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LECTIO DEL DOMINGO DE PALMAS
(Año Impar. Ciclo B)
Lecturas Bíblicas
a.- Is. 50, 4-7: El Siervo paciente del Señor.
b.- Flp. 2, 6-11: Se rebajó a sí mismo; por eso Dios lo exaltó.
c.- Mc.14, 1-72; 15,1- 47: Pasión de N.S. Jesucristo según San
Marcos.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en
nosotros: Ven Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar
su Palabra, de todo lo que nos ha impedido orar durante esta
semana. Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta: Dios todopoderoso y eterno, tú quisiste que
nuestro Salvador se hiciese hombre y muriese en la cruz, para mostrar
al género humano el ejemplo de una vida sumisa a tu voluntad;
concédenos que las enseñanzas de su pasión nos sirvan de
testimonio y que un día participemos en su gloriosa resurrección. Por
nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto? Leemos la Epístola del próximo domingo.
El texto de Pablo, tiene como trasfondo, la afirmación: Cristo es el
Señor. Se refiere a su triunfo sobre la muerte, su estar sentado a la
derecha del Padre y su poder sobre la Iglesia y toda la creación que
quiere alcanzar su liberación (cfr. Rm. 2, 5-11). Ahora toda autoridad
en la Iglesia, deberá seguir el ejemplo de Cristo, es decir, su mismo
proceso de despojamiento de toda ambición de poder, para servir a la
comunidad. Cántico a la kénosis y glorificación de Cristo para
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convertirse en Señor. La contraposición que hace el apóstol entre el
siervo y lo divino de Jesús, no significa que dejara de ser Dios ni
hombre, es decir, confirma su divinidad y humanidad, era igual a Dios,
pero también insiste en que se hizo igual a los hombres (cfr. Rm.8,3).
Renunció a su condición divina, es la misma renuncia que Pablo exige
al cristiano, a la hora de dar la vida, cuyo máximo ejemplo lo
encontramos en Cristo Jesús (cfr. 2Cor. 8-9; Gál.4,1-5; Heb.11,24-26).
Como trasfondo encontramos la figura del Siervo sufriente y del Señor
que se hace siervo para ser exaltado por Dios (cfr. Is. 53,7.10.12; Mt.
23,12; Lc.1, 52; 18,14;2Cor. 11,7)
- “El cual, siendo de condici￳n divina, no codici￳ el ser igual a
Dios” (Flp.2, 6-7).
En un primer estadio Pablo, nos presenta a Jesucristo en su condición
divina, es Dios y hombre verdadero, libre de toda miseria humana.
Dios se hizo hombre, pero lo admirable, no es sólo el misterio de su
Encarnación, sino el haberse despojado de los privilegios divinos que
poseía, para vaciarse, los que eran inherentes a su condición de Dios.
Hace su proceso de kénosis. Se hace una contraposición entre la
condición divina, es Dios, y la de siervo, esclavo, que se anonadó a sí
mismo. Se trata de olvidarse a sí mismo, virtud propia de la caridad
cristiana (cfr. Rm.15,1-3; 2Cor.8,9). Este cántico también quiere
destacar la obediencia de Cristo, imagen de Dios, como la de Adán
pero aquí está la contraposición, Cristo no abusó de su condición para
hacerse como Dios, como Adán (cfr. Gn.1, 26; 3,5). Este cántico
quiere destacar la humildad y obediencia de Cristo, en contrapunto
con el orgullo y desobediencia de Adán. Mientras el primero es fiel
hasta el final, muerte de cruz, Adán fue infiel a su condición humana
queriendo librarse de su destino final. Sólo el que era igual a Dios, fue
fiel a su condición y por lo mismo, fiel al hombre que vino a rescatar
del pecado y la muerte eterna.
- “Se rebaj￳ a sí mismo” (Flp. 2,8).
Un segundo estadio, nos presenta a este Dios-Hombre, despojado
voluntariamente. De toda su condición divina. Hace su kénosis,
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sumergiéndose en todo el caudal humano; se hace hombre, uno
cualquiera, sometido a todas las limitaciones humanas, incluida la
tentación y la muerte; y morir crucificado era la peor de las muertes.
Se sumerge en la miseria humana que iba a redimir, en el mismo
pecado, se hizo carne de pecado (cfr. 2Cor. 5, 21; Rm. 8, 3).
- “Por eso Dios lo exalt￳” (Flp. 2, 9-11).
Finalmente, el tercer estadio, se produce la redención, después de
todo este proceso de encarnación en la miseria humana. Por esto,
Dios lo exalt￳, para que toda lengua proclame que Cristo Jesús, “es el
Se￱or”, para gloria de Dios Padre (v. 11). En esta forma Pablo
propone como todo cristiano, contando con todo su caudal humano al
servicio de la redención, descubra la necesidad que tiene de la Cruz,
donde encuentra la sabiduría de Dios. Solo quien se sumerge en la
existencia personal y del prójimo, descubre la gracia de la redención,
en su propia carne, podrá luego gozar del señorío de Cristo en el cielo.
Del contrapunto entre esclavo y Señor, entre obediente y exaltado,
resulta la redención del género humano. A la humillación corresponde
ahora la ascensión triunfal a la gloria. Si el Siervo de Isaías, era sólo
elevado, Jesucristo alcanza el título de Señor, dignidad que era sólo
para Dios, por lo mismo, ahora al glorificar a Cristo glorifican también
al Padre (cfr. Is. 49,7; 52,13; Sal.109,110). A la exaltación del Nombre
de Jesús como Señor, corresponde la genuflexión y la confesión de
dicho Nombre.
b.- Meditación. ¿Qué me dice? ¿Qué palabra o hecho de este
evangelio me habla al corazón? Escoge tu texto o versículo y da
razón de tu elección.
- Me dice hasta dónde llega el amor de Dios por la humanidad, por
cada ser humano manifestado en Cristo Jesús.
- Me dice que el amor, humildad y verdad se conjugan en una entrega
de Cristo, que exige una respuesta de gratitud y reconocimiento de
parte mía, nuestra.
- Otros testimonios…
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c.- Oración. Qué le digo al Señor Jesús a propósito de este texto?
Escoge una palabra con la que inicias tu oración personal.
- “Se despoj￳ de sí mismo” (v.6). Señor quiero despojarme de todo
aquello te ofende a ti y al prójimo, para revestirme de humildad y
conocimiento propio. Te lo pido Señor.
- “Para que al nombre de Jesús…” (v.9). Quiero proclamar tu
Nombre para que con tu gracia y poder, llevar la salvación a todos los
hombres y te reconozcan como su Señor. Te lo pido Señor.
- Otras oraciones…
d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este
evangelio?
5.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús de este pasaje
evangélico: “Tornando a lo que decía, de pensar en Cristo a la
columna, es bueno discurrir un rato y pensar las penas que allí tuvo, y
porqué las tuvo, y quien es el que las tuvo y el amor con que las pas￳”
(V 13,22).
7.- Padre Nuestro
8.- Abrazo de la paz
9.- Bendición final.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros
contemplando” (S. Juan de la Cruz).
Página Web de la Parroquia Virgen del Carmen de Viña del Mar:
www.carmelitasvina.cl