XIX Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Introducción a la semana
Ezequiel, sacerdote del templo y deportado a Babilonia en el primer exilio, es el
profeta que nos servirá sus oráculos para la primera lectura de este semana.
Comienza con la alusión a su vocación, así como al gesto profético de comer el
libro cuyo sabor era dulce cual la miel. También tendremos oportunidad de
escuchar alguna de las visiones tan propias de este profeta, con las que se sirve
para hacer pedagogía de la alianza y de la gloria de Dios. Anuncia el destierro y
aún escucharemos una dura alegoría de la historia de Israel, resumida en la
ciudad santa de Jerusalén. Concluye la semana con el anuncio tan consolador de
la responsabilidad personal, tan avanzado para su tiempo. El remate del capítulo
17 de Mateo abre las páginas evangélicas de la semana, donde Jesús anuncia
por segunda vez su pasión. Hasta el jueves tenemos ocasión de seguir el
discurso comunitario del Señor con evidente preocupación del interior de la
comunidad; el viernes aborda la cuestión del matrimonio y divorcio, prueba que
le tienden los fariseos, para cerrar el sábado con la escena no tan ingenua de
Jesús y los pequeños. ¡Palabras para acopiar esperanzas!
Con permiso de dominicos.org