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Domingo 20A TO
“También los perritos comen las migajas que caen de la mesa del
amo!” (Mt 15, 21-28)
(Diálogo sobre el Evangelio de hoy: La Cananea)
José Martínez de Toda, S.J. (martodaj@gmail.com)
¿Le sirve a un ciego una lámpara?
<Érase un anciano ciego que, todas las noches, caminaba por las calles oscuras de la
ciudad con una lámpara en la mano. Una noche un amigo le preguntó:
-“¿Qué haces tú, siendo ciego, con una lámpara en la mano?” El ciego le respondió:
-“La llevo para que otros me vean, y así encuentren su camino”…> (Félix Jiménez)
¡Qué hermoso sería si todos ilumináramos el camino de los demás!
Hoy Jesús viene a traernos la luz de cómo superar barreras nacionales, culturales y
religiosas. Hoy nos presenta la historia de una mujer cananea, gentil y extranjera, y por eso
despreciada y rechazada por los judíos. Pero Jesús la atiende.
¿Cómo es la historia de esta mujer cananea?
Jesús se va de de Galilea a Tiro y Sidón, que respectivamente están a unos 37 y 75
kilómetros al norte de Galilea en la costa del mar Mediterráneo. Es lo más al norte que Jesús
viajaría. Y es un área gentil con pocos judíos.
Una vez llegado allá, su fama comienza a recorrer el territorio, y una mujer cananea
pagana le gritaba usando términos judíos: «¡ Ten compasión de mí, Señor, hijo de David! Mi
hija tiene un demonio muy malo » ( v. 22).
Los discípulos, ofendidos por los gritos y pedidos de aquella mujer pagana y, por lo
tanto, para ellos indigna de la salvación de Dios, le piden a Jesús que la atienda, para que les
deje en paz.
Jesús al principio se hace el loco con esta mujer cananea. No quiere saber nada de
ella: “ Sólo he sido enviado a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Jesús, enredado en discusiones con los fariseos, quiere dejar claro que se conserva fiel
al pacto de Dios en el Antiguo Testamento, que Dios no ha abandonado a su pueblo elegido, y
el ministerio de Jesús es, primero que nada, para Israel.
De esta forma Jesús trata de conservar su ritmo evangelizador: primero a los judíos, el
pueblo preferido en el Antiguo Testamento; después a los gentiles.
Lo mismo trat￳ de hacer en las Bodas de Caná: “Aún no ha llegado mi hora”.
Pero la mujer tiene una gran fe. Ella llam￳ a Jesús “Se￱or” tres veces (vv. 22, 25 y
27). Es una fe que no sólo se manifiesta en palabras sino en la acción: “Vino a postrarse ante
Jesús”.
Jesús se resiste: no quiere ser acusado por los judíos de que privilegia a los paganos, y
le dice: " No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.”
¿No es insultante que compare Jesús a la Cananea con un perro?
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Jesús no usa propiamente la palabra ‘perro’, usada por los judíos para designar a los
paganos, sino la más familiar de ‘perrito’, como una mascota doméstica . Así atenúa la fuerza
despectiva de la palabra “perro”.
Las mascotas son parte de la familia, tienen su comida especial, disfrutan de
privilegios que se les niegan a otros animales.
De hecho la cananea no se sintió insultada, sino que se aprovecha de esa comparación
para continuar con su petición. Le dice a Jesús:
-“ Sí, Señor; mas los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus
señores” (v. 27).
Jesús responde de forma exuberante:
“Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas”.
Su corazón le hace romper las normas judías. Jesús tiene en cuenta la creencia judía
de ser el pueblo elegido y preferido de Dios. Pero llega el momento en que su corazón supera
esa barrera cultural, al ver la fe y la insistencia de aquella mujer. Su amor y compasión está
por encima de ellas. Y así como en las Bodas de Caná adelantó su hora de hacer milagros,
aquí también adelanta su hora de atender a todos, curando a su hija.
Jesús destaca la fe de la mujer y subraya que, por la fe, la llegada del reino de Dios
puede adelantarse a los paganos.
Y la trata lo mismo que a los judíos: lo único que le exige es la fe, y en eso la cananea
superó a muchos judíos.
¿Hoy día persisten las barreras raciales?
<Mahatma Gandhi cuenta en su Autobiografía que, siendo estudiante, leía los
Evangelios y veía en las enseñanzas de Jesús la respuesta a los mayores problemas que
encaraba el pueblo de la India, el sistema de castas.
Considerando muy en serio hacerse cristiano, Gandhi fue a la iglesia un domingo con
la idea de hablar con el sacerdote sobre su idea
Pero, al entrar en la iglesia, el acomodador no le dejó sentarse, y le dijo que se fuera a
adorar a Dios con su propia gente.
Gandhi se fue de la iglesia y no volvió más:
“Si los cristianos tienen también diferencias de casta”, se dijo, “mejor me quedo
siendo Hindú.”>
Llegó el momento de superar barreras de raza, de nacionalidades, de lenguas, de
castas, de sexo, de cultura. Todos somos iguales ante Dios. Y Jesús fue el primero en ir
rompiendo esas barreras, como lo que le pasó con esta mujer cananea.
¿Cuál es la Buena Noticia de este episodio del evangelio?
1-En el corazón de Dios, en la Iglesia de Jesús, cabemos todos . Todos somos
llamados a ser injertados en el árbol de la vida, a pertenecer y a heredar el Reino. Todos
somos ovejas perdidas de Israel. Se cayó la supuesta preferencia de exclusividad de Dios para
con el pueblo judío. Hay que desmantelar las estructuras que crean división y prerrogativas
entre los hijos de Dios.
Jesús supera las barreras culturales, cuando se trata de ayudar al débil. Sólo pide fe.
2. Coraje por parte de la cananea . Ella era tan insignificante, que ni Jesús le hizo
caso al principio. Cualquiera se hubiera desengañado y hubiera aceptado el fracaso. Pero ella
arremete con fuerza. Se parece a la parábola de la viuda frente al juez, que por fin la atiende
para que lo deje en paz.