Fe cuestionada
Las lecturas para nuestra celebración dominical, hoy, nos presentan tres testigos de la fe
en procesos diferentes, en situación de cambio, en contextos de desafío y prueba: Elías,
Pedro y Pablo. La comprensión y aceptación de Dios en sus vidas, la manera como lo
van asimilando y el testimonio que nos dejan, abren puertas cercanas a nuestra realidad
y dejan espacios para cuestionamientos serios en nuestras propias vidas.
La vida de Elías es un tsunami: Es fuego devorador, es celo aniquilador. Ante su dios no
son posibles ni la duda, ni el respeto, ni el culto alternativo. Es excluyente, es violento.
En el Carmelo es capaz de propiciar el derramamiento de sangre de sus contrarios. En el
monte Horeb encontramos otro Elías: Hombre de paz, de silencio, de escucha. El Dios
encontrado nuevo en el susurro lo ha transformado.
Pedro es primario, impetuoso, impulsivo. Cada momento pone a Jesús en aprietos.
Obraba antes de pensar. Desarrolla un proceso rápido en el acercamiento a Jesús. Sus
actitudes tienen un solo fundamento: Confiaba en su Maestro. Eso lo lleva a no medir
consecuencias. Su fe pasa de la negación a la confesión última: “Lo sabes todo, sabes
que te amo”. Y ese amor lo sella con su sangre.
Pablo nos desconcierta. De perseguidor enfermizo pasa a ser el Apóstol enamorado de
Jesús. Un Jesús a quien odiaba, lo presenta ante los líderes de su pueblo como la única
razón de su vida. No negó nunca su identidad judía y menos, su ciudadanía romana.
Pero hubiese preferido y, es algo que nos deja sin piso, ser un ‘réprobo’, ser rechazado,
incluso por Dios, con salvar a su pueblo. ¡Tanto amor es la expresión sublime de su fe!
Cochabamba 10.08.14
jesús e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com