SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
LA IGLESIA ES UNA, CATÓLICA Y MISERICORDIOSA
EMILIO RODRIGUEZ ASCURRA / contactoconemilio@gmail.com/ Twitter: @emilioroz
Celebramos hoy, como Iglesia, a sus dos pilares: Pedro y Pablo. Uno el primer paPa de
la historia de la Iglesia, a quien el Señor constituyó como roca sobre la cual se
cimentaría; el otro un judío que habiéndose encontrado con Jesús camino a Damasco
fue interceptado por Dios y reconoció a Jesús como el Mesías. Pedro vivió con Jesús,
caminó con él, escuchó sus palabras, lo reconoció públicamente como “el hijo de Dios
vivo”, también lo negó tal como se lo había anticipado Jesús.
Pablo participaba de la persecución de los primeros cristianos, consideraba su doctrina
como blasfema, decir que Dios se ha hecho hombre, muerto y resucitado era un signo de
contradicción absoluta para la casta sacerdotal judía a la que pertenecía. Todo le pareció
poco, estimó todo en nada cuando interpelado por Dios se decidió por ser un apóstol
ferviente del cristianismo primitivo, o los seguidores del Camino como eran llamadas
las primeras comunidades cristianas.
Una vez acontecida la ascensión de Jesús a los cielos, Herodes calculó que encarcelando
a quien era el centro de la comunidad acabaría con ella, sin embargo la sangre del
martirio de ambos fue el semillero de la Iglesia. De su testimonio se fortaleció y
fructificó el cristianismo, uno como signo de unidad, el otro de universalidad. La Iglesia
es Una y es Católica, así lo estableció el Señor e impulsó con su Espíritu.
A la luz de estos dos grandes apóstoles estamos llamados a repensar nuestros métodos
de evangelización, tal como lo dice Pedro hoy: Francisco, renovar la Iglesia como sintió
le pedía Dios a san Francisco de Asís; dejando de lado las estructuras caducas y
lanzándonos adelante, como dice Pablo, haciendo de ella la casa de todos, un tienda de
campaña en la que todos encuentren el mejor medicamento: la misericordia de Dios que
a todos nos abraza y que no debe confundirse con laxitud de vida, sino como un
auténtico camino de conversión (metanoia). Hoy podemos decir que la Iglesia por la
sangre de estos dos grandes santos es Una, Católica y misericordiosa, y nos cobija a
todos.-