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VIGESIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
(Año Par. Ciclo A)
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- Is. 56,1.6-7: A los extranjeros los traeré a mi monte santo.
b.- Rm.11, 13-15.29-32: Los dones y la llamada de Dios son
irrevocables.
c.- Mt.15, 21-28: Mujer, ¡qué grande es tu fe!
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros:
Ven Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su
Palabra, de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana.
Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta: ¡Oh Dios!, que has preparado bienes inefables para
los que te aman; infunde tu amor en nuestros corazones, para que,
amándote en todo y sobre todas las cosas, consigamos alcanzar tus
promesas, que superan todo deseo. Por nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto?
- Una mujer cananea le grit￳: “¡Ten piedad de mí, Se￱or, hijo de David!
Mi hija está malamente endemoniada” (Mt. 15, 21ss).
Este evangelio nos presenta la sanación de la hija de una mujer siro-fenicia o
cananea (cfr. Mc. 7, 24-30), con lo que quiere afirmar que no era judía, sino
pagana. En el AT, Tiro y Sidón, como Canaan, era tierra de paganos. El texto
está constituido por una petición no atendida por Jesús, la respuesta
circunscribe su misión a sólo las ovejas de Israel y finalmente, Jesús hace la
distinción entre los hijos y perros, es decir, los paganos. Así denominaban los
judíos a los extranjeros. En el fondo, Mateo, quiere establecer la actitud de
Jesús respecto a los paganos y cómo pueden llegar a la fe. El ministerio
terreno de Jesús, se limitó al pueblo judío, con este pasaje bíblico, nos habla
de una excepción, que hizo, por la gran de esta mujer extranjera. Pero si
profundizamos el texto, nos damos cuenta, que si bien los paganos no poseían
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los privilegios de los judíos a la hora de creer, si tienen fe, los privilegios que
creían poseer en exclusiva los judíos, son también un derecho de ellos.
Bastaba creer, para pertenecer al pueblo de Dios; era lo que había sucedido
con el centurión romano (cfr. Mt. 8, 5-10). Sólo es necesario tener fe para
pertenecer al pueblo de Dios, criterio que la Iglesia practicó desde sus inicios.
La cananea llama a Jesús con un título mesiánico: “¡Ten piedad de mí, Se￱or,
hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada.» (v.22). La invocación:
“Ten piedad de mí” encuentra eco profundo en la piedad hebrea expresada en
los Salmos y que luego pasó a la vida de oración de la comunidad cristiana. Es
una oración de petición, fruto de una fe y confianza ilimitada en que Dios, este
caso Jesús, el Mesías, puede hacer lo que se pide. Una fe, distintivo del
cristiano, que recibe lo que pide, porque lo que se desea obtener es voluntad
de Dios.
- “Sus discípulos acercándose, le rogaban: Despídela. Respondió él: No
fui enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mt. 15,
24).
Jesús rechaza abiertamente la petici￳n: “Respondi￳ él: ᆱNo he sido enviado
más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.» (v. 24). Pero la mujer no
se detiene e insiste: “Le dijo: ᆱ¡Se￱or, soc￳rreme!ᄏ El respondi￳: ᆱNo está
bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.» «Sí, Señor, repuso
ella, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de
sus amos.» Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te
suceda como deseas.ᄏ Y desde aquel momento qued￳ curada su hija.” (vv. 26-
28). Porque oró encontró (Mt. 7,7), es decir, una verdadera lucha con Dios, en
una oración perseverante, como la de la cananea. Hay otra actitud que
debemos rescatar de la oración de esta mujer, es su pobreza de espíritu, y por
ello recibió, halló y se le abrieron las puertas de la salud para ella y su hija. De
esta forma, Dios hizo el milagro esperado porque lo suyo es coronar la fe del
hombre que confía en su poder. Este evangelio nos lleva a considerar la
importancia de la fe y la oración, la primera como exigencia para acercarse a
Dios, la segunda, como medio de diálogo y unión. La cananea es modelo de
todo ello, es decir, una fe relevante en ella, que reconoce a Jesús como Mesías,
que es dinámica, sale a su encuentro, orientada a su prójimo, su hija en este
caso. Su oración es modelo de confianza y humildad, su mejor carta de
presentación su esencial pobreza de espíritu abierta a la voluntad y justicia de
Dios, sabiendo que no tenía derecho a nada por ser extranjera. Fe y oración se
alimentan mutuamente con el ejercicio diario de creer y orar en forma personal
y comunitaria; lo constituyente siempre será la fe, la oración es respuesta en
clave de amor y diálogo, música callada, soledad sonora, respuesta a la
salvación que el Padre nos ofrece por medio de su Hijo y que su Espíritu
vivificante nos enseña a dialogar con Dios en nuestro interior.
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b.- ¿Qué me dice? - ¿Qué le digo? - ¿A qué me comprometo?
- Me dice que Jesús se compadece del dolor de los hombres y sana si se
acercan a ÉL con fe.
- Le reconoce como Señor e Hijo de David, nada podemos pedir, si hemos
llevado una vida de paganos, pero confía y obtiene lo que desea.
- El poder de la oración es grande, abre el corazón de Dios y del hombre,
desde una fe confiada.
- Pedir para otros es un gran acto de amor al prójimo, no nos cansemos de
pedir.
- Otros testimonios…
5.- Momento de Agradecimiento y Contemplación:
a.- Salmo 66: Oh Dios, que te alaben los pueblos, / que todos los
pueblos te alaben.
- El Señor tenga piedad y nos bendiga,/ ilumine su rostro sobre nosotros; /
conozca la tierra tus caminos,/ todos los pueblos tu salvación.
- Que canten de alegría las naciones,/ porque riges el mundo con justicia, /
riges los pueblos con rectitud / y gobiernas las naciones de la tierra.
- Oh Dios, que te alaben los pueblos, / que todos los pueblos te alaben./ Que
Dios nos bendiga; que le teman / hasta los confines del orbe.
b.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús de este pasaje
evangélico: La Santa Madre pide al Padre que nunca falte entre nosotros la
presencia del Hijo en la Eucaristía. “Pedid vosotras, hijas, con este Se￱or al
Padre que os deje hoy a vuestro Esposo, que no os veáis en este mundo sin El;
que baste para templar tan gran contento que quede tan disfrazado en estos
accidentes de pan y vino, que es harto tormento para quien no tiene otra cosa
que amar ni otro consuelo; mas suplicadle que no os falte y que os dé aparejo
para recibirle dignamente.” (CV 34, 3).
6.- Adoración y Alabanza: Te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre, por la compasión que tu Hijo nos muestra cada día, te
alabamos Señor.
- Te alabamos Padre por la fe y la oración, cuyo poder mueve tu voluntad en
favor de los que sufren, te alabamos Señor.
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- Te alabamos Padre por la vida y obra de San Alberto Hurtado en favor de los
pobres en Chile, te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre desde todos los que sufren, desde ellos y con ellos, te
alabamos Señor.
- Otras alabanzas…
7.- Preces: Te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre por la paz en Gaza e Irak por el sufrimiento y muerte de
tantos cristianos, te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre por la solidaridad en Chile con los más pobres, mes en que
celebramos la obra del S. Alberto Hurtado, te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre, por todos los enfermos, los que sufren y confían en el
poder de la oración, te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Señor por los niños y jóvenes, su educación y familias, para que
crezcan sanos como Jesús en sabiduría y amor, te lo pedimos Señor.
- Otras preces…
8.- Padre Nuestro
9.- Abrazo de la paz
10.- Bendición final.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros
contemplando” (S. Juan de la Cruz)