Manos para tocar…
ᄀHemos perdido los sentidos! ﾿Y qué significa perder los sentidos? Que “hemos perdido no
sólo el placer, sino también el control; no sólo la fiesta, sino también el soporte, la
sustancia, la solemnidad”. Pero, la consecuencia más grave es la pérdida del misterio. Es
que al perder los sentidos, perdemos el alma. Aquella relación profunda con el espíritu.
Ellos son puente que comunica con las realidades espirituales.
Los Apósteles están desconcertados. Han perdido a su Maestro. Todo lo que Jesús había
hecho para prepararlos a este paso de su Muerte a la Vida, no había tenido eco en sus
corazones. Por eso cuando lo ven, creen ver un “fantasma”. Y Jesús retoma toda su
capacidad pedagógica y les invita a “tocar”, a palpar, a fin de irlos convenciendo de la
nueva realidad, hasta hacerles ver y más tarde degustar en el mismo alimento, su presencia.
“Y les abrió la inteligencia para que comprendieran…”. Es un verdadero salto al misterio
de la Palabra. Una inteligencia que pasa por el cuerpo. Por la realidad, por aquello que se
vive, se siente, se palpa, el contorno, el contexto. El hombre moderno sueña con sustituir
los sentidos por instrumentos tecnológicos en una carrera sin límites a la información,
dejando a un lado el cuerpo, reducido ya a simple robot exhibicionista y placentero.
Pedro acusa a los jefes de la Sinagoga de ignorancia. Es dura esta acusación. Podría hoy
endilgarla a nuestra generación. Somos expertos, profesionales de todo y en todo. Pero
hemos olvidado el pensamiento, el acto mismo de pensar. Y el pensamiento parte del
cuerpo, de unas manos para palpar, de unos ojos para ver y, tras esta sensibilidad
reivindicada, elevarnos en la mente, al espíritu, a la sabiduría que nos da la Palabra.
Cochabamba 19.04.15
jesús e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com