Jueves 29 de Mayo de 2014. Jueves 6ª semana de Pascua
Santoral: Maximino, Hilda
Hechos 18,1-8 Se quedó a trabajar en su casa. Todos los sábados discutía en la
sinagoga
Salmo responsorial: 97 El Señor revela a las naciones su victoria.
Juan 16,16-20 Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Dentro de poco ya no me veréis, pero poco
más tarde me volveréis a ver. Comentaron entonces algunos discípulos: ¿Qué significa eso
de dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver, y eso de "me
voy con el Padre? Y se preguntaban: ¿Qué significa ese poco? No entendemos lo que dice.
Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: ¿Estáis discutiendo de eso que os he
dicho: Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver? Pues sí, os
aseguro que lloraréis y os lamentaréis vosotros, mientras el mundo estará alegre; vosotros
estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.
Pensemos…
Siempre las despedidas son duras y producen cierta tristeza. Pero aun así, Jesús,
sabiendo que entre los discípulos produciría desconcierto y tristeza tiene que partir. Aunque
les explica poco a poco la causa de esa partida.
Entonces…
Es verdad que el tiempo es de Dios y Dios en ese tiempo actúa siempre a favor de
todos. Hoy se despide y a la vez se queda. Desde su nacimiento (Encarnación) hasta esta
despedida todo será muy breve. Por eso nos invita, como invitó a sus discípulos, a esa
comunión de vida con su amor y redención.
“Dentro de poco no me verán y dentro de otro poco me volverán a ver” Habla Jesús
de dos realidades la humana, Jesús histórico, que debe partir y la otra, la de la grandeza de
la resurrección. Esto no se puede entender. “¿Qué es eso que nos dice?” Los discípulos no
acaban de entender de qué habla. Para poder entenderlo hay que tener confianza en el
Señor. De ahí aquello: que su tristeza se convertirá en gozo. “Al mal tiempo buena cara”
Ese dolor por el decir adiós tendrá, a lo poco, una alegría diferente y alentadora que
ayudará a los discípulos a avanzar con mayor ahínco y decisión. Es verdad que tendrán
problemas, situaciones muy duras, Habrá persecuciones y toda clase de dolores, pero
Jesús nunca los abandonará. Jamás en la oscuridad sino que siempre estarán iluminados
por la resurrección.
Como la Mariposa
En cierta oportunidad, un hombre vio una mariposa a punto de salir de su capullo. Con
denodado esfuerzo, el pequeño insecto se retorcía y forcejeaba con ímpetu, hasta agotar
sus fuerzas, para romper la envoltura y emerger con toda su belleza y esplendor.
El hombre que la miraba con atención, sintió pena por ella y decidió, entonces, hacer algo
por la mariposita. Con mucho cuidado para no dañarla, rompió el capullo para ayudarla a
salir.
Pero su sorpresa fue tan triste como lo fue su decepción. Cuando el pequeño insecto salió
de su capullo, no tenía los vistosos colores de las mariposas y tampoco tenía las fuerzas
para volar. Su vida recién comenzada ya se estaba extinguiendo poco a poco. Rato después,
luego de una intensa agonía, murió sin haber volado ni desplegado sus majestuosos
colores.
¿Qué es lo que había sucedido?
Justamente el intenso esfuerzo que hacen las mariposas para romper su capullo y salir, es
lo que las “entrena” y les provee las fuerzas para volar. Asimismo, es esa lucha por emerger
de su natural envoltura la que hace que aparezcan los bellos colores y motivos en sus alas.
Una mariposa sin ese trance previo del momento de salir de su capullo, muere sin fuerzas ni
hermosura.
Y esto es justamente lo que ha hecho Nuestro Amado Señor con nosotros. Me emociona y
me da gozo pensar en esto, ya que me ayuda a comprender al menos en parte, por qué
Nuestro Señor permite con frecuencia dificultades y tribulaciones en nuestras vidas. Y es
que sin esfuerzos sucumbiríamos sin pena ni gloria en un mundo corrupto y caído.
Dios tiene el poder para romper el capullo que tantos dolores de cabeza nos da. Sin
embargo, es gracias a esas dificultades, que nos hemos de transformar en esa mariposa
que deslumbra con la exquisita belleza de la Gracia de Dios y alegra la vida con el colorido
de su dulce Espíritu a quienes nos rodean y son ministrados a través de nuestras vidas.
AHORA ESTAMOS EN PAZ CON DIOS
Por la fe, pues, hemos sido reordenados, y estamos en paz con Dios por medio de
Jesucristo, nuestro Señor. Por él hemos tenido acceso a un estado de gracia e incluso
hacemos alarde de esperar la misma Gloria de Dios. Al mismo tiempo nos sentimos seguros
incluso en las tribulaciones, sabiendo que la prueba ejercita la paciencia, que la paciencia
nos hace madurar y que la madurez aviva la esperanza, la cual no quedará frustrada, pues
ya se nos ha dado el Espíritu Santo, y por él el amor de Dios se va derramando en nuestros
corazones. (Romanos 5,1-5)
Y que nunca se nos olvide: que un encuentro con Dios puede cambiarlo todo.
Padre Marcelo
@padrerivas
Para la oración con el Santísimo
Bendito y alabado es Jesús sacramentado.
Pongámonos en la presencia de Dios sin miedo, sin evitarlo, en silencio. Déjenlo hablar.
Silencio…
Mirando al Señor porque no te atreves A caminar aunque sea descalzo.
A sonreír aunque no tengas motivos.
A ayudar a otros sin recibir aplausos.
La vida no siempre es simple, siempre habrá algo que nos hace alegrar o entristecer.
Entonces, gracias Dios por no dármelo todo, sino solo lo que necesito.
Silencio…
Hay un actor, que ganó un premio Oscar de la academia Denzel Washintong, quien
cautiva con sus consejos sobre la oración a jóvenes actores. Destacando la importancia de
la oración.
Afirmó: "Oro para que todos ustedes pongan sus zapatos debajo de la cama por la
noche, de manera que para poder alcanzarlos por la mañana se tengan que poner de
rodillas. Y mientras estén ahí den gracias a Dios por su amor su misericordia y
comprensión.
El actor alentó al grupo de estudiantes de la actuación para que usen su talento para
el bien y que nunca se olviden de orar a Dios. "Si comienzas pensando por todas las cosas
que tienes porque agradecer. Será un verdadero día. Un día fácil"
Les invito en silencio a mirar a Cristo y mientras lo hacen, por favor escuchen lo
siguiente: Cuando una persona logra mirarnos realmente, su mirada puede transformar
nuestra vida, y sobre todo quitar de nosotros el sentimiento de soledad.
Una mirada tiene un gran poder, hay miradas “que matan”, miradas que nos
provocan ternura, miradas lujuriosas por las que incluso nos sentimos desnudados, y hay
miradas que logran traspasar nuestro corazón y hacernos sentir que estamos vivos.
Quisiera hablarles de estas últimas. De esas miradas que logran transformarnos, las que le
dan sentido a nuestra existencia.
Estas miradas son de varios tipos. La primer mirada importante es la que tenemos
nosotros mismos sobre nosotros . Cuando en la mañana observamos nuestro rostro en
el espejo, que decimos: ¡Oh, que maravilloso soy!, o, ¡No por Dios, ya cambia estás terrible!
¿ Cómo nos miramos a nosotros mismos? ¿Cómo jueces?, rechazando y midiendo cada una
de nuestras acciones, o quizá sobrevaluándonos, pensando que somos perfectos y no
tenemos ningún error , lo mejor sería aceptarnos tal y como somos, ser auténticos,
reconociendo tanto nuestros aciertos como nuestras limitaciones. Por eso es importante
conocernos a nosotros mismos, es que la capacidad que tenemos de reflexionar, la
ocupamos más seguido y que podamos con nuestros ojos físicos y con
nuestros ojos espirituales mirarnos, pero hacerlo con amor y buscando la verdad.
De esta mirada hacia nuestro interior, tiene que salir también la visión que tenemos
de los demás, es decir una segunda mirada. Dice un dicho que los ojos son el espejo del
alma, así que muchas veces podremos mentirle a nuestros semejantes con nuestras
palabras, pero no con nuestros ojos. ¿Cómo vemos a los demás? ¿qué pensamos de ellos?
¿Los juzgamos? ¿Cuánto realmente los conocemos? ¿Bajo qué lineamientos vemos a los
demás?
A veces se nos olvida que lo que vemos en los demás, es en muchas ocasiones un
reflejo de nosotros mismos, cuando alguien nos cae mal, por algún defecto en muchas
ocasiones es porque este defecto también lo tenemos nosotros. El mandamiento de amar a
los demás como a nosotros mismos, es muy importante, se puede decir que uno va de la
mano del otro, amamos a los demás porque nos amamos a nosotros, porque cuando nos
aceptamos a nosotros mismos, somos más capaces de aceptar a los otros, porque cuando
nos amamos y nos conocemos podemos amar las mismas cualidades en los otros, en lugar
de ver sólo nuestros defectos en los demás. No se les olvide: El poder de una mirada.
Ahora digámosle: Señor, creo en ti, espero en ti y te amo aunque no te
pueda ver.