Sábado 14 de Junio de 2014 Sábado 10ª semana de tiempo ordinario
Santoral: Eliseo
1Reyes 19, 19-21 Eliseo se levantó y marchó tras Elías
Salmo responsorial: 15 Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.
Mateo 5, 33-37 Yo os digo que no juréis en absoluto
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Sabéis que se mandó a los antiguos: No
jurarás en falso y Cumplirás tus votos al Señor. Pues yo os digo que no juréis en absoluto:
ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por
Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver
blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir sí o no. Lo que pasa de ahí viene del
Maligno.
Pensemos…
En este mundo donde la mentira campe a calzón quitado es como natural que se
mienta y se esconda la verdad.
Entonces…
El drama de la mentira se nos ha metido como tuétano en nuestro cuerpo, como
mancha rebelde que no se quita tan fácilmente. Y es Jesús quien viene a decirnos que si
vivimos en la mentira moriremos en ella sin más remedio que un final de engaños y
decepciones.
En este evangelio Jesús hace una relectura del mandamiento “No jurar el falso”
buscando darle fuerza no a la simple letra de una ley antigua, sino valorar las relaciones
humanas y hacerla crecer en la verdad como rechazo a la mentira. Jesús nos invita no a un
mero cumplimiento. Donde se cumple y se miente.
Ayer se decía no jures el falso. Y se podía jurar para que le diéramos fuerza a esa
palabra y si no se cumplía se castigaba. Ahora Jesús informa y enseña que no se debe jurar
por nada. Nada debe ser puesto como juramento: ni cielo, ni por la Tierra, ni por Jerusalén.
Ni tampoco jures por tu cabeza. Y coloca como solución el Sí es sí y no es no.
Digan apenas 'sí', cuando es 'sí'; y 'no', cuando es 'no'. Que lo que pasa de aquí
viene del Maligno. El propone la honradez total y radical. Nada más que esto. Pues Jesús
busca que seamos perfectos como el Padre celestial es perfecto (Mateo 5,48)
Que nos quede claro que la salvación no se obtiene por el cumplimiento de la ley. La
ley es para agradecer de corazón la inmensa bondad gratuita de Dios que nos acoge,
perdona y salva sin algún merecimiento de nuestra parte.
Padre Marcelo
@padrerivas