Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 11, Lunes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Nabot ha muerto apedreado * Atiende a mis gemidos,
Señor * Yo os digo: No hagáis frente al que os agravia.
Textos para este día:
1 Reyes 21, 1-16:
Por aquel tiempo, Nabot, el de Yezrael, tenía una viña pegando al palacio de Ajab,
rey de Samaria.
Ajab le propuso: "Dame la viña para hacerme yo una huerta, porque está al lado,
pegando a mi casa; yo te daré en cambio una viña mejor o, si prefieres, te pago en
dinero."
Nabot respondió: "¡Dios me libre de cederte la heredad de mis padres!"
Ajab marchó a casa malhumorado y enfurecido por la respuesta de Nabot, el de
Yezrael, aquello de: "No te cederé la heredad de mis padres."
Se tumbó en la cama, volvió la cara y no quiso probar alimento.
Su esposa Jezabel se le acercó y le dijo: "¿Por qué estás de mal humor y no quieres
probar alimento?"
Él contestó: "Es que hablé a Nabot, el de Yezrael, y le propuse: "Véndeme la viña o,
si prefieres, te la cambio por otra." Y me dice: "No te doy mi viña." Entonces
Jezabel dijo: "¿Y eres tú el que manda en Israel? ¡Arriba! A comer, que te sentará
bien. ¡Yo te daré la viña de Nabot, el de Yezrael!"
Escribió unas cartas en nombre de Ajab, las selló con el sello del rey y las envió a
los ancianos y notables de la ciudad, paisanos de Nabot. Las cartas decían:
"Proclamad un ayuno y sentad a Nabot en primera fila. Sentad en frente a dos
canallas que declaren contra él: "Has maldecido a Dios y al rey., Lo sacáis afuera y
lo apedreáis hasta que muera."
Los paisanos de Nabot, los ancianos y notables que vivían en la ciudad, hicieron tal
como les decía Jezabel, según estaba escrito en las cartas que habían recibido.
Proclamaron un ayuno y sentaron a Nabot en primera fila; llegaron dos canallas, se
le sentaron enfrente y testificaron contra Nabot públicamente: "Nabot ha maldecido
a Dios y al rey."
Lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta que murió.
Entonces informaron a Jezabel: "Nabot ha muerto apedreado." En cuanto oyó
Jezabel que Nabot había muerto apedreado, dijo a Ajab: "Hala, toma posesión de la
viña de Nabot, el de Yezrael, que no quiso vendértela. Nabot ya no vive, ha
muerto."
En cuanto oyó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a tomar posesión de
la viña de Nabot, el de Yezrael.
Salmo 5:
Señor, escucha mis palabras, / atiende a mis gemidos, / haz caso de mis gritos de
auxilio, / Rey mío y Dios mío. R.
Tú no eres un Dios que ame la maldad, / ni el malvado es tu huésped, / ni el
arrogante se mantiene en tu presencia. R.
Detestas a los malhechores, / destruyes a los mentirosos; / al hombre sanguinario
y traicionero / lo aborrece el Señor. R.
Mateo 5, 38-42:
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Sabéis que está mandado: "Ojo por
ojo, diente por diente". Pues yo os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al
contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera
ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera
para caminar una milla, acompáñalo dos; a quien te pide, dale; y al que te pide
prestado, no lo rehúyas".
Homilía
Temas de las lecturas: Nabot ha muerto apedreado * Atiende a mis gemidos,
Señor * Yo os digo: No hagáis frente al que os agravia.
1. Y el Cielo en Silencio
1.1 La primera lectura de hoy es uno de los textos más oscuros del Antiguo
Testamento. Tenebroso por lo que allí sucede, pero sobre todo por la impunidad
con la que se dan los hechos y por la consiguiente dificultad de interpretar de
alguna manera constructiva un episodio tan perverso. El capricho suprime a la ley,
la astucia suplanta al derecho, la crueldad desborda sin razón y --por lo menos para
Nabot, que acaba muerto-- todo sucede frente al silencio de Dios.
1.2 Esta escena nos hace recordar muchas otras atrocidades que ha conocido y
conoce nuestro mundo. Millones de inocentes fueron asesinados en las cámaras de
gas de la segunda guerra mundial; miles y miles de torturados y "desaparecidos"
son el saldo espantoso de los regímenes de tiranía en tantas latitudes, desde Rusia
hasta Latinoamérica, desde Pakistán hasta el África Meridional. Todos ellos han sido
otros tantos "Nabot," y también ante ellos el Cielo quedó en silencio.
1.3 El río de esa sangre no se ha detenido lamentablemente. Los abortados en
régimen que no para, los muertos por falta de alimento o de medicinas que ya
existen, las víctimas del terrorismo... ¡cuántos hermanos tendrá Nabot en el Cielo,
un Cielo que sin embargo pareció callar cuando las más horrendas injusticias se
cometían contra ellos!
1.4 El dolor injusto nos deja sin respuesta. No hay nada sensato ni grato que decir
a quien ha perdido así a su esposo o hijo o amigo. Sin una noción de justicia que
trascienda los límites de lo que alcanzamos a ver y a vivir en nuestros breves años,
no hay nada que comprender y muy poco que esperar. Otra historia, en cambio,
sucede cuando es posible oír la palabra del profeta y sobre todo cuando es posible
contemplar a Cristo tan unido a Nabot, tan cercano a su dolor...
2. Poner la Otra Mejilla
2.1 Si hay un texto del Evangelio difícil de explicar, a otros y a uno mismo, es este
del día de hoy. ¿Qué sentido tiene dejar que avance el mal, qué tipo de justicia es
abrirle paso franco a la injusticia? ¿No son esa permisividad y esa pasividad una
invitación a que los tiranos vayan siempre más allá en sus exigencias, caprichos y
desmanes? Y además, ¿no desautoriza entonces este Evangelio a los que LUCHAN
por un mundo mejor para todos? Son tan graves estos reparos, y otros semejantes
que podríamos hacer por nuestra propia cuenta, que ni siquiera la asombrosa
coherencia de Cristo a la hora de su propia pasión y muerte, logra quitar todo la
sensación de pasmo y desconcierto que nos causan esas palabras de "la otra
mejilla."
2.2 Ahora bien, no deberíamos descartar la posibilidad de que Cristo quisiera
precisamente suscitar ese pasmo y desconcierto, por lo menos en alguna medida.
Quizá es parte de su propia pedagogía. No olvidemos que estamos frente a un
maestro, un maestro consumado en el arte de los ejemplos y en la capacidad de
atraer la atención y obligarnos de algún modo a guardar las cosas en la memoria.
¿No es verdad que una vez que uno ha oído lo de la otra mejilla, es decir, una vez
que la escena ha quedado grabada en la imaginación, ya no sale de ahí?
2.3 Jesús no estaba redactando en voz alta un manual de buenas costumbres o una
prolongación de las especificaciones y refinamientos de la Ley de Moisés añadiendo
un capítulo sobre "cachetadas." Su propósito evidentemente era otro. Lo sabemos
por el otro ejemplo que da, el de caminar más de una milla. Ese ejemplo es oscuro
para nosotros, por lo menos hasta que alguien nos explica que era costumbre de
los soldados romanos forzar a los campesinos o gente del lugar a caminar con ellos
un trecho llevándoles el pesado equipaje de campaña. Jesús no estaba iniciando ahí
un capítulo sobre "caminatas con soldados invasores."
2.4 El sentido de la extraña propuesta de Jesús parece ser un llamado general al
tipo de estrategias que hoy llamamos de la "no violencia." Jesús no dice que nos
quedamos soportando más y más golpes simplemente, porque este pasaje no
puede aislarse del conjunto de su enseñanza. El soportar un golpe y sorprender con
una actitud no violenta resultará muchas veces más poderoso que liarnos a golpes
con cualquiera que se atraviese. Además, mostrando a los demás y a nosotros que
somos superiores a la ofensa, no sólo estamos preparando una estrategia de
victoria sino evangelizando.