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DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
(Año Par. Ciclo A)
SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- Dt.8,2-3.14-16: Te alimentó con el maná.
b.- 1Cor.10, 16-17: Formamos un solo cuerpo.
c.- Jn. 6, 51-59: Mi carne es verdadera comida.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros:
Ven Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su
Palabra, de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana.
Perd￳n Se￱or….
3.-Oración colecta: ¡Oh Dios!, que en este sacramento admirable nos
dejaste el memorial de tu pasión; te pedimos nos concedas venerar de
tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que
experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención.
Tú que vives y reinas…
4.- Lectio Divina:
a.- ¿Qué dice el texto?
- “Yo soy el Pan vivo bajado del cielo” (Jn. 6,51s).
El evangelista nos presenta el discurso sobre el Pan de la Eucaristía en toda su
realidad de banquete y de unión con Jesucristo, Pan de vida eterna. Además de
creer en Jesús, hay que comer su Cuerpo, y más que su Cuerpo su carne. El
Padre nos dio a su Hijo, pero este nos da su carne y su sangre, para ser
comida y bebida. Hay un progreso en el lenguaje y en el sentido respecto al
discurso del Pan de vida. “El pan que yo les daré es mi carne” (v. 51). Alusión
a la institución de la Eucaristía realizada por Jesús, el jueves santo, donde
carne viene a reemplazar cuerpo, quizás más cercana a las palabras usadas
por el Maestro esa noche. El evangelio nos dice que si la persona de Jesús, por
medio de la fe es el camino a la vida eterna, ahora se agrega que es su Carne,
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el verdadero Pan de la vida. Hay un progreso ya no es el Padre el protagonista,
si no el Yo del Hijo (v. 35. 48. 51), se pasa del presente al futuro. Se alude a la
Encarnación, “mi carne” pero también a la muerte, muy asociada a la
Eucaristía “vivirá para siempre (v. 51) y a la resurrección (v. 54). En el texto:
“Es mi carne por la vida del mundo” (v. 51), hay una clara alusión a la muerte
de Cristo, con lo que entiende el apóstol, hay un íntima relación entre la
Eucaristía y su sentido de sacrificio cruento, es decir con derramamiento de
sangre (cfr. 1 Cor. 11, 24), en el altar de la Cruz, considerando la voluntad del
Padre que entrega su Hijo amado, por la salvación del mundo (cfr. Jn. 3, 15-
16).
- “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna” (Jn. 6,
54).
Comer su carne y beber su sangre, en el propósito del evangelista, consiste en
oponerse a la herejía del docetismo: se afirma la realidad de la humanidad de
Cristo: la Encarnación (cfr. 1 Jn. 1, 1-2), precisamente para evitar la
espiritualización de su humanidad, es decir, Cristo tiene cuerpo y sangre, que
ahora, se ofrece para ser comida y bebida en el banquete eucarístico. Lo más
opuesto a esa corriente del docetismo, sería comer y beber su cuerpo y su
sangre. Con ello se quiere presentar la Eucaristía, como continuación de la
Encarnación, donde el Verbo se hizo carne, y la Eucaristía donde su carne se
come y su sangre se bebe, para poseer la vida eterna. Todo este misterio
eucarístico se vive en la fe en Aquel que nos amó hasta el extremo, por lo
mismo, sin ella, no hay sacramento de vida eterna. Si no hay fe en la
Eucaristía, tampoco la habría en el misterio de la Encarnación ni en la Pasión y
Resurrección, de la cual es actualización. Respecto a esto último, hay que decir
que hay claras referencias a la escatología final: “yo lo resucitaré el último día”
(v. 54) y “vivirá para siempre” (v. 58). En ambos casos se demuestra que
tener la vida, significa estar unido a Jesús. El evangelista, en el fondo, se suma
a otros autores del NT., que unen la Eucaristía al tema de la vida eterna o
escatología final (cfr. 1Cor. 11, 26; Mc. 14, 25; Lc. 22, 18). En el aquí y ahora
de la vida encontramos estas palabras: “El que come mi carne y bebe mi
sangre, permanece en mí y yo en él” (v. 56). Esta comunión con Jesucristo es
una participación sacramental, pero muy real de aquella que existe entre el
Padre y el Hijo, comunión sellada con su sangre preciosa y con cada uno de los
que cree en este misterio de amor humano y divino de entrega y consumación.
Si Jesús Sacramentado es llevado por nuestras calles y ciudades hoy en
solemne procesión, es para darnos vida y salud de resucitados. Su bendición
debe llegar a todos.
b.- ¿Qué me dice? - ¿Qué le digo? - ¿A qué me comprometo?
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- Jesús nos ama y se preocupa de alimentarnos con vida eterna en la S. Misa.
Esta participación en la multiplicación del Pan eucarístico abre las puertas para
compartir con el prójimo.
- El Padre nos entrega su Hijo, el cual se hace Sacramento y Sacrificio por
nosotros en la Eucaristía.
- Alimentarnos con su Cuerpo y Sangre, exige fe en la palabra del Señor y en
la Iglesia que celebra lo mandado por Jesús.
- Jesús en el Sagrario, es presencia salvadora de Cristo en su Iglesia, a la que
acudimos fuera de la celebración eucarística.
- Otros testimonios…
5.- Momento de Agradecimiento y Contemplación:
a.- Salmo 147,12-15.19-20: Glorifica al Señor, Jerusalén
- Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión,/ que ha reforzado los
cerrojos de tus puertas,/ y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.
- Ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina;/ el envía su
mensaje a la tierra,/ y su palabra corre veloz.
- Anuncia su palabra a Jacob,/ sus decretos y mandatos a Israel;/ con ninguna
nación obró así,/ ni les dio a conocer sus mandatos.
b.- Relectura bíblica que hace San Juan de la Cruz, el místico del amor
divino, descubre en la fuente de la fe, la comprensión de una vida eucarística:
“vivo pan”, “pan de vida”, lo llama él, es decir en la fe y sólo en la fe. “Aquesta
eterna fonte está escondida en este vivo pan para darnos vida, aunque es de
noche. Aquesta viva fuente que deseo en este pan de vida yo la veo, aunque
es de noche” (Poesía del alma que se huelga de conocer a Dios por fe).
6.- Adoración y Alabanza: Te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre por darnos a tu Hijo en la Eucaristía. Te alabamos Señor.
- Te alabamos Jesús Sacramentado por quedarte con nosotros en el Sagrario.
Te alabamos Señor.
- Te alabamos Espíritu Santo por actualizar en cada Eucaristía la presencia de
Jesús Resucitado.
- Te alabamos Padre con la Adoración Nocturna y grupos eucarísticos, desde
ellos y con ellos te alabamos Señor.
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- Otras alabanzas…
7.- Preces: Te lo pedimos Señor.
- Otras preces…
8.- Padre Nuestro
9.- Abrazo de la paz
10.- Bendición final.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros
contemplando” (S. Juan de la Cruz).
Página de la Parroquia Virgen del Carmen: www. carmelitasvina.cl.