XVII Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Miércoles
Lecturas bíblicas
a.- Jr.15, 10. 16-21: ¿Por qué se ha vuelto crónica mi llaga? Si vuelves
estarás en mi presencia.
b.- Mt. 13, 44-46: El tesoro y la perla.
Las parábolas del tesoro (v.44), y la perla (v.45) son muy semejantes. En la
primera el hortelano descubre el tesoro y quiere comprar el campo para ser dueño
del tesoro. Quiere ese campo renunciando a todo lo demás. El mercader al
descubrir una perla de gran valor está dispuesto a vender lo que tiene por
conseguir esa perla. Con esta actitud de ambos protagonistas el evangelista, nos
quiere enseñar acerca de la entrega incondicional que el Reino de Dios exige. Pero,
a la entrega total por el Reino de Dios se añade, la alegría por haber encontrado el
tesoro y la perla, es decir, el Reino de Dios, ante el cual todos los bienes que posee
pierden valor. Nada le parece excesivo con tal de conseguir ese tesoro. Ambos han
encontrado algo que llena su vida y le da un sentido nuevo, que los transforma
desde lo interior. El verdadero tesoro es haberse encontrado con Jesucristo, que
encarna el Reino de Dios, con su presencia salvadora, su evangelio, y sus actitudes
de vida nueva, en definitiva amar a los demás como ÉL las ama: ser perla preciosa
y tesoro para el prójimo, desde el amor que recibe de ÉL y a ÉL vuelve con nuevo
rostro y palabra hecha oración, el prójimo.
Teresa de Jesús vive el gozo de alabar a Dios por ese Reino que no tiene fin, y a la
que nos vamos encaminando. “Rey sois, Dios mío, sin fin, que no es reino prestado
el que tenéis. Cuando en el Credo se dice: «vuestro reino no tiene fin», casi
siempre me es particular regalo. Aláboos, Señor, y bendígoos para siempre; en fin,
vuestro reino durará para siempre. Pues nunca Vos, Señor, permitáis se tenga por
bueno que quien fuere a hablar con Vos, sea sólo con la boca.” (Camino 22,1).
Padre Julio Gonzalez Carretti OCD