OLOR A OVEJA
Padre Javier Leoz
Seguimos celebrando, y con mucha alegría, la Pascua y hoy el conocido el
domingo del Buen Pastor. No resulta difícil, en el presente año, centrar un poco
la orientación que la Iglesia quiere para los pastores de nuestros tiempos: gente
con aroma a oveja. Personas, en definitiva, que no les asuste –a Cristo no le
atemorizó- el encuentro personal (a veces desagradable) con las personas de
nuestro entorno. A todas, como sea, hemos de llevarles la Buena Noticia.
1. El Papa Benedicto XVI, con motivo de la Jornada Mundial de las
Comunicaciones del a￱o 2012, afirm￳ “las redes sociales no pueden sustituir el
elemento humano”. Y es verdad. A veces podemos caer en la tentaci￳n de ser
“pastores on line”, con todos los medios a nuestro alcance y, sin querer o
queriendo, con buena o mala voluntad, invertir tiempo y tiempo en el mundo
apasionante de internet en detrimento de un encuentro más personal,
comprometido y hasta provocativo con la carne y hueso que nos rodea. Como
siempre, en el término medio, estará la virtud.
2.- En todo caso, lo esencial de las dos posibilidades, siempre habrán de estar
centradas en el Buen Pastor que es Jesús. Su Palabra, sea como sea, hemos de
procurar que no resulte monótona, repetitiva y sí provocadora. Nadie como Él, el
Buen Pastor, va derecho al corazón de las personas. Las conoce de antemano.
No las juzga. Las acoge. Las perdona y, a continuación, las convierte en sus
confidentes, compañeros y acompañantes de camino. En cuántas ocasiones,
muchos de nosotros, al estar en una celebración solemos pensar para nuestros
adentros: “esto lo ha dicho el cura por mí” o “¡Qué bien me viene este Evangelio
para esta situaci￳n concreta que estoy viviendo!”. Jesús, siempre, tiene una
palabra para todo aquel que le busca, sufre o incluso se encuentra perdido.
3. Si hay algo llamativo, cuando los rebaños cruzan la cañadas (incluso el centro
del mismo Madrid) es el hecho de cómo las ovejas siguen a sus pastores. ¿Por
qué? ¿Os habéis parado a pensar?
-Les siguen porque, los pastores, les dan de comer
-Los reconocen porque, los pastores, tienen su timbre de voz y les llama
-Los reconocen porque, estando enfermas, las cuida
-Los reconocen porque, estando perdidas, vuelve tras sus pasos para
recuperarlas
3.- Quitemos al pastor de ovejas y pongamos a Jesús. No pensemos ya en las
ovejas y centrémonos en nosotros: ¿Sentimos la Eucaristía como alimento
verdadero de Cristo? ¿Hemos sentido alguna vez la voz de Jesús en algún
acontecimiento concreto? ¿Hemos vivido con alegría el reencuentro con la fe
después de haber estado en crisis en algún instante o momento? ¿Cuándo
estamos enfermos de ansiedad, tristeza, desencanto….recurrimos a Jesús como
medicina de sanación?
La liturgia del Buen Pastor es, entre otras cosas, una llamada a rezar por los
sacerdotes. Por aquellos que presidimos las comunidades cristianas. Ya veis que
no he querido hablar de otra figura animal que acompaña a los rebaños (el
perro). A veces, la Iglesia, la parroquia, los sacerdotes tendríamos que cambiar
un poco la cara de perro dóberman por otra más afable, cercana, sonriente y
hasta conmovedora. Tal vez, por ello mismo, el Papa Francisco –en el inicio de
su pontificado- nos solt￳ aquello de “pastores con olor a oveja”.
5.- Ayudadnos con vuestra oración que, también nosotros pediremos por
vosotros, para que también tengáis aroma a presbítero (sobre todo en sus
soledades), olor a sacerdote (siendo más comprometidos en la pastoral),
perfume a cura (no dejando toda la responsabilidad sobre nuestros hombros).
Que el Señor nos conduzca, unidos de la mano hasta el encuentro definitivo en
esos valles que nos aguardan con el Buen Pastor en el cielo.
6.- QUIERO SER AROMA DE BUEN PASTOR
Desprendiéndome de la distancia que infunde mi persona
para abrazarme desde la cercanía que aporta el Evangelio
S￳lo así, Se￱or, podré decir que soy “buen pastor”.
Abriéndome sin temor a los que estando lejos de mí
tienen tanto o más derecho que los que viven junto a mí
a tu gracia y a tu poder, a tu presencia y a tu Palabra
S￳lo así, Se￱or, podre decir que soy “buen pastor”
Desprendiéndome de lo que es secundario
de aquello que estorba al empuje de mi cayado
de tantas cosas que, aun siendo importantes,
no son necesarias para compartir mi vida con los demás
S￳lo así, Se￱or, podré decir que soy “buen pastor”
Entregándome sin esperar recompensa alguna
con pasión y con muerte, con vida y con juventud,
con experiencia o con vejez, con fuerza y con debilidad
S￳lo así, Se￱or, podré decir que soy “buen pastor”
Perdonando las incomprensiones y las calumnias
los malos entendidos y los rechazos
las contrariedades, insensibilidades o cerrazones
S￳lo así, Se￱or, podré decir que soy “buen pastor”
QUIERO SER AROMA DE BUEN PASTOR
Llevando alegría a la casa de la tristeza que es el mundo
derrochando sonrisas aunque, por dentro, esté llorando
Cantando desde la fe aunque el auditorio esté vacío
Pregonando tus excelencias aunque los oídos estén taponados
S￳lo así, Se￱or, podré decir que soy “buen pastor”
Acercándome aunque, mi presencia, no sea cómoda
Predicando aunque, mi mensaje, sea reprendido
Amando aunque, mi afecto, sea ridiculizado
Callando aunque, mis silencios, sean tachados de cobardía
Hablando aunque, mis palabras, seas tomadas como intromisión
S￳lo así, Se￱or, podré decir que soy “buen pastor”
Que mi palabra sea eco de la tuya, mi vida color de la tuya,
mi vivir resonancia de la tuya, mis pasos huella de los tuyos,
mi entrega memorial de la tuya y mi servicio para Ti y por Ti Señor
Sólo así, Señor, podré decir que soy Buen Pastor