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Domingo 5B Cuaresma
“Quisiéramos ver a Jesús” (Jn 12, 20-33)
(Diálogo sobre el Evangelio de hoy: Griegos)
José Martínez de Toda, S.J. ( martodaj@gmail.com )
Aquí aparecen unos griegos, que quieren ver a Jesús. ¿Qué buscan?
Jesús era la figura del momento. La noticia de la resurrección de Lázaro había hecho
que muchos no sólo buscaran a Jesús en Jerusalén (Juan 12,17-19), sino que "peregrinaran"
también a Betania para ver a Jesús y a Lázaro. Pero, por eso, los sumos sacerdotes acabaron
de decidirse a matar a Jesús (Juan 11,53), y también a Lázaro.
Y corrió la noticia de que Jesús subía a Jerusalén a la fiesta de Pascua (cf. Juan 11,55-
56; 12, 12-13). Parece que Jesús nunca había estado en Jerusalén durante su vida pública.
Y entonces un grupo de «griegos», probablemente paganos, se acercan a Felipe, uno
de los discípulos de Jesús, con una petición admirable: « Queremos ver a Jesús ».
¿Por qué los griegos acuden precisamente a Felipe?
Seguramente Felipe les atrae por su nombre griego. Él es de Betsaida, cerca de la
Decápolis (nombre griego también). Felipe habla de ellos a Andrés, nombre griego también
(del griego, andros , que significa hombre). Y Felipe y Andrés hablan a Jesús de los griegos.
Cuando se lo comunican, Jesús responde con un discurso vibrante en el que resume el sentido
profundo de su vida: "Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre”.
Quizá Jesús ve en el hecho de que " todo el mundo vaya detrás de él " (12,19) un signo
del cumplimiento de su hora, la hora de su muerte, resurrección y glorificación.
« Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí ».
Jesús dice que ahora “ha llegado la hora”. Porque Él antes repetía que su ‘hora’ no
había llegado aún: lo dijo en las bodas de Caná (Juan 2:4) y en el templo de Jerusalén,
cuando lo quieren prender (Juan 7:30, Juan 8:20). A continuación Jesús presenta tres
paradojas . Paradoja es una declaración que se contradice a sí misma.
¿Cuál es la primera paradoja?
Jesús dice: “ Verdaderamente les digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y
muere, él queda solo; mas si muere, lleva mucho fruto ” (v. 25).
Así es, la semilla ha de morir para volver a rendir fruto. La misión de Jesús se hace
fecunda al morir por nosotros. Y nosotros debemos también morir a nosotros mismos, si
queremos dar frutos para la construcción del Reino de Dios.
¿Cuál es la segunda paradoja?
Jesús dice: “ El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo,
la guardará para la vida eterna ” (v. 25).
Amar la vida aquí significa aferrarse a la propia vida, apegarse a ella y considerarla
como lo más importante, como el valor absoluto. Sin embargo, hay valores superiores a la
propia vida, como la libertad, la verdad o el amor. Aferrarse a la vida traicionando estos
valores, nos "pierde", nos hace egoístas y desgraciados. Tenemos el ejemplo de los mártires :
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Maximiliano Kolbe, Oscar Romero, Ignacio Ellacuría y compañeros jesuitas, y tantos otros,
que prefirieron los valores del amor y de la justicia, antes de su propia vida.
¿Cuál es la tercera paradoja?
Jesús dice: “ El que quiera servirme, que me siga ; y donde esté yo, allí estará también
mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará ”.
Muchos piensan que lo mejor es ser servido y no servir.
En cambio, Jesús nos enseña a ser como Él, que no vino a ser servido, sino a servir. Y
servir a Jesús es servir a los demás, especialmente a los más necesitados. Los que concentran
sus vidas en servir a los demás serán bendecidos por Papá Dios con la vida eterna. Pero,
después de presentar las tres paradojas, Jesús exclamó: “ Estoy conmocionado. Tengo miedo”.
¿Tiene Jesús realmente miedo?
Las tres paradojas eran muy duras. Y Jesús tuvo miedo, como en el Huerto de
Getsemaní, donde llegó a sudar gruesas gotas de sangre (cf. Marcos 14, 32-42; Mateo 26,36-
46; Lucas 22,40-46). Mas Él se sobrepone:
- “Mas por esto he venido en esta hora. Y ¿qué diré? : " Padre, glorifica tu nombre” .
Y entonces vino una voz del cielo : “Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez”.
Era la voz del Padre, que viene del cielo como un trueno. Esto ya había ocurrido en
otras ocasiones (cf. Marcos 1,11 y par; Marcos 9,7 y par.) para confirmar que Dios Padre está
siempre con Jesús. La gente se desconcierta ante aquella voz. Pero Jesús la tranquiliza, dando
a entender que Él y el Padre actúan de común acuerdo. Y Jesús comenta:
-“ No ha venido esta voz por mi causa, sino por causa de ustedes Y yo, cuando fuere
levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo ” (v. 32). Y añade el evangelista:
- “ Y esto lo decía dando a entender de qué muerte había de morir” (v. 33).
Mirando al Crucifijo, caemos en la cuenta de que Jesús es amor, pues sólo por amor
murió en la Cruz. Por eso la cruz nos atrae tanto. En la historia de Jesús se contraponen dos
concepciones del poder:
-La concepción mundana del poder, que está en el dinero , en la fuerza militar, en la
influencia política, en los votos, etc.
-Para Jesús el poder está en la cruz hasta dónde es capaz de amarnos. Su entrega fiel
hasta la muerte ha atraído hacia Él a mucha gente de todas las razas y naciones.
¿Qué poder dura más: el del mundo o el de Jesús?
La historia ha visto caer todos los poderes del mundo. Por ejemplo:
- Las autoridades judías que clamaron por la muerte de Jesús pronto
vieron su templo derrumbado y su nación en ruinas.
- Roma , personificación del poder mundial durante varios siglos, cayó por fin
en manos de los bárbaros.
- Todos los imperios del siglo pasado han caído : nazismo, Unión Soviética y
el capitalismo neoliberal pasa por una de sus peores crisis
Pero Jesús, que prefirió el camino del sufrimiento y la servidumbre, dio vida a un
reino espiritual, que ha sobrevivido, mientras todo lo demás ha caído.
Muchos rechazan a Dios y los tiranos matan a los cristianos, pero la Iglesia ha
sobrellevado cada crítica y ha sobrevivido a cada tirano.