Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 16, miércoles
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Te nombré profeta de los gentiles * Mi boca contará tu
salvación, Señor. * Cayó en tierra buena y dio grano
Textos para este día:
Jeremías 1, 1. 4-10:
Palabras de Jeremías, hijo de Helcías, de los sacerdotes residentes en Anatot,
territorio de Benjamín. Recibí esta palabra del Señor: "Antes de formarte en el
vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te nombré
profeta de los gentiles."
Yo repuse: "¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho." El Señor
me contestó: "No digas: "Soy un muchacho", que adonde yo te envíe, irás, y lo que
yo te mande, lo dirás. No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte."
Oráculo del Señor.
El Señor extendió la mano y me tocó la boca; y me dijo: "Mira: yo pongo mis
palabras en tu boca, hoy te establezco sobre pueblos y reyes, para arrancar y
arrasar, para destruir y demoler, para edificar y plantar."
Salmo 70:
A ti, Señor, me acojo: / no quede yo derrotado para siempre; / tú que eres justo,
líbrame y ponme a salvo, / inclina a mí tu oído, y sálvame. R.
Sé tú mi roca de refugio, / el alcázar donde me salve, / porque mi peña y mi
alcázar eres tú. / Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.
Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza / y mi confianza, Señor, desde mi
juventud. / En el vientre materno ya me apoyaba en ti, / en el seno tú me
sostenías. R.
Mi boca contará tu auxilio, / y todo el día tu salvación. / Dios mío, me instruiste
desde mi juventud, / y hasta hoy relato tus maravillas. R.
Mateo 13, 1-9:
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que
tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas: Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un
poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra
no era profunda, brotó de seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por
falta de raíz se secó.
Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros,
treinta.
El que tenga oídos que oiga."
Homilía
Temas de las lecturas: Te nombré profeta de los gentiles * Mi boca contará tu
salvación, Señor. * Cayó en tierra buena y dio grano
1. La Vocación de Jeremías
1.1 Es notable, en la primera lectura de hoy, cuánto puede brindarnos un texto tan
breve.
1.2 Destaquemos: Jeremías, que es sólo un "niño" o un "muchacho" y que es
llamado desde su condición de inferioridad para ser revestido de la autoridad que
viene de lo alto. ¿A quiénes elige Dios? ¿Esperamos que sea siempre a los más
maduros, capacitados, poderosos o bien informados?
1.3 Destaquemos también la victoria sobre el miedo. Un valiente, se ha dicho, no
es el que no siente temor, sino el que se sobrepone al temor. Las palabras del
Señor a Jeremías muestran la fragilidad del profeta y a la vez la fortaleza de Aquel
que al llamarle, le sostiene, y al encomendarle una misión lo capacita para
realizarla.
1.4 Destaquemos, finalmente, el oficio del profeta, en cuanto tal. Dios le dice:
"pongo mis palabras en tu boca." De lo que se trata es en cierto modo de un
"morir," porque ya no es buscar lo que uno quiere ni exponer lo que a uno le
gustaría. Entregando su vida a Dios, de Dios recibe el profeta una nueva vida, con
nuevo vigor y nuevas metas.
2. La Parábola más conocida del Evangelio
2.1 Hoy el evangelio nos ofrece la parábola quizá más conocida de todas: "salió un
sembrador a sembrar...". Y hay algo interesante con esta parábola: se puede
aplicar a sí misma, porque ella misma es una palabra, una semilla que ha llegado al
campo de nuestra vida.
2.2 En efecto, solemos prestar atención a la semilla que quedo sembrada de
manera "superficial" o a la que quedó "entre zarzas", porque la superficialidad y el
atafago son realidades de las que podemos hacernos fácilmente conscientes. Yo
quisiera que hoy destacáramos la triste suerte de las primeras semillas, las que
cayeron al borde del camino, es decir: las que ni siquiera fueron siembra.
2.3 Creo que no pensamos suficientemente en todas las semillas que dejamos
perder, en todas las palabras que ni siquiera oímos, en todos los sueños que
abortamos, en todas las posibilidades que no alcanzamos a saludar.
2.4 Y nos falta pensar también, pienso, en todas aquellas ocasiones en que NO
recibimos la Palabra de Dios solamente porque creemos que YA la hemos recibido...
como de hecho suele suceder cuando el evangelio del día empieza diciendo: "Una
vez salió un sembrador a sembrar..."