Miércoles 07 de Mayo de 2014
Santoral: Augusto, Lucio, Flavia Domitila
Hechos 8,1b-8 Al ir de un lugar para otro, iban difundiendo el Evangelio
Salmo responsorial: 65 Aclamad al Señor, tierra entera.
Juan 6,35-40 Ésta es la voluntad del Padre: que todo el que ve al Hijo tenga vida
eterna
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará
hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed; pero, como os he dicho, me habéis visto y no
creéis. Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera,
porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha
enviado. Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio,
sino que lo resucite en el último día. Ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al
Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Pensemos…
Ayer le pedían a Jesús una señal. Una obra para creerle y Él supo decirles que era el
verdadero pan del cielo. Y ahora le piden que les de ese pan. Claro ellos creían que era un
pan mágico, muy especial.
Entonces…
Aquí no hablamos de un pan material. Sino que el pan es el mismo Jesús: "¡Yo soy
el pan de vida! El que venga a mí no tendrá hambre y el que venga a mí no tendrá nunca
sed” Por eso comerlo es creer en Jesús. Ellos siguen sin fe y al no tenerla no pueden verle
como ese pan.
Jesús hace la voluntad del que le ha enviado. Esa voluntad es que nadie se pierda
para resucitarlo. Y ese es el alimento que se debe buscar, pues da la vida eterna y vence
toda muerte.
Nosotros andamos muy ocupados en otras cosas. Especialmente en lo material. En
ese pan que nada tiene que ver con Jesús. Aunque queramos salvarnos no deseamos estar
con el salvador. Hemos olvidado que una vez se vistió el traje de la carne (Encarnación) Por
eso no tenemos vida al no creer en Cristo. Él es el gran signo. La gran señal.
Padre Marcelo
@padrerivas