XVI Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Lunes
Lecturas bíblicas
a.- Mi. 6,1-4.6-8: Te he explicado hombre lo que Dios desea de ti.
b.- Mt. 12, 38-42: Piden una señal. No se les dará más signo que el de
Jonás.
Este evangelio nos revela que siempre ha existido un sensacionalismo religioso,
hechos extraordinarios, la milagrería, etc. Si bien buscan la fe, los que gustan de
estos fenómenos religiosos, se apoyan en estas realidades efímeras, religiosas,
pero poco cristianas; a Jesús los fariseos le piden un signo del cielo (Mt. 16, 1). Fue
una de estas peticiones de signos para creer, lo que más disgusta a Jesús: “Si no
veis signos y milagros no creéis” (Jn. 4, 48). Los signos que ha hecho ﾿no son
suficientes? ¿No ha hablado Dios en su bautismo en el Jordán? Ellos quieren algo
más se podría poner en la línea del Bautista, cuando quería saber si, Jesús era
realmente el Mesías (Mt.11,2), quieren un signo innegable, apodíctico. Como al
Bautista, a los fariseos, Jesús les muestra el camino de la fe, en contrapunto, a
querer como ellos, forzar la voluntad de Dios, en lugar de someterse a ella. Esta
actitud la califica Jesús, como la de una generaci￳n “malvada y adúltera” (v.39),
por su falta de confianza en Dios, de fidelidad a su palabra. La fe, no se cimienta en
cosas extraordinarias, sino en la aceptación de la voluntad de Dios en la vida del
creyente. Esta generación no es otra que el pueblo de Israel, que a lo largo de su
historia vivió siempre pidiendo signos y prodigios a Yahvé; sin milagros
comenzaban a dudar de su palabra. Simplemente Jesús no accede a su petición, es
más les niega toda señal, como tampoco accedió a las de Satanás en el desierto
(cfr. Mc. 4,1-11; 8,11). ¿Quién estaba preparado para el signo que les daría el Hijo
del Hombre con su muerte y resurrección? ¿Quién lo hubiera comprendido? Les
faltaba fe, puesto que ese signo hay que comprenderlo sólo desde la fe. La figura
de Jonás, era muy conocida entre los judíos, por eso, que la mención que de él que
hace Cristo, es muy significativa en Mateo. La predicación de Jonás fue atendida
por los ninivitas, ya que siendo paganos, hicieron penitencia, se convirtieron y
aceptaron la palabra de Dios. La advertencia no podía ser más clara: el evangelio
se va a ofrecer a los paganos. Los judíos no podían presentar reclamos, porque
ellos habían rechazado la palabra de Dios; los paganos hicieron penitencia, y se
convirtieron de su mala conducta. En cambio, los judíos se niegan a escuchar a
Jesús, que es mucho más que Jonás. La señal es la muerte y resurrección de Cristo,
estará tres días bajo tierra, por obediencia a Dios; Jonás también estuvo tres días
en el vientre de la ballena, pero castigado por desobedecer a Dios, es liberado y
enviado a predicar a los ninivitas (cfr. Jon.2,1). Cristo muere como los profetas,
pero es resucitado y exaltado gloriosamente a la derecha del Padre. Esta es la única
señal que dará el Padre a la humanidad, escándalo para los judíos, necedad para
los gentiles (cfr. 1Cor.1, 20-23). Bastó un profeta, Jonás, una señal, su predicación,
y Nínive se convirtió, pero aquí, dada la sentencia, hay uno que es mayor que
Jonás, es decir los paganos, no sólo reemplazarán a los judíos, sino que los
juzgarán a final de los tiempos (v. 41; cfr. Mt. 8, 11-12). Se menciona a la reina de
Saba que visitó a Salomón para saciarse de su sabiduría (cfr. 1Re 10,1-13; 2 Cró.
9,1-12), en cambio, ellos se niegan a escuchar a Jesucristo que es más que
Salomón, porque es la Sabiduría y palabra de Dios (v. 42). Jesucristo es predicador
de conversión y penitencia, como Jonás, pero además camino hacia Dios como
Salomón y los maestros sapienciales posteriores, si bien es profeta y maestros, los
supera a ambos. Él es el gran signo que Dios envía a la humanidad como Mesías,
Rey y Profeta y con ÉL se deberá producir el gran milagro de nuestra conversión
diaria. ¿Queremos milagros? Este es el mejor, el más evangélico, cristiano;
realicémonos.
Teresa de Jesús, nos hace testigos, como ella, de este signo, saber que Jesús está
vivo, en su Evangelio, en la Eucaristía, en la vida de gracia de cada orante. “ᄀOh
Jesús mío, quién pudiese dar a entender la majestad con que os mostráis! Y cuán
Señor de todo el mundo y de los cielos, y de otros mil mundos, y sin cuento
mundos y cielos que Vos criaseis, entiende el alma, según con la majestad que os
representáis, que no es nada, para ser Vos Se￱or de ello.” (Vida 28,8).
Padre Julio Gonzalez Carretti OCD