6o Domingo de Pascua A
Frente a la violencia el testimonio de la ternura de Jesús
En el momento en que Juan escribe su evangelio, los discípulos de Jesús se
encuentran en una situación muy lamentable. La gente se ríe de ellos, se les
echa de las sinagogas judías, se les persigue. Cristo entonces les promete el
Espíritu santo que estará con ellos todos los días hasta el fin del mundo y ese
espíritu será la fuente de esperanza que Pedro menciona en la segunda
lectura de hoy. Ante la agresividad de los adversarios, él invita al testimonio
y a la no violencia:
“Estad siempre preparados para presentar defensa con
mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la
esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3,15-16)
Nuestra esperanza viene de la revelación del Señor : « ustedes son los bien
amados de Dios, el Espíritu santo habita en ustedes, yo los acompaño
siempre y su vida no se termina en el cementerio”. Si testimoniamos de esta
esperanza, la gente alrededor nuestro no dejarán de interrogarse o
cuestionarse sobre nuestra manera de vivir.
Es por nuestra manera de vivir que provocamos en los otros que se
interroguen sobre la esperanza que nos habita.
Dense cuenta de la esperanza que está en nosotros! Y Pedro agrega:
“háganlo con ternura y respeto”. No se trata de provocar controversias, de
hacer proselitismo, sino de da testimonio.
Se encuentra un bello ejemplo de este testimonio de esperanza en las
crónicas de la conquista de América Latina. En el siglo XVIII, en una prisión
de Brasil, un sacerdote que ha sido condenado a muerte (ya que se ha
opuesto al tráfico de esclavos), estaba al borde de ser fusilado. Como se
deben hacer las cosas en buena y debida forma, mismo cuando se trata de
una muerte bárbara cometida por el Estado, el capitán a cargo, demanda al
prisionero si él tenía un último deseo antes de darle cara al pelotón de
ejecución. El sacerdote sorprende al oficial y a los soldados replicándoles:
“Si, me gustaría interpretar una última melodía de flauta antes de morir”. El
oficial le concede este último deseo y los 7 soldados, sus compatriotas,
encargados de darle muerte, adoptan una posición de reposo. Pero
rápidamente, este sacerdote que tocaba la flauta antes de ser fusilado crea
una situación insoportable para sus verdugos. Era totalmente absurdo de
escuchar este condenado a muerte tocando tranquilamente la flauta. El
oficial le arranca de sus manos el instrumento musical, le venda los ojos y da
la orden de disparar el fuego! El padre murió de manera instantánea.
Qué tipo de esperanza le da a un condenado a muerte el coraje o la valentía
de tocar la flauta antes de morir?... ” estad siempre preparados para
presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os
demande razón de la esperanza que hay en vosotros”.
Una de las realidades que vienen una y otra vez sobre nuestras pantallas de
televisión, nuestros computadores, nuestros juegos electrónicos, es la
violencia : la guerra y el terrorismo, la tortura, la masacre de inocentes, los
niños y las mujeres víctimas de abusos sexuales, las violencias conyugales e
intrafamiliares, los niños esclavos obligados a trabajar de diez a 12 horas
por jornada. Uno no termina de señalar los datos de las víctimas inocentes
y esto en un mundo que se dice civilizado y que ha creado o se ha dado
constituciones o cartas de derechos de la persona, derechos de los niños, de
las personas con limitaciones físicas y mentales, de las mujeres, de los
derechos de los prisioneros, etc. El corazón humano no contiene solo buenos
sentimientos. Él esconde también la agresividad, la ambición desmedida, las
bajezas de todo tipo, las tormentas y los truenos de muerte de un gran
número de nosotros.
Las personas mansas, tiernas o dulces son un regalo de Dios y una bendición
para nuestro mundo. Ellas rompen la espiral infernal en la cual se encierra
nuestro universo de violencia. Cuando el respeto y la bondad están presentes
en una familia, en una comunidad, en una institución, la paz y la armonía se
llevan bien.
La ternura y el respeto no son comportamientos exclusivos de personas bien
educadas, ellos se constituyen también en virtudes evangélicas. Desde el
comienzo de su ministerio público, Jesús proclama: “felices
(bienaventurados los mansos…felices los artesanos de la paz, ellos serán
llamados hijos e hijas de Dios” Y el agrega: “aprendan de mí que soy manso
y humilde de coraz￳n”. Sabemos del respeto con el cual trataba los ni￱os, las
mujeres, los infelices o desdichados, los enfermos, los excluidos, los
pecadores.
La mansedumbre y el respeto evitan las peleas, las incomprensiones, la
desconfianza, la violencia. Ellos crean un clima de confianza y desarman
seguramente los espíritus bien belicosos.
Terminamos con el ejemplo de un obispo africano que aloja una mujer que
había cometido adulterio. El brujo del pueblo responsable de ejecutar la
sentencia de muerte por este tipo de delito se presenta en casa del obispo
que se opone a entregarle la mujer condenada. El brujo acusa entonces al
obispo de ser inmoral y de no respetar las leyes de su tribu. El obispo le
responde: “es verdad que yo soy inmoral en relaci￳n a nuestras leyes. Así
que mira tú, mi Dios es más humano que el tuyo!”
Oración
Señor, hoy te pedimos : ven a revivir el don que nos has dado el día de
nuestro bautismo y de nuestra confirmación. Que él nos inspire y nos
sostenga para testimoniar en el corazón del mundo la alegría y la esperanza
que nos habitan a causa de Jesús Resucitado. Amén.