Solemnidad. Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo
El Espíritu Santo y los cristianos
Comentamos en la última Homilía que no hay vida cristiana sin presencia
activa del Espíritu Santo Y el Papa Francisco cierra su Exhortación
Apostólica E.G. con un capítulo dedicado a resaltar la insustituible presencia
del Espíritu Santo en el ser y misión de la Iglesia. A tal punto no hay una
auténtica y eficaz misión cristiana cuando se descuida o no se tiene en
cuenta la acción del Espíritu Santo antes, durante y después de la actividad
humana en la obra evangelizadora,
Cuando no hay animación del Espíritu, advierte Francisco, la pretendida
evangelización “queda reducida a un conjunto de tareas vividas como una
obligación pesada que simplemente se tolera o se sobrelleva como algo que
contradice las propias inclinaciones o deseos…”
Felizmente estamos viviendo una nueva oportunidad de espiritualidad
pastoral Un tiempo muy marcado del Espíritu volviendo a descubrir que el
camino de acceso a un encuentro personal con Jesús es una experiencia del
Espíritu Santo .
No basta la lectura estudiosa por profunda e erudita que fuere. Porque para
encontrarse con la persona liberadora de Cristo Jesús Salvador, el único
camino es una experiencia del Espíritu Santo . La erudición bíblica sin la
presencia del Espíritu, comentan algunos escritores de espiritualidad
cristiana, es como un instrumento de música de excelente calidad sin el
artista que lo utilice para ejecutar la obra musical
El Vaticano II fue convocado por S.Juan XIII con el objetivo bien preciso de
renovar a la Iglesia encerrada en sí misma en solemnidad de ritos religiosos
e inoperante s en una evangelización a tono con la evolución de la historia y
el progreso del mundo.
La voz de orden que le dio el Papa “bueno” fue “volver a las fuentes”
para encontrar el camino de una verdadera y real renovación. El origen
histórico de la Iglesia se encuentra en los Hechos de los Apóstoles. Libro
escrito por San Lucas contemporáneo de los Apóstoles y de la primera
generación de discípulos del Señor Jesús.
Los Padres Conciliares al preguntarse ¿Iglesia, quién eres? redescubrieron
dos hechos originantes de una Iglesia viva y servidora de la sociedad
humana formando comunidades orantes y solidarias, alegres y fraternas,
testigos de dos hechos en mutua dependencia el uno del otro : Jesucristo y
el Espíritu Santo-
El Concilio Vaticano II al hacer una relectura actualizada de los “Hechos de
los Apóstoles” redescubrió una Iglesia, nuevo pueblo de Dios. Con grupos
de mujeres y varones que animados por el Espíritu Santo se fueron
uniendo en fraternidad de tal intensidad que compartían su vida social en
una dinámica realmente familiar no obstante las diferencias naturales de
raza-y demás condiciones individuales. Estos grupos comunitarios iban
surgiendo en la extensión del mundo conocido, tras la huellas de un tal
Jesús que murió y resucitó acompañándolos, uniéndolos en fraterna
amistad por obra y gracia del Espíritu Santo enviado por el Padre
Dios
.No tienen Templo ni edificio particular que los distingan. Transitan y
conviven en sus ciudades y familias de la sangre como los demás
ciudadanos comunes. Se distinguen por el cambio en el trato humano entre
ellos creando una convivencia ciudadana fraternalmente solidaria .
Analizando los Hechos de los Apóstoles se llega a la conclusión que para ser
cristiano auténtico es preciso encontrarse con Jesús y el Espíritu Santo que
son como dos brazos largos del Padre Dios que abrazan con ternura divina a
cada persona humana en acción transformadora de santificación y salvación
Es preciso devolver al Pueblo de Dios el itinerario espiritual de un ir al Padre
por el Hijo en el Espíritu Santo para que la vida de todos los días se
transforme en una historia de liberación cristiana y la sociedad humana
disfrute la civilización del Amor.-
Este itinerario espiritual-pastoral cristiano, tiene su fuente eterna
en la Pascua de Jesús que se actualiza para cada cristiana/o en
cada Eucaristía.
Miguel Esteban Hesayne .