Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 11, Viernes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Ungió a Joás, y todos aclamaron: ¡Viva el rey! * El Señor
ha elegido a Sión, / ha deseado vivir en ella. * Donde está tu tesoro, allí está tu
corazón
Textos para este día:
2 Reyes 11, 1-4. 9-18. 20:
En aquellos días, cuando Atalía, madre del rey Ocozías, vio que su hijo habla
muerto, empezó a exterminar a toda la familia real. Pero cuando los hijos del rey
estaban siendo asesinados, Josebá, hija del rey Jorán y hermana de Ocozías, raptó
a Joás, hijo de Ocozías, y lo escondió con su nodriza en el dormitorio; así, se lo
ocultó a Atalía y lo libró de la muerte. El niño estuvo escondido con ella en el
templo durante seis años, mientras en el país reinaba Atalía.
El año séptimo, Yehoyadá mandó a buscar a los centuriones de los Carios y de la
escolta; los llamó a su presencia, en el templo, se juramentó con ellos y les
presentó al hijo del rey.
Los centuriones hicieron lo que les mandó el sacerdote Yehoyadá; cada uno reunió
a sus hombres, los que estaban de servicio el sábado y los que estaban libres, y se
presentaron al sacerdote Yehoyadá. El sacerdote entregó a los centuriones las
lanzas y los escudos del rey David, que se guardaban en el templo.
Los de la escolta empuñaron las armas y se colocaron entre el altar y el templo,
desde el ángulo sur hasta el ángulo norte del templo, para proteger al rey.
Entonces Yehoyadá sacó al hijo del rey, le colocó la diadema y las insignias, lo
ungió rey, y todos aplaudieron, aclamando: "¡Viva el rey!" Atalía oyó el clamor de la
tropa y se fue hacia la gente, al templo.
Pero, cuando vio al rey en pie sobre el estrado, como es costumbre, y a los oficiales
y la banda cerca del rey, toda la población en fiesta y las trompetas tocando, se
rasgó las vestiduras y gritó: "¡Traición, traición!"
El sacerdote Yehoyadá ordenó a los centuriones que mandaban las fuerzas:
"Sacadla del atrio. Al que la siga lo matáis."
Pues no quería que la matasen en el templo.
La fueron empujando con las manos y, cuando llegaba a palacio por la puerta de las
caballerizas, allí la mataron.
Yehoyadá selló el pacto entre el Señor y el rey y el pueblo, para que éste fuera el
pueblo del Señor. Toda la población se dirigió luego al templo de Baal; lo
destruyeron, derribaron sus altares, trituraron las imágenes, y a Matan, sacerdote
de Baal, lo degollaron ante el altar.
El sacerdote Yehoyadá puso guardias en el templo. Toda la población hizo fiesta, y
la ciudad quedó tranquila. A Atalía la habían matado en el palacio.
Salmo 131:
El Señor ha jurado a David / una promesa que no retractará: / "A uno de tu linaje /
pondré sobre tu trono." R.
"Si tus hijos guardan mi alianza / y los mandatos que les enseño, / también sus
hijos, por siempre, / se sentarán sobre tu trono." R.
Porque el Señor ha elegido a Sión, / ha deseado vivir en ella: / "Esta es mi mansión
por siempre, / aquí viviré porque la deseo." R.
"Haré germinar el vigor de David, / enciendo una lámpara para mi Ungido. / A sus
enemigos los vestiré de ignominia, / sobre él brillará mi diadema." R.
Mateo 6, 19-23:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No atesoréis tesoros en la tierra,
donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los
roban. Atesorad tesoros en le cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los
coman, ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque dónde está tu tesoro, allí
está tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si
tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Y si la única luz que tienes
está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!"
Homilía
Temas de las lecturas: Ungió a Joás, y todos aclamaron: ¡Viva el rey! * El Señor
ha elegido a Sión, / ha deseado vivir en ella. * Donde está tu tesoro, allí está tu
corazón
1. Uno de los textos más extraños
1.1 El pasaje de la muerte de Atalía no sólo es sombrío y violento, sino que su final
nos deja pensando por la manera brutal como parece que se alcanza una solución .
1.2 El mensaje es en realidad sencillo: esta mujer usurpa el trono a punta de
espada y sangre, y finalmente es víctima de la misma espiral de violencia que ha
iniciado. Ella quiere eliminar todo heredero de la Casa de David, pero la acción
rápida y precisa de otra mujer, Josebá, logra salvar, escondiéndolo, al legítimo
heredero, el pequeño Joás. En un final dramático, que es el que hemos oído en la
primera lectura de hoy, la iniquidad de Atalía produce un revuelto que encuentra
inmediato soporte en el pueblo. Ese mismo pueblo luego siente paz, al deshacerse
de la usurpadora.
1.3 Esta clase de hechos turbulentos nos recuerdan varias cosas. Ante todo, que
Dios prosigue su plan aunque los criminales crean que tienen dominado todo.
También, que en el fondo la gente tiene el sentido de la fe, el sentido para
reconocer quién le habla o gobierna de parte de Dios, y quién en cambio está
sirviéndose de las cosas y la obra de Dios en propio provecho. Y finalmente, ver
cómo se cumple lo que Cristo dijo: "los que usen la espada, a espada perecerán"
(Mateo 26,52).
2. Tesoros en el cielo
2.1 La frase de Jesús se comprende especialmente bien ante el misterio de la
muerte. Cuando llega la hora de partir y nos encontramos con que es muy, muy
poco el equipaje que podemos llevar. Sin este horizonte de finitud y de final resulta
incomprensible una restricción a nuestra capacidad de gozar el mundo o de
llenarnos de bienes y de poder.
2.2 De lo cual podemos aprender algo muy profundo: la vida cristiana es un
navegar sobre la verdad de nuestra muerte, o más hondamente, sobre la verdad de
nuestra condición finita, ligada sin embargo y sostenida por el amor gratuito de
Dios.
2.3 Los "tesoros en el cielo" no son "escapes de la tierra", entonces, sino
expresiones naturales de una vida que toma conciencia de su propio límite y se
concentra entonces en aquello que realmente permanece y vence al tiempo. Vivir,
para el cristiano, no es aplazar la muerte, sino vencerla.