VI Semana de Pascua
Martes
Lecturas bíblicas:
a.- Hch. 16,22-34: Pablo y Silas en la cárcel.
La actuación de Pablo, librar a una esclava posesa de un espíritu adivinatorio, le
trae como consecuencia la cárcel y la flagelación junto a Silas. Le había arruinado
el negocio a sus dueños, en el arte de adivinar, que les dejaba buenas ganancias.
La reacción fue acusarlos de perturbadores y de predicar costumbres no aptas para
romanos (v. 21). El terremoto, que aflojó los cerrojos, y las puertas se abrieron,
produjo el estupor del carcelero, que pensó hasta quitarse la vida, pensando que
los presos habían escapado. Pablo, le impide hacerse daño, y el carcelero pide el
bautismo para él y toda su familia. La reacción de Pablo como ciudadano romano
que era, hacer valer sus derechos, que habían sido vulnerados al flagelarlo, hace
que pide que sea el pretor quien los deje libre y no los lictores. Finalmente el pretor
les ruega dejen la ciudad y estos van a casa de Lidia. Por predicar el evangelio y
liberar a esa joven esclava del poder de Satanás, sufrieron la cárcel y la flagelación,
pero la conversión del carcelero y su familia, los llenó de gozo a ellos y a los recién
convertidos.
b.- Jn. 16, 5-11: Si no me voy, no vendrá el Paráclito.
El evangelio, nos da a conocer la tristeza, que embarga el corazón de los discípulos,
por la pronta ida de Jesús a vivir su misterio pascual y su regreso al Padre. Sin
embargo, nuevamente promete el Espíritu Santo, de ahí que les convenga que el se
marche (v.7). Importante es la tarea que le asigna al Espíritu Santo convencer al
mundo de la realidad y significado del pecado y su relación con la justicia y el juicio
que recaerá sobre los que lo ignoran y actúan como si Dios no existiera. El Espíritu
demostrará que el pecado está condenado y proscrito. La fidelidad de los apóstoles
y de la Iglesia a Cristo a lo largo de la historia, es un argumento en contra de los
que no creen en Jesús. La justicia de Jesús y de los que creen en ÉL, consiste en
proclamar la resurrección y exaltación del Señor Jesús a la diestra del Padre. Volvió
de donde vino. El Espíritu Santo garantiza que la causa de Jesús es justa, como la
de los creyentes: proclamar los valores del reino como la justicia, la verdad, la paz
y el amor. Valores humanos y cristianos. El juicio es para Satanás y los que no
creen en el Hijo de Dios, ahora glorioso a la diestra del Padre, pero que fue
rechazado por los hombres. El Espíritu Santo que da testimonio de Jesús en la
Iglesia será un recuerdo permanente de este juicio de Dios contra los que no creen,
un mundo embriagado de soberbia y autosuficiencia, que no admite a Dios en su
existencia, más aún, que vive de espaldas a ÉL. Si no estamos atentos a lo interior,
podemos caer también en la falta de fe en la palabra de Jesús y el testamento de
sus valores del reino de Dios. En cambio, la vida cristiana intensa hecha de palabra
y sacramentos, eucaristía y comunidad, todo ungido por la oración asegura la
presencia del Espíritu Santo y la mayor comprensión del misterio de Cristo en su
Iglesia.
San Juan de la Cruz, asegura que los actos del cristiano son divinos, porque son
movidos en su vida teologal por el Espíritu Santo y la obra que desde lo interior
hace la presencia de Dios en su existencia cristiana, redunda en obras que
glorifican al Padre y edifican la comunidad eclesial. “Y así en esta estado no puede
hacer actos que el Espíritu Santo los hace y mueve a ellos; y por eso, todos los
actos son divinos, pues es hecha y movida por Dios” (LB 1,6).
Padre Julio Gonzalez Carretti OCD