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Domingo Infraoctava de Navidad B
“La familia: comunidad de vida y de amor” (Lc 2, 22-40)
(Diálogo sobre el Evangelio de hoy: La Sagrada Familia)
José Martínez de Toda, S.J. (martodaj@gmail.com)
¿Cómo es la familia modelo?
La Sagrada Familia cumplió con sus deberes religiosos yendo al Templo: María para
su Purificación, y el Niño para su Presentación en él.
María y José cumplieron con el Niño Jesús alimentándolo, cuidándolo y educándolo.
Y así dice el Evangelio que “el niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de
sabiduría : y la gracia de Dios lo acompañaba”. Es decir, fue ‘haciéndose’.
¿Cómo fue eso de la Purificación de María?
La ley judía consideraba impura a toda madre por haber dado a luz. Quedaba impura
por cuarenta días después del nacimiento de un hijo o por ochenta días después del
nacimiento de una hija. Durante ese tiempo se le prohibía ir al templo o tomar objetos santos
con sus manos.
Después de los 40 días María fue al Templo de Jerusalén con José y Jesús. Debían
llevar un cordero o una paloma, pero a los pobres se les permitía traer sólo dos tórtolas o
palominos (Levítico 12:8). Es lo que ofrecieron María y José, como pobres. Jesús comienza
así su vida siendo uno de los pobres. Pero parte de su misión será defenderlos.
¿Y después vino la Presentación del Niño Jesús en el templo?
Sí. Jesús era primogénito (Éxodo 13:1-2, 11-16), y como tal debía, en primer lugar,
consagrarse al Señor , pues “Todo varón que abriere la matriz, será llamado santo para el
Señor”.
Después debía ser redimido por cinco siclos de plata (Números 18:15-16). El
propósito de esta ceremonia era recordar que el Señor los salvó de la última plaga: la muerte
de los primogénitos, y los sacó de Egipto (Éxodo 13:16).
Y así como los primogénitos judíos en Egipto fueron redimidos y no murieron, los
primogénitos judíos del tiempo de Jesús debían ser redimidos pagando los cinco siclos de
plata.
¿Cómo deben cumplir los padres de hoy con sus hijos?
Igual que María y José.
Primero, cumpliendo sus deberes religiosos: llevándolos a bautizar, a la catequesis, a
hacer la Primera Comunión, rezando antes de comer, antes de acostarse, al salir de casa en la
ma￱ana, al comenzar alguna actividad importante…
Y segundo, educándolos y, sobre todo, dándoles buen ejemplo.
¿Por qué aparece Simeón en ese momento?
En el mismo momento en que María y José ofrecen y presentan al Niño, entra en el
templo el anciano Simeón . Él era justo y piadoso. El Espíritu Santo le había revelado que no
moriría hasta que hubiera visto al Mesías (vv. 25-26). Por eso el Espíritu lo guía al templo
para encontrarse con Jesús, María y José (v. 27).
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De inmediato, él reconoce al Niño como el Mesías prometido, lo toma en sus brazos y
canta: “ Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo partir en paz …” Dios ha cumplido su
promesa, y Simeón ha visto al Salvador.
En latín “ Ahora puedes dejar ”, se dice “ Nunc dimittis ”. Muchos sacerdotes,
religiosos, religiosas y seglares rezan esta oración en la parte del Breviario, llamada
“Completas”, que es la última oraci￳n antes de acostarse.
¿Se alegraron María y José de lo que les decía el anciano Simeón?
No del todo. Lo que les dijo es también una profecía , que contiene elementos
perturbadores. Les dice a José y María: “ Miren, este niño está puesto para ser signo de
contradicción ”. Efectivamente, Jesús será amigo de cobradores de impuestos y pecadores,
predicará la verdad y la justicia. Por ello, las autoridades religiosas se le opondrán y
finalmente lo mandarán matar.
Y luego dice a María: “ y una espada atravesará tu alma también ”. Y todo el que esté
estrechamente ligado a él, igual que lo está su madre, conocerá en su propia carne los mismos
sufrimientos y penalidades.
Pero también apareció por allá una viejita. ¿Dijo cosas tremendas, como
Simeón?
Todo lo contrario.
Ana, la profetisa, una viejita simpática, apareció como una sonrisa. Su perfil es
radiante y gozoso: pertenece a la tribu de Aser, nombre que significa “felicidad, bendici￳n”
(Gn 30, 13). Su Padre se llama Fanuel, que en hebreo significa “rostro de Dios”, señal de
bendición, de felicidad (Num 6, 24-26). Ana es, pues, el modelo de una gozosa, esperanzada
y pacífica ancianidad; es una de los pobres del Señor que sirven al Señor día y noche con
oración y ayuno (Lc 2, 37).
¿Es importante lo que dicen estos dos ancianos sobre Jesús?
Aparte de sus alabanzas y profecías, los dos son importantes desde el punto de vista
legal judío. La Ley judío exigía que hubiera dos testigos (Dt 19, 15) para que el testimonio
fuera válido y creíble. En este caso son los dos testigos, Simeón y Ana, de la revelación de
Jesús como el Mesías, no sólo ante Israel, sino ¡ante todas las naciones! (Lc 2, 32).
Hoy es la Fiesta de la Sagrada Familia. ¿Qué consejos les daría a las
familias?
La 1ª lectura de hoy (Libro del Eclesiástico 3, 2-6.12.14) presenta los consejos de Ben
Sirac, que vivió varios siglos antes de Jesucristo:
<El que honra a su padre expía sus pecados; el que respeta a su madre, acumula
tesoros; el que honra a su padre, se alegrará de sus hijos, y cuando rece, será escuchado; el que
respeta a su padre tendrá larga vida; al que honra a su madre, el Señor le escucha. >
El respeto de los hijos a sus padres es cosa agradable a los ojos de Dios, y éste no los
dejará sin recompensa. Los hijos que veneren a sus padres serán venerados a su vez por sus
propios hijos.