Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo A, Tiempo Ordinario,
Domingo de la Semana No. 21
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Colgaré de su hombro la llave del palacio de David *
Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. * Él es el
origen, guía y meta del universo * Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de
los cielos
Textos para este día:
Isaías 22,19-23:
Así dice el Señor a Sobná, mayordomo de palacio: "Te echaré de tu puesto, te
destituiré de tu cargo. Aquel día, llamaré a mi siervo, a Eliacín, hijo de Elcías: le
vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda, le daré tus poderes; será padre para los
habitantes de Jerusalén, para el pueblo de Judá. Colgaré de su hombro la llave del
palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá. Lo
hincaré como un clavo en sitio firme, dará un trono glorioso a la casa paterna."
Salmo 137:
Te doy gracias, Señor, de todo corazón; / delante de los ángeles tañeré para ti, /
me postraré hacia tu santuario, / daré gracias a tu nombre. R.
Por tu misericordia y tu lealtad, / porque tu promesa supera a tu fama; / cuando te
invoqué, me escuchaste, / acreciste el valor en mi alma. R.
El Señor es sublime, se fija en el humilde, / y de lejos conoce al soberbio. / Señor,
tu misericordia es eterna, / no abandones la obra de tus manos. R.
Romanos 11,33-36:
¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué
insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la
mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él
le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos.
Amén.
Mateo 16,13-20:
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus
discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos contestaron:
"Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas."
Él les preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Simón Pedro tomó la
palabra y dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo." Jesús le respondió:
"¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne
y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te
daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el
cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo." Y les mandó a los
discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.
Homilía
Temas de las lecturas: Colgaré de su hombro la llave del palacio de David *
Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. * Él es el
origen, guía y meta del universo * Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de
los cielos
1. Las Llaves
1.1 Las lecturas de hoy, particularmente la primera y el evangelio, miran a las
llaves, esos pequeños pero indispensables instrumentos que abren o cierran el
paso. En tiempos bíblicos eran siempre de metal; hoy podríamos llamar llaves a las
contraseñas que nos permiten acceder a un correo electrónico, o las tarjetas de
crédito que usamos en los cajeros automáticos (ATM) o incluso a la forma y color
característicos del propio iris, pero la idea es la misma.
1.2 Hay una idea que se repite en nuestras lecturas de este domingo: "lo que él
abra, nadie lo cerrará; lo que él cierre, nadie lo abrirá" dice el profeta Isaías
refiriéndose al nuevo mayordomo del palacio real; Jesús por su parte le dice a
Pedro: "todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que
desates en la tierra quedará desatado en el cielo." Estas palabras del Señor, séanos
permitido destacarlo, no fueron dichas a ninguna otra persona en ninguna otra
circunstancia.
2. El (Controvertido) Ministerio de Pedro
2.1 Por eso la Iglesia Católica habla de un "ministerio petrino," es decir, un encargo
particular que Pedro ha recibido de Cristo y que en últimas constituye la esencia del
ministerio que realiza el Papa, como sucesor de Pedro. Como se puede suponer,
numerosas controversias han surgido entre los estudiosos de la Biblia sobre cómo
se debe interpretar lo que el Señor dijo a Pedro.
2.2 Los comentarios bíblicos clásicos de confesión protestante interpretan este
pasaje de manera diversa. Para Robertson, el servicio de las llaves es el anuncio del
Reino de Dios, pues a través de la predicación la gente entra al Reino, es decir, con
ella Pedro "abre;" cuando la misma predicación muestra las exigencias de seguir el
camino de Cristo algunos prefieren quedarse afuera, y en ese sentido Pedro
"cierra." Según este modo de interpretar todo predicador hace lo que hace Pedro.
2.3 Para Matthew Henry, otro protestante, las palabras de Pedro son expresión de
la fe de todos los creyentes, de modo que lo que dice Cristo finalmente debe
entenderse de la Iglesia entera, y no centrarse únicamente en una persona (y sus
sucesores). En el mismo sentido va Albert Barnes, que añade con énfasis: "La única
preeminencia de Pedro [sobre los demás apóstoles] fue el honor de abrir primero
que ellos las puertas del Evangelio para el mundo."
2.4 Para John Gill, protestante, las llaves indican la capacidad de explicar y
anunciar la verdad del Evangelio. Las palabras de Cristo no dan autoridad "jurídica"
sino únicamente proveen una capacidad para enseñar. De otro modo piensa el
también protestante John Darby, que ve un poder para gobernar en la expresión
que Jesús usa, aunque aclara que ese poder no reemplaza al del único Rey de
Reyes, Cristo mismo. Sin embargo, Darby no relaciona este poder con el modo
católico de entender el servicio del Papa.
3. El Poder de las Llaves
3.1 No cabe duda de que son interesantes y defendibles muchas posturas de estos
cristianos. Por lo pronto, nos ayudan a estar en guardia con respecto a todo lo que
implica la palabra "poder" y su lugar en la Iglesia.
3.2 Pero hay varias cosas que podemos anotar. Ante todo, ¿no es interesante que
todas ellas vengan de los siglos posteriores a la Reforma Protestante? ¿No llama la
atención que antes del siglo XVI nadie pensara que esa frase "se limitaba" a
predicar y a enseñar? ¿No cabe suponer que ese modo de interpretar nació
precisamente con un propósito, a saber, erosionar la postura católica y favorecer el
estilo de ministerio protestante?
3.3 Por ejemplo, san Agustín escribe: "La Iglesia ha recibido las llaves del Reino de
los cielos, a fin de que se realice en ella la remisión de los pecados por la sangre de
Cristo y la acción del Espíritu Santo. En esta Iglesia es donde revive el alma, que
estaba muerta por los pecados, a fin de vivir con Cristo, cuya gracia nos ha
salvado" (San Agustín, serm. 214, 11). San Juan Crisóstomo llega a más cuando
afirma: "Los sacerdotes han recibido un poder que Dios no ha dado ni a los ángeles,
ni a los arcángeles... Dios sanciona allá arriba todo lo que los sacerdotes hagan
aquí abajo" (San Juan Crisóstomo, sac. 3, 5).
3.4 Parece indudable entonces que debemos admirar y agradecer lo que Dios ha
concedido a Pedro, y con la confirmación de Pedro, lo que ha concedido a sus
sacerdotes. Concluyamos con la enseñanza de Juan Pablo II en su homilía del 29 de
junio de 1998: " El Apóstol es el depositario de las llaves de un tesoro inestimable:
el tesoro de la redención. Tesoro que trasciende ampliamente la dimensión
temporal. Es el tesoro de la vida divina, de la vida eterna. Después de la
resurrección, fue confiado definitivamente a Pedro y a los Apóstoles: "Recibid el
Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados, a quienes
se los retengáis, les quedan retenidos" (Jn 20, 22-23). Quien posee las llaves tiene
la facultad y la responsabilidad de cerrar y abrir. Jesús habilita a Pedro y a los
Apóstoles para que dispensen la gracia de la remisión de los pecados y abran
definitivamente las puertas del reino de los cielos. Después de su muerte y
resurrección, ellos comprenden bien la tarea que se les ha confiado y, con esa
conciencia, se dirigen al mundo impulsados por el amor a su Maestro."