XXIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
La muerte siempre es muerte…
Para el hecho destructor de la vida humana no hay diferencia con qué
elemento se la haya causado. Ni físico ni moral ni estético. Causar la muerte
es siempre un acto horrendo e inhumano. Los medios de comunicación
destacan el horror de las ejecuciones de jóvenes inocentes por jóvenes
encapuchados en inhóspitos desiertos y silencian la muerte de millones de
seres humanos asesinados en higiénicos quirófanos por hombres y mujeres
pulcramente vestidos. Silencian la muerte lenta y silenciosa y cruel de
millones de enfermos que a diario pierden la vida por falta de
medicamentos y atención medica adecuada. Y qué decir de los incontables
seres humanos de toda edad que se van muriendo por falta de alimento? Y
no vayamos a otros lugares del mundo. En nuestra Argentina hay gente que
se muere por falta de alimento y de medicamento .
A la pobreza miseria siempre se la usa. O como bandera política para ganar
votos o escondiéndola baja la alfombra para no perder apoyo social político-
Tremenda injusticia. Y la injusticia es el primer eslabón de la cadena de
males que oprime a la humanidad- Así como la Justicia es fruto de la Paz, la
Guerra es fruto de la injusticia. ¿Quién sembró la Guerra en Oriente? ¿Quién
sembró odio y violencia en corazones humanos en Oriente? La Guerra no
brota por generación espontánea. Detrás de la violencia en Oriente, que nos
causa estupor, se nos oculta una larga cadena de tremendas injusticias
sembradas por el Occidente cristiano . Doblemente lamentable.
Porque en la violencia originada por injusticias en Oriente, en gran parte,
son responsables Comunidades cristianas La barbarie de las dos últimas
ejecuciones cometidas por exaltados musulmanes no se justifica bajo
ningún aspecto en la más mínima racionalidad. Son actos de irracionalidad
bestial. Pero tienen su explicación en un objetivo análisis geopolítico. Son el
resultado de siglos de expoliación-marginación- abandono de las grandes
potencias occidentales . Hasta llegar a la criminal paradoja de armar al
Oriente musulman a cambio de sus riquezas naturales. Es la incoherencia
del discurso político y la realidad histórica. En fuentes fiables de geopolítica
se asegura que una tercera parte de las inversiones que sirven para la
carrera armamentista si se invirtieran en contribuir a desarrollar pueblos
subdesarrollados, en pocas décadas, despegarían de su situación de la
pobreza-misería y de la dependencia de esclavitudes denigrantes. Si esto
fuera un hecho, sería la coherencia entre la razón humana animada por la
Fe cristiana que clama el Evangelio de Jesús. Sería la coherencia cristiana
que faltó al occidente cristiano que escandalizó y sigue escandalizando a los
no cristianos. Es la gran lección que le dio Magma Gandhi al católico
fundador del Movimiento El Arca al preguntarle porque no se bautizaba. Y
Magma Gandhi le respondió: “Porque me gusta mucho Jesucristo y su
Evangelio pero no me gustan los cristianos ”. Claro, los que expropiaban las
tierras a los hindúes eran cristianos anglicanos. Es el pecado social que
fustigó el Concilio Vaticano II en fidelidad a Jesús y su Evangelio que
condena el fariseísmo religioso que pretende estar en buenas relaciones con
Dios sin importar su relación con el prójimo necesitado.
Es la incoherencia de la Argentina Católica transformada en pocas décadas
en Argentina Violenta Es la incoherencia de las Comunidades Católicas
que frecuentan el Templo sin importarles la justicia social como
compromiso eucarístico . Porque una comunidad que participa de misa
dominical y no se compromete con el compromiso social está enferma de
incoherencia La pobreza-miseria y su consecuente violencia social tiene su
origen –en la Argentina rica- en gran parte en la incoherencia de las
Comunidades cristianas que no cumplen con la dimensión social del
Evangelio de Jesús. Comunidades católicas que no ponen el evangelio en la
elección de sus dirigentes . Que no forman a la niñez y juventud en la
dimensión social-política que enseña Jesús a sus discípulas/os. Porque el
poder no se evangeliza desde el PODER. El hambre de millones en la
Argentina actual clama por políticos testigos del Evangelio de Jesús.
Miguel Esteban Hesayne
mehm@fibertel.com.ar