XVIII Semana del Tiempo Ordinario, Ciclo A
LA PAZ ¿QUÉ ES?
También a la palabra Paz le tocó la corrupción… No desde ahora. Hace
siglos. Siempre detrás de la corrupción hay un afán de dominio…, un interés
malsano. Así los Emperadores romanos cubriéndose de gloria sobre la ruina
de numerosos pueblos ensayaron un sofisma que quedó como una
sentencia emblemática para la gente de poder dominador: “Si quieres la
paz, prepara la guerra”. Es una afirmación absurda. Es pretender pintar de
blanco con pintura negra. Sin embargo este nefasto sofisma al poderío
dominador del Imperio Romano en tiempos históricos de Jesucristo, sirvió
para que Roma lograra lo que hasta ahora se llama la PAZ ROMANA, que
ocultó violación de los más elementales derechos humanos para una
mayoría de hombres y mujeres de innumerables pueblos de esa época. Bajo
el manto imperial de la Paz Romana se cometieron los mayores atropellos
violadores de la dignidad de la persona humana en la historia de la
humanidad. En la cumbre del desarrollo teórico de la Legislación su
aplicación llegó a la negación del más mínimo valor del ser persona
humana. El patricio romana tenía derecho a comprar a hombres y mujeres.
Objeto. La persona objeto de compra y venta. Es que la Paz y la Guerra son
dos realidades irreconciliables desde adentro de su misma realidad. La
Guerra es Muerte - La Paz es Vida.
La Guerra es la muerte organizada. Y la tregua no es Paz…Es un compás de
espera o para optar por la Paz o en caso contrario optar por la guerra. Por
eso, en la voz de los 4 últimos Papas con fidelidad al Evangelio, la Iglesia
es terminante: “Jamás la Guerra” clama Paulo VI y Juan Pablo II viaja a la
Argentina para detener la Guerra de las Malvinas. Ni bien pisa suelo
argentino, clama al mundo entero sentenciando “el siempre injusto
fenómeno de la guerra que finaliza por donde debía haberse comenzado: la
Mesa de las negociaciones”. Viajó a Buenos Aires para exhortar al
Episcopado argentino a ejercer el ministerio apostólico de la Reconciliación
superando la posición ética de la guerra justa que había tomado
oficialmente en Asamblea plenaria. El Papa con gestos y palabras nos
recordó que la Paz que trae Jesús no es la que enseña y se contenta la
razón humana y al fin resulta insuficiente para vivir y construir una historia
de Paz y en Paz. La historia universal se escribe con un hilo conductor que
son las sucesivas guerras. A tal punto que se ha pretendido defender que el
motor del progreso humano es la guerra. Craso error. La Guerra mata la
vida humana y sus nefastas consecuencias mortales se proyectan por siglos
en pueblos arrasados por la espiral de violencia de las armas. Por eso, que
la carrera armamentista es uno de los crímenes de lesa humanidad y el más
impune. Lo cometen poderosos para acumular riqueza y dominio sobre
pueblos desangrados y debilitados por varias generaciones… Son
negociantes de la muerte.
Frente a este panorama de guerra-muerte la única solución es
Jesucristo , fuente de la Paz. Por eso su saludo de Resucitado es el Shalom
cuyo significado no es meramente ausencia de guerra. No es la Paz como la
entiende la ética de la sabiduría humana. Es la Paz que nos ha conquistado
la muerte y resurrección de Jesús. Es la Paz que nos ofrece la sabiduría y
poder de Dios contenidos en el Evangelio de Jesús sin retaceo alguno. PAZ
CRISTIANA que el Pueblo de Dios-Iglesia, para cumplir su misión en este
nuevo siglo XXI, ha de re-descubrir el Shalom de Jesús . Es un tesoro
escondido en su Evangelio . De ahí la insistencia del Papa Francisco en
E.G. (229) para redescubrir que la Paz, comprendida en su globalidad, es
posible por Jesús quien ha vencido al mundo y su permanente conflictividad
“haciendo la Paz mediante la sangre de su Cruz” 1
Miguel Esteban Hesayne. Obispo
1 Carta de S.Pablo a los Colosenses 1, 20