Segunda Semana de Pascua
VIERNES
Pan de Vida (I):
El signo del pan en abundancia
Juan 6, 1- 15
“Llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes de cebada que
sobraron”
Jesús resucitado nos comunica su vida en el Bautismo, pero también en la
Eucaristía. Es por esta razón que ahora comenzamos a leer el capítulo 6 de Juan.
El sexto capítulo del evangelio de Juan tiene un desarrollo lineal que vale la pena
observar desde ya: comienza con el signo de la multiplicación de los panes y los
peces (6,1-15), narra enseguida la travesía nocturna de lago -en medio de una
tempestad- por parte de los discípulos (6,16-21), se prolonga luego en el
discurso del “Pan de Vida” que clarifica el sentido del signo (6,22-59), y a éste
se responde con la decisión de “dejar” (6,66) o de “seguir” (6,68-69) a Jesús.
Entre el comienzo y el final de este capítulo, notamos un fuerte contraste. Al
comienzo el número de los seguidores de Jesús alcanza su número más alto
(5000 hombres; ver 6,10). Después del discurso de Pan Vivo bajado del Cielo,
quedan solamente Doce como seguidores de Jesús (6,67). Con esto
aprendemos que el criterio que determina la acción de Jesús no es el
proselitismo, sino ante todo y en primer lugar la misión que Dios Padre le
asignó, sin hacer concesiones a las expectativas populares.
Es así como el relato de la multiplicación de los panes, el relato introductorio de
la catequesis sobre el “Pan Vivo bajado del Cielo, es una catequesis que pedirá al
final una clara opción por Jesús. Es, por lo tanto, la puerta de entrada de un
itinerario de purificación-maduración de la fe.
Para apropiarnos mejor de su rico contenido, invitamos a observar atentamente
el desarrollo de la acción en el texto:
(1) La introducción (vv.1-4) . Aparecen los personajes: Jesús, sentado en una
montaña; los discípulos que rodean a Jesús; y una gran muchedumbre que se
aproxima a ellos. Se agrega, además, que “ estaba próxima la Pascua ”. El
hecho de que la multiplicación de los panes se sitúe en este contexto festivo de
vida y libertad, señala la ruta por la cual hay que comprender el signo que va a
realizarse: el don pascual de la vida de Jesús en la Cruz.
(2) El diálogo de Jesús con los discípulos (vv.5-9) . A la pregunta de Jesús
sobre “dónde” comprar panes para alimentar a la multitud que se aproxima, se
dan dos respuestas. Primero la de Felipe, quien ve la intención de Jesús como
absurda. Luego la de Andrés que a pesar de confesar la incapacidad, le presenta
a Jesús un muchacho portador de cinco panes y dos peces. Al final resulta que
los panes no son comprados sino dados.
(3) Jesús sirve la mesa (vv.10-11) . Lo poco que se coloca en manos de Jesús
se multiplica. Notemos tres acciones claves de Jesús: (a) manda que la gente se
siente (Jesús organiza porque la idea de fondo es el de formar comunidad); (b)
ora al Padre; y (c) reparte los panes y los peces, esto es, sirve la mesa.
(4) Jesús manda recoger las sobras (vv.12-13) . El núcleo del relato está
aquí. La gente quedó satisfecha. La “abundancia” de pan es expresión de la
generosidad de Dios y de la plenitud hacia la cual quiere conducir a cada ser
humano. Hay pan para los presentes y también para los ausentes, no hay
exclusión ni marginación ni desperdicio (“ que nada se pierda ”).
(5) Las Reacciones de la multitud y de Jesús (vv.14-15) . El milagro supera
todas las expectativas. Se hace un primer reconocimiento del significado del
acontecimiento proclamando a Jesús como “ el profeta que iba a venir al
mundo ” (ver Dt 18,15-19), un profeta como Moisés (que da pan-maná en el
desierto). Pero Jesús se da cuenta que lo quieren hacer rey a la fuerza y huye.
Jesús no se deja imponer ninguna etiqueta que lo encasille a las pretensiones
populares sacrificando el sentido de su misión. La gente no ha entendido
plenamente el signo. El relato termina con la fuga de Jesús.
En el centro de este acontecimiento el evangelista insiste en colocar la persona
de Jesús. Con la multiplicación de panes y peces demuestra que todo comienza
en él y proviene de él, que tiene capacidad para darle pan-vida a todos y en
abundancia:
(1) Todo comienza en Jesús . Jesús actúa por sí mismo, sin necesidad de que
le den órdenes, él obra según el encargo que le dio su Padre. Notemos cómo
cada paso que se da en el relato está previsto y decidido por Jesús. Todo es una
expresión de su misión.
(2) Todo proviene de Jesús . Aún cuando los discípulos hubieran comprado
pan, no habría habido suficiente para todos. Los cinco panes y dos peces del
joven, tampoco son suficientes. El pan abundante, en última instancia, proviene
de Jesús.
(3) Donde está Jesús hay abundancia . La capacidad de ayudar, propia de
Jesús, no está limitada a unas cuantas personas o a pequeños grupos. No hay
límites para su poder. Su poder para dar vida y lo hace sin exclusiones: hay
suficiente para todos.
Para cultivar la semilla de la Palabra en el corazón:
1. ¿Por qué Jesús multiplica los panes y los peces? ¿Qué quiere enseñar con
ello?
2. ¿Cómo vivimos hoy en la comunidad, en la familia, en la parroquia, en la
pastoral, el desafío que Jesús le puso a Felipe? ¿También nosotros hoy podemos
multiplicar panes?
3. ¿Cómo entender el gesto del “joven” que ofrece sus panes y peces? ¿Por qué
su gesto es un signo pascual? ¿Qué le dice este gesto a la sociedad neoliberal,
competitiva y marginadora? ¿Desde dónde se construye una comunidad fraterna
y solidaria?
Padre Fidel Oñoro CJM