reino de Dios ha llegado a Ustedes”
(Del Monasterio Apostólico “Piedra Blanca”, Francia-Chile).
Padre Fidel Oñoro CJM