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UNDÉCIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
(Ciclo B)
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- Ez. 17, 22-24: Ensalza los árboles humildes.
b.- 2Cor.5, 6-10: En destierro o en patria nos esforzamos en agradar al
Señor.
c.- Mc.4, 26-34: La semilla que crece por sí sola y el grano de mostaza.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros: Ven
Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra, de
todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana. Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta: ¡Oh Dios!, fuerza de los que en ti esperan, escucha nuestras
súplicas; y, pues el hombre es frágil y sin ti nada puede, concédenos la ayuda de
tu gracia para guardar tus mandamientos y agradarte con nuestras acciones y
deseos. Por nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo domingo.
- “Así es el reino de Dios: como uno ech￳ la semilla en la tierra; que duerma
o vele, de noche o de día, la semilla germina y va creciendo: cómo, él no
sabe” (Mc. 4,26-27).
El evangelista, nos presenta dos parábolas: la semilla que crece por sí sola (vv.
26-29), y la semilla de mostaza (vv. 30-32). Es la tensión, que produce la llegada
del Reino, en la historia de los hombres, a comienzos humildes en las
manifestaciones de Jesús, sin embargo, el final será espléndido. En la primera
parábola, la semilla crece por sí sola, sin la ayuda del hortelano. En lo esencial,
lo cósmico abarca el día y la noche, y las estaciones: el otoño cuando se siembra,
el descanso del invierno, el germinar de la semilla en primavera, y el verano
cuando se siega. Sólo en el tiempo de la recolección, el hortelano, toma la hoz y
cosecha el trigo (cfr. Jl 4,13), donde hay una referencia al Juicio escatológico. El
Reino de Dios, si bien, es una iniciativa divina, acepta la colaboración humana,
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pero será siempre Dios quien guíe la obra. El labrador, ha confiado a la tierra la
semilla, y se va, su trabajo ha terminado. Todo lo que sucede entre la siembra y la
cosecha, es activado sin su trabajo (v. 27). Es Dios quien trabaja, el secreto lo
guarda la tierra, su disponibilidad, la fecundidad de la semilla, que en la oscuridad,
se transforma en nueva vida. El hortelano debe reconocer que no puede
intervenir, sólo debe esperar confiado hasta la siega (v.28). Misterio que se
transforma en milagro de alegría y triunfo, en rico pan blanco y nutritivo (cfr. Is.
9,2). Se vuelve a la actividad cuando ha llegado la siega (vv. 29). Por otra parte,
esta parábola, está en contra de aquellas actitudes de quienes quieren forzar la
venida del Reino o del Mesías, como los fariseos con su observancia perfecta de
la ley de Moisés o los zelotas, nacionalistas judíos, por medio de las armas; el
estilo de Jesús es con el evangelio del amor. Al discípulo, se pide su
colaboración, pero el futuro está en las manos de Dios. Dejemos que su Espíritu
siga explicando estas parábolas a su Iglesia.
“Y decía: ¿C￳mo compararemos el reino de Dios? ¿O con qué parábola
podremos proponerlo? Es como un grano de mostaza, que cuando se
siembra en la tierra es la más peque￱a de todas las semillas de la tierra…”
(Mc.4,30-31).
La segunda parábola no habla del hortelano, pero sí presente en echar la semilla a
la tierra, para concentrarse en la vida del grano de mostaza tan pequeño pero que
encierra su propio misterio: crecer hasta convertirse en un gran árbol, que has las
aves hacen sus nidos (v.32). El misterio del crecimiento está en la tierra, Dios ha
confiado a la semilla una fuerza vital, y sigue siendo en definitiva el responsable
del crecimiento (cfr.1Cor. 3, 7; Sal. 104,14ss). La comunidad, si bien, al comienzo
es pequeña, está llamada a crecer. Quizás el autor está pensando en las
profecías que hablaban de la integración de todos los pueblos en la Iglesia (cfr.
Dn. 4, 9. 18; Ez. 31, 6). Lo importante de estas parábolas, es que el Reino de
Dios, ha comenzado su desarrollo en la historia de los hombres, y sus fases, se
irán descubriendo con los signos de los tiempos, donde lo que los acogieron,
responderán a la voluntad de Dios y custodiarán la paz, la verdad, la justicia y el
amor que les ha sido entregado. El final del Reino, su culminación está en la otra
orilla, es de carácter escatológico y pertenece a Dios y a su poder (cfr. Mc. 9,1).
Dios completa su obra, el futuro pertenece a Dios a su poder (cfr. Mc.13, 32),
tanto como el presente.
b.- Meditación. ¿Qué me dice? ¿Qué palabra o hecho de este evangelio me
habla al corazón? Escoge tu texto o versículo y da razón de tu elección.
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- “El grano brota y crece, sin que él sepa c￳mo” (v.27). Que todo lo que siembra
el Señor en nuestra vida es para que crezca su Reino en medio de nuestra
sociedad. Aquí la humildad es esencial, pues de ella germinan grandes obras.
- “Un grano de mostaza” (v.31). Cada uno lleva su propio dinamismo interior,
como el grano, lleva en sí toda la potencialidad de ser un árbol frondoso, un buen
discípulo que trabaja para el Reino de Dios.
- Otros testimonios…
c.- Oración. Qué le digo al Señor Jesús a propósito de este texto? Escoge
una palabra con la que inicias tu oración personal.
- Que como semilla, la fe que sembró tu mano el día de mi Bautismo puede seguir
creciendo, fuerza secreta, para estar preparado para el día de la siega, te lo pido
Señor.
- Que como grano de mostaza despliegue toda mi potencialidad en servicio del
Reino en mis hermanos, te lo pido Señor.
- Otras oraciones…
d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?
5.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús de este pasaje evangélico:
Teresa de Jesús en su comentario al Padre Nuestro dice “Venga tu reino” ense￱a:
“Pues dice el buen Jesús que digamos estas palabras en que pedimos que venga
en nosotros un tal reino…. Qué sabiduría tan grande de nuestro Maestro.
Considero yo aquí, y es bien que entendamos, qué pedimos en este reino. Mas
como vio Su Majestad que no podíamos santificar ni alabar ni engrandecer ni
glorificar este nombre santo del Padre Eterno conforme a lo poquito que podemos
nosotros de manera que se hiciese como es razón si no nos proveía Su
Majestad con darnos acá su reino, y así lo puso el buen Jesús lo uno cabe lo otro.
Porque entendamos, hijas, esto que pedimos y lo que nos importa importunar por
ello, y hacer cuanto pudiéremos para contentar a quien, nos lo ha de dar, os
quiero decir aquí lo que yo entiendo. Si no os contentare, pensad vosotras otras
consideraciones, que licencia nos dará nuestro Maestro, como en todo nos
sujetemos a lo que tiene la Iglesia y así lo hago yo aquí.” (CV 30, 4).
6.- Alabanza y Adoración. Te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre por tu Hijo, única Palabra que nos regalas, inicio del Reino
del que ya participamos, te alabamos Señor.
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- Te alabamos Espíritu Santo por hacer crecer la semilla de tu Palabra en nuestra
vida y dar frutos de justicia, te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre desde los que no te alaban ni te aman, ni esperan en ti,
desde ellos y con ellos te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre desde el mundo de los enfermos, los depresivos, los que
están en crisis matrimonial y familiar, desde ellos y con ellos te alabamos Señor.
7.- Preces: Te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre por la Iglesia y sus Pastores, para que la semilla de la Palabra
crezca en el corazón de los fieles, te lo pedimos Señor.
- Te lo pedimos Padre, por nuestro país para que los problemas de confianza en
las instituciones y políticos, como también en la Iglesia, se solucionen mediante el
diálogo. Te pedimos
- Te pedimos Padre por nuestros hermanos enfermos del alma y del cuerpo, para
les devuelvas la salud, te lo pedimos Señor.
- Otras preces…
8.- Padre Nuestro
9.- Abrazo de la paz
10.- Bendición final.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros
contemplando” (S. Juan de la Cruz).
Página Web de la Parroquia Virgen del Carmen de Viña del Mar:
www.carmelitasvina.cl