Miércoles 02 de Abril de 2014
Santoral: Francisco de Paula
Isaías 49,8-15 Te he constituido alianza del pueblo, para restaurar el país
Salmo responsorial: 144 El Señor es clemente y misericordioso.
Juan 5,17-30 Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así
también el Hijo da vida a los que quiere
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo. Por
eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no sólo abolía el sábado, sino también
llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios. Jesús tomó la palabra y les dijo: Os lo
aseguro: El Hijo no puede hacer por su cuenta nada que no vea hacer al Padre. Lo que hace
éste, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él
hace, y le mostrará obras mayores que ésta, para vuestro asombro.
Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los
que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo el juicio de todos,
para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al
Padre que lo envió. Os lo aseguro: Quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee
la vida eterna y no se le llamará a juicio, porque ha pasado ya de la muerte a la vida. Os
aseguro que llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y
los que hayan oído vivirán. Porque, igual que el Padre dispone de la vida, así ha dado
también al Hijo el disponer de la vida. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del
hombre. No os sorprenda, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su
voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el
mal, a una resurrección de juicio. Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo,
juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Pensemos…
Dentro del evangelio de Juan tan espiritual descubrimos en las palabras de Jesús
ora acción hermosa en favor de enfermos. En este caso de un paralitico, otra curación en
sábado dentro de un trabajo en su amor y misericordia. La obra de Dios no se detiene a
pesar de un legalismo riguroso.
Entonces…
En Jesús encontramos una relación íntima – profunda con el Padre Dios. Lo que
hace el padre Él también lo hace. Esa curación indica la lucha de Jesús por sacar a la gente
de la muerte y darles vida.
Jesús hace visible al Padre. En Jesús habita la plenitud de la divinidad (Colosenses
1,19) Por eso quien escucha a Jesús como enviado ya ha resucitado. El enfermo lo escuchó
y quedó sanado.
El reino está aquí. Aquí es donde damos a conocer la obra de Dios en Jesús que se
transparenta y se hace realidad. Es como una nueva creación que alcanzará a todos, incluso
a los que murieron.
Jesús reconoce: “Yo no puedo hacer nada por mi cuenta: juzgo según lo que oigo; y
mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado”
Hace lo de Dios y ese es el trabajo más bello y hermoso.
Es duro que la gente del tiempo de Jesús no le comprendan o se hagan los sordos y
en dolor prosiga, pero sin dejar a un lado esa estrecha relación con su Padre Dios. No
abandona su lucha por seguir la obra de Dios. Hoy también es rechazado e incluso, para
muchos, es un estorbo. Todo Dios. En todo Dios, ¿Hasta cuándo? Es cómo querer vivir a
espaldas de Dios para que al final, en medio de friega diaria, se tenga que buscar a Dios
para que remedie y salve.
Padre Marcelo
@padrerivas