1
DOMINGO VIGÉSIMO NOVENO DEL TIEMPO ORDINARIO
(Año Par. Ciclo A)
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- Is . 45,1.4-6: Yo soy el Señor y no hay otro.
b.- 1Tes. 1,1-5: Recordamos vuestra fe, esperanza y caridad.
c.- Mt. 22,15-21: Pues lo del César devolvédselo lo que es del
César, y lo de Dios a Dios.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en
nosotros: Ven Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar
su Palabra, de todo lo que nos ha impedido orar durante esta
semana. Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta: Dios todopoderoso y eterno, te pedimos
entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero corazón. Por
nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo domingo.
- “Maestro…es lícito pagar tributo al César o no? (Mt. 22,17ss).
Este evangelio nos revela una de las controversias de los fariseos con
Jesús que se van sucediendo sobre temas cada vez más
controversiales: el divorcio (cfr. Mt. 19, 1-9), ahora el tema del tributo
al César, luego el tema de la resurrección de los muertos (cfr. Mt.
22,23-33), el mandamiento principal (cfr. Mt. 22, 34-40). En todos
estos casos, Jesús es interpelado como Maestro, las respuestas
apuntan a lo profundo y al espíritu original, expresión del querer de
2
Dios. Estos representantes del judaísmo oficial pretendían coger a
Jesús en sus palabras, para luego presentarle juicio. El tributo al
César, era objeto de discusiones para fariseos y herodianos contra los
zelotas. Interpelado Jesús como Maestro, les responde con otra
pregunta más radical y comprometida (vv.16-17). La pregunta de los
fariseos era muy comprometida, para una conciencia recta de un judío,
respecto a la obediencia a Dios y a la autoridad civil, extranjera en
este caso (cfr. Rm. 13, 6-7; 1Pe. 2,13), aunque todos sabían que Dios
era el único Señor de Israel. Esta pregunta tiene un sentido político y
religioso. Los interlocutores de Jesús sólo les interesa encerrarlo en
sus propias palabras, responda lo que responda no dejará contento a
alguno de los partidos que conformaban la sociedad judía: herodianos
que aceptaban pagar al César, lo mismo que los fariseos, no así los
zelotas.
- “Hip￳critas, ¿por qué me tentáis? Mostradme la moneda del
tributo” (Mt. 22, 19).
Jesús les descubre su maldad, más precisamente, su hipocresía,
fingen estar preocupados por este tema, cuando en verdad, quieren
perjudicarlo (vv.18-19). Pide un denario, se lo presentan y pregunta: “Y
les dice: ¿De quién es esta imagen y esa inscripción?» Le dicen: «Del
emperador. Entonces les dice: «Pues pagad al emperador lo del
emperador, y a Dios lo de Dios». Al oír esto quedaron sorprendidos; y
dejándolo, se fueron” (vv. 20-22). La respuesta de Jesús es muy
original, pero también sabia e inesperada, fuerte y decidida. Su
respuesta, se basa en la verdad, donde conjuga la realidad de pagar
los tributos al César con mantener la opción religiosa de una fidelidad
inquebrantable a Dios. Pertenece al César el dinero, contexto
inmediato, símbolo del poder político y económico, en cambio, la
entrega a Dios como único Señor no admite compromisos, ni
cortapisas (cfr. Mt. 22, 37; Dt. 6, 4ss). Las palabras finales del texto,
que leemos hoy termina así hablando del asombro: El asombro viene
de parte de aquellos, que vinieron a Jesús con malas intenciones, de
lo contrario, lo habrían seguido. En el fondo, Jesús no resuelve el
dilema, pero sí queda en claro, que el hombre ha sido creado por Dios
3
a su imagen y semejanza y Dios lo quiere sólo para Sí. El pecado ha
empañado la imagen de Dios en la vida del hombre, pero la muerte y
resurrección de Cristo, lo ha liberado del poder del mal, para que en
nosotros resplandezca la gloria de Dios que resplandece en el Rostro
de Cristo Jesús (cfr. 2Cor. 4,6). La respuesta personal a Jesús y su
propuesta evangélica, no la podemos eludir, nos acercamos a Jesús
para escucharlo y seguirlo. Este evangelio nos habla con simplicidad,
luz de la razón y de la fe: Jesús es inmensamente libre, no
condicionado por nada ni nadie, siervo de todos desde el amor a Dios
y al prójimo. Tenemos el admirable testimonio de millones de
cristianos, que en los regímenes más contrarios a la fe, han
permanecido fieles a la fe recibida, dando ejemplo de buenos
ciudadanos, pero dando a Dios lo que le pertenece.
b.- Meditación. ¿Qué me dice el texto? ¿Qué palabra o hecho de
este evangelio me habla al corazón? Escoge tu texto.
- “Maestro sabemos que eres veraz…“ (v. 16). Me dice que Jesús es la
verdad, y que enseña el camino de Dios, es decir, si lo escucho, me
guía hacia el Padre.
- Otros testimonios…
c.- Oración. ¿Qué le digo al Señor a propósito de este texto?
Escoge una palabra del texto con la que inicias tu oración
personal.
- “Lo del César devolvédselo al César… “(v. 21). Ayúdame Señor a
discernir, para no dejar de darte el tributo y honor que mereces, que
sean siempre lo primero y luego dar al César lo que le pertenece. Te lo
pido Señor.
- Otras oraciones…
d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este
evangelio?
4
- Me comprometo a vivir el primer mandamiento, de amar a Dios con
todo el corazón, con toda el alma, con todas mis fuerzas, con todo mí
ser.
5.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús de este pasaje
evangélico: Santa Teresa de Jesús, que como fundadora estuvo
metida de lleno en infinidad de negocios para levantar sus monasterios
por toda España, supo con sabia inteligencia distinguir lo que eran los
trabajos de lo verdaderamente importante, que era desde la
perspectiva de una contemplativa los intereses de la Iglesia y de la
Orden “¡Oh, hermanas mías en Cristo!, ayudadme a suplicar esto al
Señor, que para eso os juntó aquí; éste es vuestro llamamiento, éstos
han de ser vuestro negocios, estos han de ser vuestros deseos, aquí
vuestras lágrimas, éstas vuestras peticiones; no, hermanas mías, por
negocios del mundo;… Estáse ardiendo el mundo, quieren tornar a
sentenciar a Cristo como dicen pues le levantan mil testimonios,
quieren poner su Iglesia por el suelo, ¿y hemos de gastar tiempo en
cosas que por ventura, si Dios se las diese, tendríamos un alma
menos en el cielo? No es, hermanas mías, no es tiempo de tratar con
Dios negocios de poca importancia.”(CV 1,5).
6.- Padre Nuestro
7.- Abrazo de la paz
8.- Bendición final.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros
contemplando” (S. Juan de la Cruz).