Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Junio 11
Memoria de San Bernabé
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe * El
Señor revela a las naciones su justicia. * Id y proclamad que el reino de los cielos
está cerca
Textos para este día:
Hechos 11,21b-26;13,1-3:
En aquellos días, gran número creyó y se convirtió al Señor. Llegó noticia a la
Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de
la gracia de Dios, se alegró mucho y exhortó a todos a seguir unidos al Señor con
todo empeño; como era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe, una
multitud considerable se adhirió al Señor. Más tarde, salió para Tarso, en busca de
Saulo; lo encontró y se lo llevó a Antioquía. Durante un año fueron huéspedes de
aquella iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez
llamaron a los discípulos cristianos.
En la iglesia de Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, apodado el
Moreno; Lucio el Cireneo, Manahén, hermano de leche del virrey Herodes, y Saulo.
Un día que ayunaban y daban culto al Señor, dijo el Espíritu Santo: "Apartadme a
Bernabé y a Saulo para la misión a que los he llamado." Volvieron a ayunar y a
orar, les impusieron las manos y los despidieron.
Salmo 97:
Cantad al Señor un cántico nuevo, / porque ha hecho maravillas: / su diestra le ha
dado la victoria, / su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria, / revela a las naciones su justicia: / se acordó de
su misericordia y su fidelidad / en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado / la victoria de nuestro Dios. / Aclama al
Señor, tierra entera; / gritad, vitoread, tocad. R.
Tocad la cítara para el Señor, / suenen los instrumentos: / con clarines y al son de
trompetas, / aclamad al Rey y Señor. R.
Mateo 10, 7-13:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
"Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad
muertos, limpiad leprosos, echad demonios.
Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.
No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni
túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento.
Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y
quedaros en su casa hasta que os vayaís. Al entrar en una casa, saludad, si la casa
se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no lo merece, la paz volverá a
vosotros"
Homilía
Temas de las lecturas: Era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe * El
Señor revela a las naciones su justicia. * Id y proclamad que el reino de los cielos
está cerca
1. Bello elogio
1.1 La Sagrada Escritura, que tan parca es en elogios y tan dura en mostrar lo que
no agrada a Dios, tiene sin embargo palabras de elogio para Bernabé: “era un
hombre bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe”. Este breve pero elocuente elogio
resume en cierto sentido el ideal de la vida cristiana.
1.2 “Un hombre bueno”. Esto significa la virtud, el camino de las virtudes. No es
fácil encontrar una persona de la que se puede decir simple y sencillamente: “es un
hombre bueno”, “es una mujer buena”. La bondad es como el resumen de una vida
en virtud, la cual sin embargo no se cierra sobre sí misma. Para que se pueda decir
de alguien “es bueno” se necesita que lo sea y que se le note, que lo difunda.
1.3 “Lleno del Espíritu Santo”. La virtud, entendida en su sentido usual, es
básicamente un bien humano, es decir, un bien generado o construido desde las
posibilidades y fuerzas humanas. Sin restar belleza a ese ideal, el mismo corazón
del hombre requiere de algo más y de algo mejor. Eso es lo que viene a regalar el
Espíritu Santo. La escala de sanación, de acción y de hermosura que trae el Espíritu
toma todo lo humano y lo eleva a un orden nuevo, el orden de la gracia. Algo así se
cuenta de Bernabé.
1.4 “Lleno de fe”. Es evidente que la fe queda ya incluida en la acción del Espíritu
Santo. ¿Por qué entonces se destaca este aspecto como un elogio adicional? Es
interesante recordar en este sentido la acción del Espíritu en las palabras de Pablo a
los corintios: “Pues a uno le es dada palabra de sabiduría por el Espíritu; a otro,
palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu;
a otro, dones de sanidad por el único Espíritu...” (1Co 12,8-9). Cuando Pablo se
refiere aquí a que el Espíritu “da fe” alude a algo singularmente intenso, a una
capacidad de vivir la fe como algo que transforma a una comunidad. ¡Y esto
también se predica de Bernabé!