DOMINGO DE PASCUA - MISA DEL DÍA
Homilía del P. Abad Josep M. Soler
20 de abril de 2014
1Cor 5, 6-8
Llena de alegría, la Iglesia hoy repite para que las meditemos las palabras de San
Pablo que hemos escuchado en la segunda lectura: ha sido inmolada nuestra victima
Pascual: Cristo . Iluminada por la Sagrada Escritura, la Iglesia considera la muerte de
Jesucristo como la del cordero pascual en la celebración de la pascua judía. Este
cordero era sacrificado como signo de la liberación del pueblo y como alimento para el
camino que los creyentes debemos hacer en la vida. Cristo, con su sangre derramada
como la del cordero pascual , ha rescatado a la humanidad del poder del mal y de la
muerte, con una victoria que se debe ir haciendo realidad a lo largo de las historia
humana. Y es un cordero que ha resucitado, que está vivo y glorioso tras la inmolación
en la cruz. Presentando a Jesucristo como el cordero pascual , San Pablo nos está
diciendo que Jesucristo nos ha liberado con su muerte ofrecida por nosotros y que,
resucitado, es, hasta el fin de los tiempos, alimento para la vida de los cristianos.
Estos son los dones fundamentales que Jesucristo nos aporta en su Pascua: nos
libera y nos nutre. Pero nosotros tenemos que poner nuestra parte. Era también San
Pablo que lo decía: celebremos la Pascua, no con la levadura vieja , [...], sino con los
panes ázimos de la sinceridad y la verdad . Nosotros, por lo tanto, debemos aportar
sinceridad y verdad . Porque la conducta de los bautizados debe corresponder a la
nueva vida que ha inaugurado Jesucristo con su muerte y su resurrección. Por ello, la
Iglesia, que es buena pedagoga, nos ha ofrecido todo el tiempo de cuaresma para
trabajarnos y vencer la maldad y la malicia que pudiera haber en nosotros. Y ahora en
Pascua nos dice: sed lo que sois; es decir, hacer realidad en vuestra vida lo que sois a
causa de vuestro bautismo que os ha identificado con Cristo. San Pablo lo resume en
dos palabras: vivid con la sinceridad y la verdad . Son dos palabras que tienen un
significado amplio, porque quieren decir que debemos vivir de acuerdo con el modelo
que tenemos en Jesús. Con santidad ante Dios y con lealtad y autenticidad ante los
hombres, sin querer mal a nadie. En pocas palabras: los bautizados debemos amar a
Dios que nos ha hecho hijos suyos y debemos vivir el amor fraterno auténtico, tal
como lo enseña Jesús.
Esta sinceridad y esta verdad de las que habla San Pablo están presentes en el Pan
Pascual que recibimos en la Eucaristía; es el pan nuevo de la sinceridad y la verdad :
Si os habéis fijado, el Apóstol en la segunda lectura pasaba de la imagen del cordero
pascual aplicada a Jesucristo a aplicarle otra imagen típica, también, de la pascua
judía, la del pan sin fermentar, es decir, la del pan ázimo . Nosotros participamos del
cuerpo del Cordero inmolado en la cruz comiendo el Pan que Jesús nos dejó en la
Eucaristía. Por eso en el momento de ir a comulgar repetiremos las palabras del
Apóstol San Pablo: Cristo, nuestro Cordero Pascual, ha sido inmolado. Celebramos la
Pascua viviendo con sinceridad y verdad . Lo cual será un acto de fe en Cristo muerto y
resucitado y al mismo tiempo un compromiso de vida nueva por nuestra parte. Porque
no tendría sentido alegrarnos por la solemnidad pascual y no trabajar para vivir con
sinceridad y verdad sobre todo cuando nos acercamos a recibir el Pan que es la
sinceridad y la verdad porque es Jesucristo mismo.
Tal como he dicho hace unos momentos, vivir estas dos realidades espirituales - la
sinceridad y la verdad - conlleva vivir el amor fraterno sin exclusión. Estos días santos,
pensamos de un modo particular en la tierra donde tuvieron lugar los hechos que
celebramos y en las comunidades cristianas que, en medio de muchas dificultades,
viven y testimonian la fe. Para mostrarles nuestro amor fraterno, os proponemos, si lo
deseais, hacer una aportación a la colecta que haremos al final de esta celebración,
para aportarles nuestra ayuda para las tareas educativas y asistenciales que llevan a
cabo aquellos hermanos nuestros.
En la alegría de esta Pascua, unos escolanes recibirán por primera vez el Pan de la
Eucaristía. Son Marc Bosch, Miquel Carr, Jomari Edangalino, Martí Ferrer, Adrià
Garcia, Kevin Lilagan, Pep Murià, Guim Prats y Roc Tarrés. Todos los que estamos
aquí estamos a su lado, os llevamos en la oración para que viváis este momento tan
importante sabiendo muy bien qué significa y qué conlleva. Los que estamos aquí
representamos a la Iglesia que, de un modo particular en Pascua, acompaña con
alegría a la nueva prole que nace en el bautismo y se nutre por primera vez de la
Eucaristía. Jesús viene a vosotros, a vuestro interior, para ofreceros su amistad y
comunicaros su palabra. Habéis ido aprendiendo a conocerlo en la catequesis y
deberéis irlo conociendo más a medida que os vayáis haciendo mayores. Él os hará
descubrir cada día más que el Padre os ama con el mismo amor que ama a Jesús, y
os hará descubrir, también, que él os ayuda a afrontar todos los momentos de la vida.
Hoy, Jesús viene a vosotros por primera vez como Pan de vida; y vosotros, ayudados
por él debéis trabajar para vivir, como dice San Pablo, con sinceridad y verdad , siendo
leales y auténticos con Dios y con los demás, amando como Jesús ama, sin excluir a
nadie.
Nuestro Cordero pascual ha sido inmolado . Y estará presente, por obra del Espíritu
Santo, en el Pan eucarístico. Por ello, al sernos mostrado este Pan, se nos dirá: "Este
es el Cordero de Dios". Es el mismo que fue sacrificado en la cruz y que salió
victorioso del sepulcro. Y, a pesar de que no somos dignos, él, en su amor sin límites,
vendrá a nosotros para ayudarnos a vivir con sinceridad y verdad , para establecer con
cada uno un diálogo amistoso, para abrirnos las puertas de la inmortalidad.