XIII Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Sábado
Lecturas bíblicas
a.- Gn. 27, 1-5. 15-29: Jacob le quitó la bendición a Esaú.
b.- Mt. 9, 14-17: Discusión sobre el ayuno y el tiempo mesiánico.
Este evangelio nos habla de la observancia del ayuno, por parte de los apóstoles
de Jesús. Son los discípulos de Juan, quienes hacen la pregunta a Jesús, por qué
sus discípulos, no ayunan como ellos y los fariseos (vv. 14-15). La ley de Moisés
mandaba ayunar el día de la Expiación, privándose de alimento hasta el atardecer.
Los fariseos y los discípulos de Juan, ayunaban dos días a la semana (lunes y
jueves). Estos ayunos se relacionaban con la idea de apurar la venida del Mesías.
En cambio, los discípulos de Jesús parecen que no ayunaban y Jesús da la razón:
¿Pueden guardar luto los amigos del novio, mientras está con ellos? (v.15). La
imagen del banquete de bodas, le sirve a Jesús, para expresar su estadía entre los
hombres. Los discípulos no ayunan, porque tienen al Mesías en medio de ellos. La
alegría por la llegada del reino de Dios y los tiempos del Mesías, no se compadece
con la tristeza aflictiva del ayuno. La alusión al Bautista, viene muy bien, cuando el
mismo se declaró amigo del Esposo: “Vosotros mismos me sois testigos de que
dije: "Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él." El que tiene a la
novia es el novio; pero el amigo del novio, el que asiste y le oye, se alegra mucho
con la voz del novio. Esta es, pues, mi alegría, que ha alcanzado su plenitud. Es
preciso que él crezca y que yo disminuya.” (Jn.3, 28-30). Los amigos del esposo
viven desde la amistad y la libertad la relación con Dios y no desde la ley (cfr.
Jn.16, 7; Mt. 18,20; Ap.21,9). Las dos parábolas, la del paño nuevo y la del vino
nuevo, vienen a significar la novedad del evangelio y la salvación que trae a los
hombres, es una realidad totalmente nueva, que ya no calza en los viejos moldes
de la alianza y ley de Moisés. Son varias las alusiones que hace Jesús a este cambio
de sentido respecto a los ritos de purificación, a la observancia del sábado, el
templo de Jerusalén y su culto, las relaciones con los paganos e impuros, etc. La
novedad del evangelio que propone Jesús, vivir la religión en espíritu y en verdad,
es de tal modo radical que no depende del pasado. Pablo enseña que el que es de
Cristo, es criatura nueva (cfr. 2 Cor. 5, 17). Los odres y paños viejos, son los
antiguos modos, esquemas mentales y religiosos de la ley de Moisés (vv.16-17).
Los dirigentes de Israel rechazaron a Jesús, por la novedad de un Mesías pobre y
humilde, muy distinto a la idea que tenían de él. Pero también en la Iglesia hoy hay
muchos que rechazan la novedad de la Palabra de Dios y los signos de los tiempos,
en el fondo rechazan la conversión del corazón como lo presenta el evangelio, y
prefieren tradiciones que ya no dicen mucho. A vino nuevo, Jesucristo, moldes
nuevos, vida abierta a la novedad del Espíritu de Dios que obra maravillas en el
corazón de los fieles.
S. Teresa de Ávila, siempre consideró a Jesucristo como el Esposo de su alma por
medio de la consagración en la vida religiosa y los votos. Nuestra consagración
bautismal nos desposa con Cristo Jesús, alianza de amor y salvación. “Mirad lo que
costó a nuestro Esposo el amor que nos tuvo, que, por librarnos de la muerte, la
murió tan penosa como muerte de cruz.” (5 Moradas 3,12).
Padre Julio Gonzalez Carretti OCD