XXIII Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Martes
Lecturas bíblicas
a.- 1Cor.6,1-11: Ningún malhechor heredará el reino de Dios.
b.- Lc. 6,12-19: Pasó la noche orando. Escogió a Doce y los nombró
Apóstoles.
El evangelista nos presenta la elección de los Doce apóstoles escogidos por Jesús
(vv.12-16) y la muchedumbre sigue a Jesús para ser sanados (vv.17-19). Baja de
la montaña, donde había pasado la noche en oración (v. 12). La idea de Lucas, es
resaltar cómo en los momentos importantes, Jesús oraba antes de tomar una
decisión como ésta. Su misión debe perdurar en el tiempo; ora en el monte,
separado de los hombres, a solas, con Dios, de noche. El centro de su oración es el
Padre, las tinieblas envuelven el mundo, mientras se manifiesta a su alma la gloria
de Dios. Escoge Doce enviados, es decir, apóstoles, número que coincide con las
Doce tribus de Israel, y la fundación de la Iglesia cuyo fundamento visible serían
estos apóstoles, junto con Cristo Jesús, piedra angular del nuevo edificio. Aparece
un nuevo pueblo de Dios. La primitiva organización de la Iglesia se remonta al
propio Jesús (cfr. Hch.1,13). La lista de los apóstoles la encabeza siempre Pedro y
la concluye Judas Iscariote; luego menciona a los primeros discípulos Simón,
Andrés, Santiago, Juan (cfr. Lc.5,1-11). Del resto poco sabemos, pero para el
evangelista lo fundamental es la elección y su destino como representantes de
Jesús dentro del nuevo pueblo. Enseguida, descienden al llano, Jesús y los
apóstoles, donde los espera la muchedumbre sedienta de la salvación que Jesús
anuncia e inaugura el Reino de Dios. Como Moisés, Jesús baja del monte, Dios está
con ÉL, de la comunión con Dios desciende a su pueblo. Jesús es el centro de la
escena, irradia una fuerza, que llega a las gentes, está ungido por el Espíritu. Si
Lucas menciona esas regiones de donde provenían esas gentes nos hablan que la
noticia de Jesús llegó más allá de Palestina. El trasfondo lo encontramos en la
noción que se tenía de Jerusalén, ser lugar de salvación, adonde acuden las
naciones para recibir instrucción y gloria de Dios manifestada en la ley de Moisés.
En Jesús se cumple dicha profecía, instruye y sana al pueblo con su propia fuerza
que viene del Espíritu que lo hace el Ungido del Señor. En torno a ÉL, acuden los
nuevos patriarcas, los apóstoles, dotados, armados con el poder y espíritu de
Cristo; entono a ellos siguen los discípulos y las gentes, atraídos por la palabra de
Dios, son sanadas si lo tocan. Es el Espíritu que lo ha Ungido el que obra en quienes
están en derredor, imagen acabada de la Iglesia.
Santa Teresa de Jesús, invita al cristiano a ponerse delante de la Verdad que es
Cristo, y desde ahí contemplar su propia verdad. “Puede representarse delante de
Cristo y acostumbrarse a enamorarse mucho de su sagrada Humanidad, y traerle
siempre consigo y hablar con Él, pedirle para sus necesidades y quejársele de sus
trabajos, alegrarse con El en sus contentos y no olvidarle por ellos, sin procurar
oraciones compuestas, sino palabras conforme a sus deseos y necesidad. Es
excelente manera de aprovechar y muy en breve; y quien trabajare a traer consigo
esta preciosa compañía y se aprovechare mucho de ella y de veras cobrare amor a
este Señor, a quien tanto debemos, yo le doy por aprovechado.” (Vida 12,2).
Padre Julio Gonzalez Carretti OCD