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DECIMO TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
(Año Par. Ciclo A)
Solemnidad de San Pedro y San Pablo
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- Hch.12,1-11: El Señor me ha librado de las manos de Herodes.
b.- 2Tim. 4,6-8.17-18: Ahora me aguarda la corona merecida.
c.- Mt.16, 13-19: Tú eres Pedro y te daré las llaves del Reino de los
cielos.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros:
Ven Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su
Palabra, de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana.
Perd￳n Se￱or….
3.-Oración colecta: Señor, tú que nos llenas de santa alegría en la
celebración de la fiesta de san Pedro y san Pablo, haz que tu Iglesia se
mantenga siempre fiel a las enseñanzas de aquellos que fueron
fundamento de nuestra fe cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto?
- “Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a
sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?”
(Mt.16,13ss).
El evangelio establece que para el nuevo Israel, es necesario tener certezas
sobre la persona, mensaje y destino de Jesús. ¿Qué es lo que ve el pueblo en
la persona del joven rabino de Nazaret? (cfr. Mc. 8, 27-30; Lc. 9, 18-21). Ve
en ÉL un personaje importante como Juan Bautista, Elías, el profeta, el
Precursor que tenía que venir (cfr. Mal. 3,23); o Jeremías, el profeta que
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luchó para que el pueblo depositara en Yahvé su confianza, y no en alianzas
políticas. Pero hay una realidad que no han descubierto: es el Mesías. Será
Pedro quien descubra su identidad de Mesías e Hijo de Dios, fruto de fuertes
experiencias vividas por él (cfr. Mt. 14, 33). La respuesta de Jesús es una
bienaventuranza, por revelar su verdadera condición de Hijo de Dios, una
bendición que lo conduce a la plenitud del Reino, porque esta confesión, no es
fruto de la carne ni de la sangre, sino de “mi Padre que está en los cielos” (v.
17).
- “Tú eres Pedro y te daré las llaves del reino de los cielos” (Mt. 16,
18s).
Reconoce su revelación, y le anuncia su nuevo rol en su Iglesia: le cambia el
nombre por Kefhá, Piedra, lo que supone cambio de misión, nombre que Mateo
le da desde el comienzo de su evangelio (Mt. 4,18; Gál. 1,18; 2,9). Piedra, en
el lenguaje bíblico que viene a significar, Yahvé, causa última de salvación
(cfr. 1Sam. 2, 2; 2Sam. 22, 2. 3. 32; Sal. 18,3; 19,15; Is. 17,10), firmeza de
su pueblo; en el NT, en cambio, se aplica a Jesucristo (cfr. Hch. 4, 11; Rom.
9, 33; 15, 20; 1Cor. 3,10; 1Pe. 2, 4-7). Sobre esta piedra, Jesús edificará su
Iglesia, es decir, los reunidos, fruto de la llamada que hace a los hombres en
nombre de Dios. El vocablo Iglesia, significa, convocados y el acto de convocar
(cfr. Mt. 18,18); Dios convoca a los hombres para formar su pueblo, para dar
frutos de santidad para el Reino de Dios (cfr. Mt. 21, 33-44). Sin embargo, su
propuesta ha sido rechazada la mayoría de las veces. Ahora realiza la última
convocatoria por medio de su Hijo, con ese fin, llamó a los Doce, símbolo del
pueblo convocado, y por ello, encomienda y capacita a Pedro, para ser piedra,
firmeza, que confirme la fe de sus hermanos, los convocados, fortaleza que le
viene de Jesús y del Padre. Le da la certeza que las puertas de su Iglesia, no
serán derrotadas por el poder de la muerte. En esta Iglesia, que nace para el
servicio del Reino de Dios, Pedro tendrá las llaves que permite ingresar y salir,
además del poder de atar y desatar, de admitir y excomulgar válidamente
ante Dios, permitir y prohibir. El pasaje evangélico, termina con el mandato
de silencio por parte de Jesús, ya que título de Mesías, hay que asumirlo,
vivirlo, y antes que se especule sobre él, quiere manifestar cómo lo va a
realizar, por ello encontramos enseguida, el primer anuncio de la pasión (Mt.
16,21-23). Con su vida entregada al servicio de los hermanos, Pedro, confirmó
su fe en Cristo muriendo mártir en la colina del Vaticano. San Pablo a la
afueras de Roma, por su condición de ciudadano romano es decapitado cerca
del puerto de Ostia. La semilla del Reino de los Cielos estaba germinando en
esa tierra regada por la sangre de estos insignes apóstoles y mártires Pedro y
Pablo. Como ellos hoy la Iglesia quiere, como pueblo de Dios, servir a la
sociedad hasta dar su vida en el campo de la misión evangelizadora. La misma
fuerza del Espíritu Santo que movió a Pedro y Pablo, mueve a la comunidad
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eclesial en la tarea, no fácil, como ayer, de seguir evangelizando. Como Pedro
y Pablo necesitamos ser transformados por la gracia y el amor de Jesucristo
para ser de verdad, testigos convencidos de su fe y audaces para proclamarla
hasta que llamados hasta más allá de los confines de la Iglesia y así podamos
recibir la corona de justicia e inmarcesible gloria de manos de Aquel que nos
amó entregó su vida por nosotros. Canta Iglesia santa, la victoria de tus
mejores hijos, y que tu alabanza, sea también nuestro himno nuevo en la
eternidad de los bienaventurados (Ap. 5,9).
b.- ¿Qué me dice? - ¿Qué le digo? - ¿A qué me comprometo?
- Pedro reconoce a Cristo como el Mesías esperado por los siglos.
- Me dice que Jesús funda la Iglesia, sobre la fe de Pedro, roca visible,
pero ÉL es la piedra invisible que había desechado los arquitectos.
- Funda la Iglesia para siempre, y el infierno no prevalecerá, contra
ella.
- Pedro, vicario de Cristo, con la fuerza del Espíritu dirige la Iglesia en
la historia.
- Otros testimonios…
5.- Momento de Agradecimiento y Contemplación:
a.- Salmo. 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9: El Señor me libró de todas mis
ansias.
- Bendigo al Señor en todo momento,/ su alabanza está siempre en mi
boca;/ mi alma se gloría en el Señor:/ que los humildes lo escuchen y
se alegren.
- Proclamad conmigo la grandeza del Señor,/ ensalcemos juntos su
nombre./ Yo consulté al Señor, y me respondió,/ me libró de todas mis
ansias.
- Contempladlo, y quedaréis radiantes,/ vuestro rostro no se
avergonzará./ Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha/ y lo salva
de sus angustias.
- El ángel del Señor acampa/ en torno a sus fieles y los protege./
Gustad y ved qué bueno es el Señor,/ dichoso el que se acoge a él.
b.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús de este pasaje
evangélico: Santa Teresa de Jesús, siempre se tuvo muy devota de los
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Apóstoles Pedro y Pablo, los considera modelos de entrega de la propia vida
por Cristo y la Iglesia a todos sus hijos e hijas. “Siempre hemos visto que los
que más cercanos anduvieron a Cristo nuestro Señor fueron los de mayores
trabajos: miremos los que pasó su gloriosa Madre y los gloriosos apóstoles…
Gusto yo mucho de San Pedro cuando iba huyendo de la cárcel y le apareció
nuestro Se￱or y le dijo que iba a Roma a ser crucificado otra vez… ¿C￳mo
quedó San Pedro de esta merced del Señor, o qué hizo? Irse luego a la
muerte; y no es poca misericordia del Señor hallar quien se la dé.” (7Moradas
4,5).
6.- Adoración y Alabanza: Te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre por tu Hijo que nos congregó en Iglesia. Te
alabamos Señor.
- Te alabamos Padre por el testimonio de Pedro y Pablo, te alabamos
Señor.
- Te alabamos Padre por la Iglesia, nuestra Madre y Maestra, te
alabamos Señor.
- Ta alabamos Padre por el testimonio del Papa Francisco, te alabamos
Señor.
- Otras alabanzas…
7.- Preces: Te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre por las intenciones del Papa y el testimonio
evangélico de la Iglesia en toda la tierra. Te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre por la paz en toda la tierra, en especial en nuestro
país, en las familias, en los corazones. Te lo pedimos Señor.
- Te pedimos por los que sufren para que encuentren alivio en los
Sacramentos de la Eucaristía, Reconciliación, Unción de los enfermos,
te lo pedimos Señor.
- Otras preces…
8.- Padre Nuestro
9.- Abrazo de la paz
10.- Bendición final.
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“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros
contemplando” (S. Juan de la Cruz). Página de la Parroquia Virgen del
Carmen: www.carmelitasvina.cl.